El limbo de las fábricas de coches y los pisos aptos para confinamientos
El proteccionismo y el cambio verde dejan en la incertidumbre a plantas como la de Almussafes
Las medidas para apoyar la fabricación nacional de Estados Unidos, primero bajo el mandato de Donald Trump (muy criticado en Europa por su fondo y sus maneras) y ahora de la mano de Joe Biden (al que se ataca también, pero con la boca más pequeña), pueden estar influyendo en que las grandes automotrices del país estén reduciendo su producción en el exterior, por ejemplo, en España. Empresas como Ford acaban de resolver duros conflictos laborales con sus trabajadores, que han acabado en generosas subidas salariales: las compañías se ven obligadas a seguir fabricando en el país, con una mano de ...
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Las medidas para apoyar la fabricación nacional de Estados Unidos, primero bajo el mandato de Donald Trump (muy criticado en Europa por su fondo y sus maneras) y ahora de la mano de Joe Biden (al que se ataca también, pero con la boca más pequeña), pueden estar influyendo en que las grandes automotrices del país estén reduciendo su producción en el exterior, por ejemplo, en España. Empresas como Ford acaban de resolver duros conflictos laborales con sus trabajadores, que han acabado en generosas subidas salariales: las compañías se ven obligadas a seguir fabricando en el país, con una mano de obra que escasea.
La transición energética es además la excusa perfecta para acabar con la producción de ciertos modelos de combustión sin sustituirlos necesariamente por otros de carácter eléctrico. Plantas como la de Almussafes (Valencia) se han quedado en una especie de limbo que augura nuevos recortes de empleo. Las líneas de coches eléctricos, además, requieren menos personal. Turbulencias varias en un sector básico para la industria española.
Nunca llueve a gusto de todos, pero el temporal sí ayuda a bajar la factura de la luz
Nunca llueve a gusto de todos, pero al menos que haya temporal de viento sirve para abaratar drásticamente la tarifa de la luz a los que, quizá por voluntad, o simplemente por pereza, se acogen al PVPC, el sistema regulado. A diferencia de la energía solar, que no necesariamente es más eficiente cuanto más sol hace, los aerogeneradores sí producen más cuando hay rachas de viento que incluso aconsejan quedarse en casa, con la mantita.
El verdadero cambio de paradigma energético se dará cuando el impulso de todo ese movimiento pueda almacenarse para cuando reina la calma.
Los mercados, impasibles ante la condonación de la deuda de Cataluña
Frente a la euforia de los políticos de ERC o Junts sobre la condonación de la deuda de Cataluña, o la contundencia de los críticos con la penúltima concesión de Pedro Sánchez para ser investido presidente, los mercados han vivido el compromiso como quien oye llover. Ya daban por descontado que el Estado cubriría el apalancamiento de una de las autonomías más potentes y ricas, que por lo visto no es capaz por sí misma de asumir sus responsabilidades, mientras sus dirigentes, paradójicamente, hacen campaña por la independencia.
No está el mercado de deuda soberana, de todas maneras, para tirar muchas piedras a nadie: ahí están los países ricos (y también España), con niveles de apalancamiento sobre el PIB cada vez más altos, mientras el mundo sigue girando.
La frase del día
“Vamos a un mundo configurado por la oferta en vez de uno por la demanda –como ocurría entre 1980 y 2020. El envejecimiento tensa el mercado laboral, la fragmentación geopolítica encarece la producción, y la transición ecológica, la energía”
Jean Boivin, jefe de Blackrock Investment Institute
Pisos gigantescos en la ciudad, aptos para un confinamiento
Pongamos este escenario de ciencia-ficción: la expansión de un virus hace que las autoridades obliguen a la gente a quedarse encerrada en casa durante semanas. Obviamente, no es lo mismo vivir eso en una casa en el campo o un piso de 600 metros cuadrados que en uno de 50 metros para toda la familia. Los ricos de verdad que quieren vivir en ciudades como Madrid compiten por las escasas viviendas de gran tamaño que salen al mercado. A poder ser, en barrios como el de Salamanca; muchos son adinerados latinoamericanos, emigrados lejos de la inestabilidad de países como Venezuela. Los que quieren estar en ellos durante periodos más cortos y alquilarlos el resto del tiempo prefieren pisos de 300 metros. Que tampoco van mal para un confinamiento.
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