La larga carrera entre el Golfo y la Fórmula 1

Con las nuevas normas de la F1 que limitan los costes de los equipos, los grandes capitales están cada vez más interesados en este sector

El primer ministro qatarí, Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al Thani (d) y el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, en el gran premio de Qatar.ALI HAIDER (EFE)

En la Fórmula 1, los ingenieros miden el peso de los pilotos y la presión de los neumáticos con precisión decimal para preparar sus coches. Ahora que Qatar se une a Bahréin en la propiedad de un equipo de F1, está claro que los fondos de inversión del Golfo se han fijado con la misma atención en los equipos. Y va para largo: la compra por 4.400 millones de dólares de la Fórmula 1 por parte de John Malone en 2017 ha sido un éxito: las acciones de Liberty Media que representan el negocio valen ya 21.000 millones. Antes, la mayoría de los equipos no eran rentables. Para atraer a inversores más allá de los fabricantes de automóviles, Liberty Media y la FIA introdujeron en 2021 un límite al gasto total de los equipos de 145 millones, que se reduciría a 135 entre 2023 y 2025.

Así, las finanzas de las escuderías están más saneadas. Según Sportico, 8 de los 10 equipos obtuvieron beneficio en 2023. Mientras, el acuerdo promedio de patrocinio aumentó de 2,87 millones de dólares en 2019 a 5,08 millones. Eso sí, el acuerdo de 200 millones de euros de Ryan Reynolds y RedBird Capital por el 24% de Alpine Racing en 2023 valoró al equipo en un múltiplo de ebitda de mediados de la década, un precio bajo comparado con el campeonato de F1, que cotiza a 23 veces el ebitda.

Por eso, Qatar Investment Authority adquirió el viernes una participación del 30% en el equipo Sauber de Audi, uniéndose al fondo Mumtalakat de Bahréin, propietario de McLaren. La falta de información financiera complica saber si es una ganga. Pero ellos afirman que harán una inyección “sustancial” para que Audi, que entró en el mundo de las carreras con la adquisición de Sauber este año, compita en 2026.

Otros estarán ansiosos por unirse a la carrera. El fondo público Saudí, que en su día rechazó una oferta por la totalidad de la F1, es un candidato: tiene un nuevo vehículo de inversión deportiva, SURJ Sports Investment. Así como Aramco, que ya es socio tanto de la F1 como del equipo Aston Martin. Como ha demostrado Malone, se puede crear valor. Arabia Saudí podría impulsar esto copiando espectáculos como el parque temático de Ferrari en Abu Dhabi. El capital privado y los gigantes del lujo, también podrían ver la lógica. Pero la F1 y los fondos soberanos del Golfo, en particular, parecen destinados a dar más vueltas.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Pierre Lomba Leblanc, es responsabilidad de CincoDías.


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