Superar el tabú fiscal es una tarea intimidante para Michel Barnier
El nuevo primer ministro galo debe enfrentarse a los partidos que le apoyan y a Macron si quiere subir los impuestos
El recién nombrado primer ministro de Francia, Michel Barnier, ha advertido de que la situación financiera del país es “extremadamente grave”, y añadió que estaba buscando más información para establecer “la realidad exacta” de la situación. Pero tiene muy pocas herramientas para hacer frente al creciente déficit presupuestario y reducir la deuda, que ya supera el 110% del PIB. El hombre que lo nombró, el presidente Emmanuel Macron, no está ayudando. Barnier ...
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El recién nombrado primer ministro de Francia, Michel Barnier, ha advertido de que la situación financiera del país es “extremadamente grave”, y añadió que estaba buscando más información para establecer “la realidad exacta” de la situación. Pero tiene muy pocas herramientas para hacer frente al creciente déficit presupuestario y reducir la deuda, que ya supera el 110% del PIB. El hombre que lo nombró, el presidente Emmanuel Macron, no está ayudando. Barnier no puede confiar únicamente en los recortes del gasto para reducir un déficit cercano al 6% del PIB. Pero los partidos que le apoyan en el Parlamento, así como el hombre del Elíseo, se oponen a subir los impuestos. El mandato del primer ministro será agitado, y posiblemente efímero.
Macron está decidido a preservar su legado de recortes fiscales, y su propio partido, el menguado Renacimiento, está de acuerdo con él. Según un estudio de un antiguo zar del presupuesto francés, Jean-Pascal Beaufret, la deuda pública del país ha aumentado en 1 billón de euros bajo Macron, hasta unos 3,2 billones, y casi una cuarta parte de ese aumento se debe a los recortes fiscales del presidente.
Después de que el déficit de Francia se disparara al 5,5% del PIB en 2023, y al 5,6% este año, el objetivo anterior de situarse por debajo del 3% del PIB exigido por la Unión Europea en 2027 está ahora fuera de alcance, y París está bajo la supervisión de Bruselas. La prioridad de Barnier es recortar el déficit primario de Francia, es decir, el saldo de gastos e ingresos excluidos los pagos de intereses, que actualmente supera el 3% del PIB.
François Villeroy de Galhau, gobernador del banco central francés, dijo en una entrevista radiofónica el día 18 que las subidas de impuestos deberían formar parte de cualquier plan de reducción del déficit, especialmente si se dirigen a los contribuyentes ricos y a las grandes empresas
Una reciente nota del Consejo de Análisis Económico, órgano consultivo del Gobierno, señala que un ajuste brutal del déficit primario –del orden de 112.000 millones de euros– perjudicaría las perspectivas de crecimiento del país. Aboga por una vía más gradual, empezando por una reducción del déficit de 20.000 millones el año próximo, o casi el 0,9% del PIB, como primer paso de un programa de ajuste plurianual. Pero basarse únicamente en recortes del gasto seguiría afectando a la economía, reduciendo la recaudación fiscal y aumentando el riesgo de un repunte del déficit.
Barnier podría empezar por poner fin a las numerosas rebajas fiscales creadas por sus predecesores a lo largo de los años, a veces por razones económicas, a menudo bajo la presión de diversos lobbies. Con algunas acrobacias semánticas, podría incluso argumentar que eso no equivaldría a una subida de impuestos.
Pero tendrá que enfrentarse al presidente que le nombró y a los partidos que parecen dispuestos a concederle por ahora el beneficio de la duda, incluido el ultraderechista Reagrupamiento Nacional. No es una receta para la longevidad política.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías