Una regulación clara para garantizar la paridad

Aunque en los últimos años la CNMV ha ido favoreciendo la incorporación de directivas a las cúpulas de las cotizadas, el balance a día de hoy evidencia que ese esfuerzo es insuficiente

ANA BORNAY (EFE)

A partir de junio de 2024, las empresas cotizadas tendrán que cumplir de forma obligatoria con lo que hasta ahora era una mera recomendación de buen gobierno: aumentar la presencia de mujeres en sus cúpulas de alta dirección y en sus consejos de administración. La ley de paridad, que el Gobierno acaba de remitir a las Cortes, obligará a que al menos el 40% de la representación en los órganos de decisión corresponda a mujeres. El incumplimiento de la medida, que se considera una infracción grave, acarreará una batería de sanciones que oscilan entre una multa y la suspensión de la cotización. Con la ley, el Gobierno se adelanta en tiempos a la regulación de la Unión Europea, que obligará a que todas las compañías cotizadas tengan en sus consejos al menos un 40% de cuota femenina a partir de mediados de 2026.

La ley de paridad, que no afecta únicamente a las cotizadas, sino a entidades de interés público, colegios profesionales y órganos e instituciones del Estado, impondrá de forma taxativa un objetivo que no se ha cumplido de forma voluntaria. Aunque la CNMV recomendó que en 2022 el 40% de los sillones de los consejos de administración estuviesen ocupados por mujeres, la media se sitúa todavía en poco más de 32%. En el caso de la banca, el sector en el que se da un mayor cumplimiento, la horquilla se mueve entre el 36% y el 40%, claramente por debajo del que registran las entidades financieras alemanas, francesas e italianas, donde la presencia de mujeres oscila entre el 40% y el 50%, y donde lo hace, paradójicamente, con una legislación más laxa que la de la CNMV.

Aunque en los últimos años la recomendación del supervisor de los mercados ha ido favoreciendo la creciente incorporación de directivas a las cúpulas de las cotizadas, el balance a día de hoy evidencia que ese esfuerzo es aún insuficiente y que para garantizar una presencia equilibrada de hombres y mujeres en los consejos de administración y en la alta dirección hay que contar con una norma regulatoria clara y contundente.

Aunque a partir de 2024 la regla del 40% se impondrá de forma obligatoria, se trata de un umbral mínimo, que garantiza, pero no agota, la posibilidad de acceso de directivas a las cúpulas de las cotizadas. El hecho de que la recomendación se convierta en exigencia garantizará que la presencia de mujeres siga siendo un elemento clave del buen gobierno de las compañías y un valor para el mercado.

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