El pesimismo laborista es irreal

Las declaraciones del Gobierno británico ayudan a que se desplome la confianza ciudadana, pese a que la economía está mejorando

Keir Starmer y Rachel Reeves, en Londres, en marzo pasado.Maja Smiejkowska (REUTERS)

Las cosas solo pueden empeorar en lo presupuestario. Ese ha sido el mantra de los laboristas desde que asumieron el poder en Reino Unido. Sus declaraciones han ayudado a desplomar la confianza ciudadana, pese a que la economía está mejorando.

El primer ministro, Keir Starmer, ha advertido de que las decisiones presupuestarias que se anunciarán el día 30 serán “dolorosas”, y la ministra de Economía, Rachel Reeves, ha dicho: “Si no podemos permitírnoslo, no podemos hacerlo”. Reeves ya ha anunciado que suprimirá el subsidio anual de combustible para unos 10 millones de pensionistas. Y ha i...

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Las cosas solo pueden empeorar en lo presupuestario. Ese ha sido el mantra de los laboristas desde que asumieron el poder en Reino Unido. Sus declaraciones han ayudado a desplomar la confianza ciudadana, pese a que la economía está mejorando.

El primer ministro, Keir Starmer, ha advertido de que las decisiones presupuestarias que se anunciarán el día 30 serán “dolorosas”, y la ministra de Economía, Rachel Reeves, ha dicho: “Si no podemos permitírnoslo, no podemos hacerlo”. Reeves ya ha anunciado que suprimirá el subsidio anual de combustible para unos 10 millones de pensionistas. Y ha insinuado subidas fiscales y recortes de gastos para llenar un “agujero negro” de 22.000 millones de libras achacado a la anterior Administración.

El índice de confianza de los consumidores de GfK cayó en septiembre a su mínimo en seis meses. Un nuevo estudio muestra que las sombrías palabras de los laboristas tienen gran parte de culpa. Los analistas de Deutsche Bank han desglosado el índice en factores como salarios, tipos de interés, paro y precio de la vivienda. El principal factor de la caída de la confianza es el “residuo de incertidumbre”, un elemento psicológico que no parece estar directamente relacionado con ningún dato económico. Análisis previos del Banco de Inglaterra revelan que este factor se mueve bruscamente en torno a eventos clave: cayó en picado tras el 11S. Para desgracia de Starmer, el residuo se disparó en 1997, cuando Tony Blair ganó las elecciones tras hacer del optimista éxito musical Things can only get better (Las cosas solo pueden mejorar) su himno de campaña.

La buena noticia para los laboristas es que el factor psicológico “sentirse mal” de GfK no presagia un menor gasto de los consumidores, según el Banco de Inglaterra. De hecho, las ventas minoristas subieron en agosto un 1% respecto a julio, más del doble del 0,4% previsto por los analistas consultados por Reuters. Y con los sueldos creciendo un 2,2% por encima de la inflación en mayo-julio, los británicos tienen razones para la alegría.

Pero los laboristas tienen un problema. El índice de aprobación de Starmer es de un -26%, según una encuesta del Observer: 44 puntos menos que en julio. Las próximas elecciones son en 2029, así que el Gobierno está a salvo por ahora. Pero la vibración de recesión implica que tendrá que recaudar dinero y moral.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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