El auge de los fondos monetarios

La baja remuneración de los depósitos bancarios está propiciando un cambio en el perfil del pequeño ahorrador español

Agencia Getty (Getty Images)

La resistencia de la banca a volver a remunerar cuentas y depósitos en un contexto de alzas continuadas de tipos de interés, amplios márgenes de negocio y abundancia de liquidez ha propiciado el auge de los fondos de inversión monetarios como nuevo producto estrella para el ahorrador de perfil conservador. Tanto en EEUU como en Europa, el sector financiero está colocando de forma creciente entre sus clientes un producto cuya rentabilidad se acerca en España al 3% frente a una oferta de imposición a plazo fijo que de media no supera el 2,5%.

El auge del ahorro en fondos monetarios ha ido en paralelo a las salidas masivas del dinero invertido en depósitos. Un movimiento sin precedentes que en EEUU se ha traducido en una sangría de más de 900.000 millones de euros, colocados en depósitos, y en un volumen del capital captado por los fondos monetarios que alcanza ya los 1,2 billones. En España, hasta noviembre, el montante invertido en este vehículo ascendía a 4.600 millones de euros, una cifra a la que hay que sumar el dinero colocado en fondos de renta fija a corto plazo, que tienen un perfil similar, y que acapararon 7.200 millones de euros. Los datos hasta octubre muestran una caída de 27.000 millones de euros en el dinero acumulado en depósitos, lo que confirma la actual decadencia de la imposición a tipo fijo y la creciente búsqueda por parte del ahorrador con aversión al riesgo de vehículos de mayor remuneración.

Para las entidades financieras, cómodamente instaladas en la financiación barata y abundante a través del mercado intercambiario o mediante emisiones de instrumentos de deudas, los fondos monetarios ofrecen el atractivo añadido del cobro de la comisión que lleva aparejada su gestión. Pese a los mensajes del Banco de España y del propio BCE sobre la necesidad de abrir el grifo del crédito y de mejorar la remuneración del ahorro en un contexto de encarecimiento del precio del dinero, aumento de la factura de las hipotecas y dificultades en la financiación a los hogares, la gran banca se ha resistido a mejorar el retorno de los depósitos. La confluencia de ese cúmulo de circunstancias está provocando no solo el auge de este tipo de fondos como vehículo de ahorro, sino un cambio en el propio perfil del pequeño inversor español, que huye cada vez más de una imposición a tipo fijo que ofrece réditos muy bajos y comienza a apostar por un tipo de instrumento más sofisticado para rentabilizar sus ahorros.

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