Las claves: lo que señalan las bajas laborales, y cómo hacer negocio en los súper sin castigar al cliente
El aumento de las incapacidades temporales es un reflejo de tendencias sociales profundas
La población activa pesa cada vez menos en relación a la pasiva, y a eso se suma que las bajas entre los trabajadores cada vez son más frecuentes. La población es más vieja, y, por tanto, más proclive a la enfermedad; ese fenómeno demográfico hace que se resienta también el sistema sanitario, y las listas de espera alargan las bajas. También hay relativamente poco miedo a perder el empleo, porque las tasas de paro, aun altas, como siempre en España, son moderadas. Pero aparte de todo ello, según los expertos, el absentismo tiene que ver con jóvenes que se plantean si quieren seguir en su traba...
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La población activa pesa cada vez menos en relación a la pasiva, y a eso se suma que las bajas entre los trabajadores cada vez son más frecuentes. La población es más vieja, y, por tanto, más proclive a la enfermedad; ese fenómeno demográfico hace que se resienta también el sistema sanitario, y las listas de espera alargan las bajas. También hay relativamente poco miedo a perder el empleo, porque las tasas de paro, aun altas, como siempre en España, son moderadas. Pero aparte de todo ello, según los expertos, el absentismo tiene que ver con jóvenes que se plantean si quieren seguir en su trabajo.
El último factor puede y debe corregirse. Es tarea de las empresas buscar posibles mejoras de las condiciones laborales, para evitar incapacidades temporales muy onerosas para empresas, erario y los propios trabajadores. En cuanto al incremento de la población mayor, es una tendencia general en el mundo, y los pronósticos apuntan más bien a que la cobertura social y sanitaria tendrá que adaptarse paulatinamente a la escasez de fondos para financiarla.
La competencia de las telecos españolas parece no tener fin
Las telecos españolas se regeneran de forma asombrosa: cuando parecía que la competencia iba a reducirse de forma notable, mediante la fusión entre Orange España y MásMóvil, surge una nueva operadora, virtual en este caso, que amenaza a sus competidoras (y promete a los usuarios) con relanzar la competencia de precios.
Se trata de Silbö, que trae resonancias escandinavas, aunque no provenga de allí. Buenas noticias para los consumidores, y no tanto para las operadoras, que tendrán que seguir pidiendo a Bruselas que abra la mano con la concentración de la industria.
Mercadona muestra cómo ganar rentabilidad sin castigar al cliente
Choca un poco que, en plena crisis inflacionaria, en particular de los alimentos, una cadena de distribución como Mercadona publique resultados récord. Pero hay que tener en cuenta que los supermercados también sufren la presión de costes al pagar a sus proveedores. A eso hay que añadir que es de las empresas del sector que mejor remunera a sus trabajadores. Con todo y con ello, ha conseguido no repercutir ese incremento del gasto en los clientes, o al menos no más que sus competidores, que le han cedido cuota de mercado. Las claves, según la propia Mercadona, son el ahorro energético de sus tiendas; la mejora de la logística y la reducción de los desperdicios; o el aprovechamiento del turismo. Hay formas de mejorar la rentabilidad sin castigar a los clientes.
La frase del día
“No pienso y no diré jamás que los impuestos son algo bonito. Lo bonito son las donaciones libres, no las recaudaciones impuestas por ley”
Giorgia Meloni, primera ministra de Italia
Las elecciones catalanas se suman a la vorágine política de la primavera
Se acumulan las citas electorales en la primavera. Elecciones vascas en abril, catalanas en mayo, tras el anuncio de ayer de Pere Aragonès, y europeas en junio. Los gobernantes de Euskadi y Cataluña reclaman su hecho diferencial electoral, y evitan coincidir con los comicios comunitarios. El resultado de las dos convocatorias autonómicas puede repercutir en las mayorías del Congreso de los Diputados, que seguirán siendo frágiles, ocurra lo que ocurra en las dos regiones españolas. La posibilidad de que Bildu supere al PNV y de que Salvador Illa intente presidir la Generalitat dan un interés añadido a unas elecciones que, también, requerirán de pactos postelectorales que podrían no durar los cuatro años previstos para las legislaturas en España.
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