Continuidad y experiencia para la transición energética
El nombramiento de Sara Aagesen como vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica confirma la apuesta de Sánchez por mantener la línea de Ribera
El nombramiento de Sara Aagesen como vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, directamente desde la secretaría de Estado de Energía, y sin pasar por ser ministra a secas, confirma la apuesta de Pedro Sánchez por un departamento clave en sus gabinetes. También por la continuidad con la gestión de Teresa Ribera, que recomendó la elección de Aagesen, un perfil muy técnico, similar al de Carlos Cuerpo, designado ministro de Economía tras la marcha de Nadia Calviño a otro organismo multilateral, el Banco Europeo de Inversiones.
Igual que mostraron Calviño o Ribera, y ya va indicando Cuerpo, la habilidad puramente política se va adquiriendo con el tiempo. Más difícil es dominar a nivel técnico un departamento tan complejo como el energético, y eso ya lo tiene Aagesen en su acervo. Es de esperar, en todo caso, que Ribera siga manteniendo un contacto estrecho con la nueva responsable, desde su puesto en Bruselas.
La nueva vicepresidenta deberá acometer, como asunto clave, la financiación de las redes eléctricas: su predecesora pidió a la CNMC que se mejore la retribución de dichas redes para garantizar las inversiones. También deberá abordar con las compañías los costes del cierre de las plantas nucleares, entre otros temas, al tiempo que durante su mandato debería resolverse la composición de la recuperada Comisión de la Energía. Nada será más complejo a corto plazo, sin embargo, que el diseño del nuevo impuesto a las energéticas, que debe ver la luz antes de fin de año si quiere evitarse la prórroga del actual. Firmas relevantes del sector han amenazado con paralizar las inversiones si eso sucede.
Sara Aagesen trabajará en un entorno europeo más escéptico con el cambio climático y con la transición renovable, aunque el propio Gobierno ha apoyado retrasar el calendario comunitario de la reconversión verde del sector automovilístico para proteger el empleo del sector. Del mismo modo, la incertidumbre en torno al coste de la energía aún no se ha disipado, pues Europa sigue siendo muy dependiente del gas exterior, por mucho que por el momento no se atisbe la necesidad de recurrir a medidas de emergencia para suavizar la factura de los consumidores. España, en todo caso, ha hecho los deberes y tiene un mix más preparado para el cambio que viene. La tarea de la nueva responsable de Transición Ecológica pasa por combinar continuidad y avances. Todo un reto.