Las claves: una peligrosa actividad, y un turismo de mayor calidad...o simplemente menos accesible

Retrasar la jubilación, como incentiva el Ejecutivo, aumenta la mortalidad

Un jubilados en la Alameda de Santiago de Compostela pasea por el parque en un día lluvioso.ÓSCAR CORRAL

Hay una actividad que, realizada más de lo conveniente, es capaz de matar. No es fumar –que también–, sino trabajar. Porque aquel supuesto axioma atribuido a Karl Marx de que “el trabajo dignifica” admite un buen número de objeciones: de acuerdo con un estudio reciente, posponer el retiro tiene efectos negativos sobre la salud y la esperanza de vida de quienes deciden hacerlo. Especialmente en aquellas personas de entre 60 y 69 años, cuya tasa de mortalidad aumenta considerablemente por cada año extra que suman a su trayectoria profesional.

Justo la solución que el Ejecutivo propone par...

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Hay una actividad que, realizada más de lo conveniente, es capaz de matar. No es fumar –que también–, sino trabajar. Porque aquel supuesto axioma atribuido a Karl Marx de que “el trabajo dignifica” admite un buen número de objeciones: de acuerdo con un estudio reciente, posponer el retiro tiene efectos negativos sobre la salud y la esperanza de vida de quienes deciden hacerlo. Especialmente en aquellas personas de entre 60 y 69 años, cuya tasa de mortalidad aumenta considerablemente por cada año extra que suman a su trayectoria profesional.

Justo la solución que el Ejecutivo propone para el deficitario sistema de pensiones: incentivar con una mayor pensión que los empleados en edad de retiro decidan seguir trabajando. Las cuentas salen así: por cada año extra de cotización después de haber cumplido el tiempo suficiente como para jubilarse, el trabajador puede elegir entre un 4% adicional o una cantidad extra de entre 5.00 y 12.000 euros. También reciben –en esto no pueden elegir, caprichos de la naturaleza– 4,4 puntos porcentuales más de probabilidades de morir.

Un turismo de mayor calidad...o simplemente solo accesible para unos pocos

Cuando muchas autoridades claman, indignadas, contra el turismo masivo, lo que hacen en realidad es clamar contra el turismo barato. Así, bajo eufemismos como turismo de más calidad, España se va a acercando a una situación tan ridícula como que, intentando acabar con un problema evidente como la masificación, contribuye a la creación de otro: la inaccesibilidad del turismo español, incluso para los residentes en España. ¿Cómo irse de vacaciones a Mallorca si sus precios solo son accesibles para extranjeros con rentas medias mucho más altas? Una pregunta cuya respuesta no interesa.

La decisión judicial que pone patas arriba el mundo de la IA

El calificativo de generativo se aplica a la inteligencia artificial con una excesiva generosidad. Aunque, al menos, no lo llamaron inteligencia creativa. Porque, para que la maquina genere, lo primero que hay que hacer es alimentarla, y el combustible de todo esto son, en no pocas ocasiones, las creaciones de miles y miles de artistas, diseñadores, escritores o, incluso, periodistas, que están protegidas por derechos de autor.

La admisión a trámite en EE UU de una demanda por derechos de autor supone un giro judicial que ser un antes y un después, y amenaza con convertirse en una piedra en el camino para el desarrollo vertiginoso de la IA. El caso puede acabar siendo fundacional para delimitar lo que es una copia, una creación o una inspiración.

Hay quienes trabajan sistemáticamente y con todos los medios para rechazar a los inmigrantes y esto, cuando se hace con conciencia y responsabilidad, es un pecado grave
Pontífice de la Iglesia Católica

Una carta marinera, cántabra y hecha por migrantes

La taberna El Machi es uno de los clásicos ineludibles de Santander. Un poco como la lluvia un sábado de agosto, o un helado de Regma tras un día en la playa. 130 años avalan a este negocio, emblema del puerto cántabro, que se expande ahora en un nuevo local con una propuesta menos clásica: cocineros, camareros, limpiadores u oficinistas de Nigeria, Ecuador, Perú, Senegal, Rumanía e India, entre otras nacionalidades, aportan sus platos internacionales en un proyecto de innovación social y gastronómica.

Así, a las clásicas rabas, anchoas o bonito a la plancha se unen recetas de Tailandia, de la India, de Vietnam o de México. Abrieron hace un mes, más o menos. Les quedan 129 años para alcanzar la excelencia de su hermano mayor. Buena suerte.

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