¿Son los bonos catástrofe una buena alternativa de inversión?

Estos productos, que antes solo eran accesibles a institucionales, ahora pueden ser adquiridos en cualquier plataforma de fondos en España

Barrio de Treme en Nueva Orleans, punto neurálgico del jazz y de la cultura afroamericana devastado tras el paso del huracán Katrina en 2005.Rick Wilking/Reuters

Los bonos catástrofe o cat bonds son instrumentos financieros diseñados para transferir riesgos relacionados con catástrofes naturales o eventos específicos a los inversores del mercado de capitales. En definitiva, el inversor se convierte en asegurador de catástrofes naturales. Estos productos son emitidos por aseguradoras o reaseguradoras para protegerse de pérdidas financieras significativas que puedan surgir por desastres naturales como huracanes, terremotos, tsunamis u o...

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Los bonos catástrofe o cat bonds son instrumentos financieros diseñados para transferir riesgos relacionados con catástrofes naturales o eventos específicos a los inversores del mercado de capitales. En definitiva, el inversor se convierte en asegurador de catástrofes naturales. Estos productos son emitidos por aseguradoras o reaseguradoras para protegerse de pérdidas financieras significativas que puedan surgir por desastres naturales como huracanes, terremotos, tsunamis u otros eventos catastróficos predefinidos a los inversores en el mercado de capitales (fondos, pensiones, endowments, clientes institucionales).

A cambio de asumir el riesgo, los inversores reciben pagos periódicos de intereses, similares a los bonos tradicionales. Sin embargo, si ocurre un evento catastrófico especificado en el contrato, durante el plazo del bono, los inversores pueden perder parte o la totalidad de su inversión y estos fondos se utilizarán para compensar las pérdidas aseguradas.

Este mercado de bonos catastróficos nació en la década de 1990, después de dos incidentes en los Estados Unidos: el huracán Andrew de 1992 en Miami y el terremoto de Northridge en 1994 en Los Ángeles, que causaron un colapso casi total de los mercados de reaseguros en Florida y California. Los reaseguradores no habían apreciado ni modelado la creciente concentración de propiedades que había ocurrido en estas zonas de rápido crecimiento, y el alto riesgo en las décadas anteriores, y estaban muy poco preparados para afrontar el coste de los desastres catastróficos asegurados.

Se produjo una diferencia, conocida como disaster gap, entre la cantidad de pérdidas aseguradas y la cantidad total de pérdidas económicas causadas por el desastre natural. Esta diferencia se produce porque muchas pérdidas no están cubiertas por pólizas de seguros, ya sea porque las personas o empresas afectadas no tenían seguro, porque ciertos riesgos no están cubiertos por las pólizas de seguros existentes o porque los límites de las pólizas son insuficientes para cubrir todas las pérdidas.

El disaster gap es importante porque puede tener grandes implicaciones para la recuperación y reconstrucción después de un desastre. Cuando la diferencia es grande, puede resultar en una carga financiera significativa para los gobiernos, las empresas y las personas afectadas y puede obstaculizar los esfuerzos de recuperación. De este modo, reducir el disaster gap requiere una combinación de medidas que pueden incluir la promoción de la conciencia sobre la importancia del seguro, el desarrollo de productos de seguros asequibles y adecuados, la mejora de la infraestructura de gestión de riesgos y la colaboración entre los sectores público y privado para garantizar una respuesta efectiva ante desastres.

El reaseguro juega un papel crucial, ya que permite a las compañías de seguros transferir parte del riesgo de grandes pérdidas a otras entidades financieras, las cuales pueden paquetizarlo y trasladarlo a otros inversores.

Desde un punto de vista inversor, los cat bonds presentan ventajas frente a otros activos, ya que ofrecen a los inversores la oportunidad de diversificar su cartera, ya que su rendimiento no está correlacionado (0,25-0,30 contra renta variable o renta fija) con los movimientos del mercado de valores o de otros instrumentos financieros tradicionales. Los retornos están vinculados a catástrofes, como terremotos o tormentas, y no a movimientos económicos.

Ofrecen retornos atractivos, ya que suelen ofrecer rendimientos más altos en comparación con otros bonos de similar duración y calificación crediticia. En estos momentos, estos bonos están en retornos muy interesantes con los diferenciales frente a bonos corporativos en máximos históricos. Esto se debe a que la inflación ha incrementado los costes de reconstrucción, lo que ha provocado un aumento significativo en las primas de estos seguros.

Sin embargo, los cat bonds también conllevan riesgos significativos, incluyendo la posibilidad de pérdidas totales si ocurre un evento catastrófico durante el plazo del bono. Este riesgo se reduce significativamente comprando a través de fondos que ofrecen una diversificación adecuada. A modo de ejemplo, el índice de cat bonds tuvo su peor comportamiento en los huracanes IAN y Katrina, donde cayó aproximadamente un 5%-7%. Por poner en contexto, los mayores huracanes supusieron unas pérdidas de más de 25.000 millones de dólares.

Es lógico plantearse cómo afecta el cambio climático al incremento del número y fuerza de estas catástrofes, pero dependerá mucho del tipo de catástrofe del que hablemos. No influirá igual en incendios que en huracanes o terremotos. Lo cierto es que los sistemas de seguimiento y predicción son cada vez más acertados, ayudando a reducir los daños producidos por estas catástrofes. Además, estos modelos sirven para valorar y predecir también los daños que se pueden producir, dando una información más completa al inversor en estos bonos para valorar el binomio de rentabilidad/riesgo de cada uno.

En definitiva, los cat bonds ofrecen una forma innovadora de invertir que diversifica las inversiones financieras más tradicionales y ofrece un retorno atractivo. Estos productos, que antes solo eran accesibles a clientes institucionales, ahora pueden ser adquiridos vía fondos en cualquiera de las plataformas de fondos existentes en España. Por eso es interesante echar un ojo a la oferta existente, siempre teniendo en cuenta que, antes de invertir en estos instrumentos, es esencial entender los riesgos que implican, la liquidez, cómo se ajustan a la cartera de inversiones y hacer una evaluación rigurosa de las mismas.

A futuro, lo que podemos esperar es que, dentro de estos fondos, empezamos a ver la cobertura de otros riesgos. El mercado que parece más prometedor es el de seguros de ciberseguridad, que ofrece ventajas importantes como conocer en tiempo real cómo están las defensas contra un ataque, un mercado que puede ser muy grande y tener una gran liquidez, pero este mundo lo dejaremos para un próximo artículo...

Rafael Ciruelos es socio y director de selección de fondos de Diaphanum

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