Un año notable para el mercado laboral

Las cifras en 2023 continúan reflejando el efecto positivo de la última reforma laboral y la resistencia de la economía

Carlos Luján (Europa Press)

El mercado laboral español ha cerrado un 2023 en el que se han evidenciado su fortaleza y su capacidad de resistencia frente a la tormenta de factores externos que han sacudido las economías mundiales y que incluyen los conflictos geopolíticos de Ucrania y Gaza, el azote de la inflación y la progresiva desaceleración de la actividad en parte de los países, entre ellos, en la propia Alemania. España ha cerrado el último mes de 2023 con 2,7 millones de desempleados, la cifra más baja de un mes de diciembre en los últimos 16 años, ha creado medio millón de empleos a lo largo del ejercicio y ha situado la cifra de afiliados a la Seguridad Social en 20,8 millones. Un balance notable que se ha visto reforzado por el tradicional oxígeno que aporta la campaña navideña y que ha arrojado como saldo final un 2023 con 130.000 parados menos que el año anterior.

Pese al desafío que ha supuesto seguir creando puestos de trabajo en medio de ese cúmulo de circunstancias adversas, el examen detallado del ejercicio arroja algunas señales de fatiga que no conviene minusvalorar, como el hecho de que el paro haya descendido solo en seis de los 12 meses del año, aunque la cifra no haya superado en ningún caso la línea roja de los tres millones. Frente a un 2022 en el que el mercado laboral funcionó como la mejor variable macroeconómica, la evolución de las cifras en 2023 continúa reflejando el efecto positivo de la última reforma laboral y la resistencia de la economía, impulsada por la recuperación del turismo y de la construcción, pero lo hace con menos vigor, como muestra, por ejemplo, el recorte en el número de contratos indenfinidos, que han sido 400.000 menos que en 2022.

Las previsiones macro para 2024 apuntan a una desaceleración de la actividad económica, que en España será menos acusada que en otras economías, pero que tendrá su reflejo en todos los ámbitos. Algunos indicadores, como el de la inflación, seguirán moderándose, como también lo hará la política monetaria del BCE, pero los riesgos geopolíticos que amenazan la economía mundial continuarán formando parte del horizonte que afronta el mercado laboral. La mejor receta para abordar ese escenario es adoptar medidas que sigan flexibilizando la economía, lo que incluye apostar por áreas con un fuerte potencial de creación de puestos de trabajo y de aumento de la productividad, como es el caso de la transición energética, la I+D y la digitalización.

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