Un vector energético de frustración, y las criptos en la tienda de la esquina

Los proyectos de hidrógeno están generando decepciones

Estación de repostaje de hidrógeno verde.Olemedia (Getty Images)

El interés energético del hidrógeno se basa en que es un vector, es decir, un modo de transporte, de la energía producida por otros medios. El hidrógeno verde, en particular, mueve energía renovable, pero sigue siendo bastante más caro que las alternativas sucias. Si a eso se suma que los políticos suelen ser poco realistas cuando anuncian grandes cambios en pos de la sostenibilidad, parece natural que, de vez en cuando, como está sucediendo últimamente, haya decepciones relacionadas con el sector. Aún queda mucho para que las grandes infraestructuras previstas, como el H2Med, se pongan en mar...

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El interés energético del hidrógeno se basa en que es un vector, es decir, un modo de transporte, de la energía producida por otros medios. El hidrógeno verde, en particular, mueve energía renovable, pero sigue siendo bastante más caro que las alternativas sucias. Si a eso se suma que los políticos suelen ser poco realistas cuando anuncian grandes cambios en pos de la sostenibilidad, parece natural que, de vez en cuando, como está sucediendo últimamente, haya decepciones relacionadas con el sector. Aún queda mucho para que las grandes infraestructuras previstas, como el H2Med, se pongan en marcha.

Los expertos miran con envidia y ponen de ejemplo las subvenciones a la transición verde de Estados Unidos, pero con la pólvora del rey dólar es fácil disparar. Es un enfoque pragmático, eso sí, porque abarca también el hidrógeno azul, o mediopensionista, que permite capturar buena parte del dióxido de carbono emitido.

Solo queda seguir remando para que la innovación acabe creando economías de escala, y así el hidrógeno deje de transportar frustración.

A los empresarios tampoco les ha ido tan mal con Junts y ERC apoyando a Sánchez

Dicen estar inquietos los empresarios por el ambiente político, pero la realidad es que la Bolsa no se ha visto afectada por la amnistía y el resto de los acuerdos de investidura, y que Pedro Sánchez lleva cuatro años gobernando con los mismos alborotadores socios. Y no parece que a las empresas les vaya tan mal, aunque el propio Sánchez presuma de que es muy duro con ellas.

El conflicto social de las últimas semanas no es el mejor entorno para la economía, desde luego (sobre todo para los locales cercanos a la sede del PSOE). Pero a no ser que las protestas se extiendan durante un tiempo largo, bastante más preocupante para atraer la inversión será la falta de rigor presupuestario que, por cierto, denuncian también las patronales.

Cellnex encuentra ayuda para su giro total de estrategia

Cellnex va camino de batir el récord de la empresa que más rápido revierte su crecimiento inorgánico en forma de descartes de activos. Estudia vender, total o parcialmente, sus filiales de Austria e Irlanda, al igual que ha hecho en Suecia y Dinamarca.

También está ejecutando otras desinversiones, en algún caso obligadas por las autoridades de competencia, en Francia o Finlandia.

Como era de prever, la subida de los tipos de interés ha obligado a dar un giro total a la compañía, que necesita recuperar el grado de inversión de la agencia S&P. Por el momento, no está teniendo problemas para encontrar compradores e inversores.

Las criptos deben poder usarse en la tienda de la esquina para extenderse

Uno de los motivos por los que las criptomonedas siguen siendo un mercado de nicho es que no sirven para comprar en la tienda de la esquina. De ahí la importancia de que haya TPV (terminales de punto de venta) que los admitan para que pueda extenderse su uso. Prosegur ha creado una que lo hace, y está haciendo pequeñas pruebas para convencer a los bancos de que se sumen al proyecto. Mientras, el BCE prepara su euro digital para competir justamente con Visa, Mastercard y otros medios de pago. Tanto las criptos alternativas como las oficiales, con todo, deberán competir con las monedas de toda la vida, en las que la gente no tiene motivos para dejar de confiar. Así que hay razones para dudar de su uso masivo.

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