Rentas al alza y deuda a la baja en una coyuntura exigente

El perfil de crecimiento de la economía española es, por el momento, equilibrado

Panadería de Toledo.Ismael Herrer (EFE)

Tres datos económicos clave han marcado la semana y todos apuntan en la misma dirección: la capacidad de la economía española para generar empleo está sujetando las principales variables económicas en un contexto que se presumía mucho más complicado hace algo más de dos años, cuando empezó el episodio inflacionista. Según los datos del Banco de España, la remuneración de los asalariados ha crecido un 5% interanual, a pesar del zarpazo de los precios, y está un 6% por encima del nivel prepandemia. Destaca el banco que suben tanto los trabajadores empleados (están en récord, según la EPA de cierre de 2023 publicada el martes) como la remuneración por empleado. Todas las variables están en niveles superiores a los previos a la pandemia y, también, a los previos a la crisis inflacionista.

Que las rentas suban de la mano de los precios tiene la ventaja de mejorar la capacidad de pago de las deudas: el endeudamiento de los hogares está en un 76,6% de la renta disponible, cuando llegó a superar el 130% durante la burbuja inmobiliaria. Está, de hecho, por debajo de la media de la UE, lo que alivia el impacto de la subida de los tipos de interés. Aunque el coste de la deuda en el presupuesto familiar se ha duplicado (del 2,3% al 4,6%), apenas ha aumentado el número de hogares con problemas para pagar la hipoteca (es decir, los que dedican a este menester más del 40% de la renta): pasan del 10,5% al 11,2%. Es por ello que los préstamos dudosos no suben, ni en hipotecas ni en créditos al consumo. Asimismo, el supervisor constata un hecho a la vista de cualquier observador del mercado: la mayor parte del impacto de las subidas de tipos queda ya aguas abajo, y tanto empresas como hogares tienen por delante más revisiones a la baja del coste financiero que al alza.

El perfil de crecimiento de la economía española es, por el momento, equilibrado, en contraste con otras épocas de pujanza tan volcánica como insostenible (amén de dañina) en el largo plazo. Pero ningún proceso económico está libre de riesgos, y el alza del 11% en el precio de las casas, aunque eleva la renta de los hogares, supone un problema para el acceso a la primera vivienda. A medida que los tipos bajen, la dinámica de los precios se puede acelerar, un riesgo coherente con la tendencia de rentas medias y altas a elevar el consumo a costa del ahorro y, de forma creciente, a hacerlo tirando de crédito. Estos riesgos, en todo caso, están lejos de cristalizar; de momento, la economía española ha superado con nota una coyuntura más que exigente.

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