¿Es evitable el abandono escolar?

La UE lo considera un objetivo prioritario por las altas tasas registradas en los últimos años en una parte significativa de las nuevas generaciones

El funcionamiento del sistema educativo español presenta algunas disfunciones importantes, como son los elevados niveles de abandono escolar temprano y que son motivo de creciente preocupación. Se trata de personas (18 a 24 años) que abandonan los estudios sin haber concluido algún tipo de formación más allá de la enseñanza obligatoria. En concreto, no haber completado la segunda etapa de educación secundaria (FP de grado medio, básica o bachi...

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El funcionamiento del sistema educativo español presenta algunas disfunciones importantes, como son los elevados niveles de abandono escolar temprano y que son motivo de creciente preocupación. Se trata de personas (18 a 24 años) que abandonan los estudios sin haber concluido algún tipo de formación más allá de la enseñanza obligatoria. En concreto, no haber completado la segunda etapa de educación secundaria (FP de grado medio, básica o bachillerato).

En nuestro país el abandono escolar tras la educación obligatoria está por encima del promedio europeo. Así, los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA), revelan que, en el año 2022, aunque la tasa de abandono escolar, en la última década, se ha reducido sustancialmente todavía es insuficiente y se situaba en el 13,9% (18 a 24 años), frente a la media de la Unión Europea (9,6%).

Por comunidad autónoma aparecen desigualdades significativas. Así, la región de Murcia lidera la tasa de abandono escolar (18,70%) mientras que el País Vasco ostenta el abandono escolar más bajo (5,6%), según el Ministerio de Educación.

Estas desigualdades tan acusadas son debidas fundamentalmente a la desigual financiación, en términos de educación y formación, por cada comunidad autónoma para hacer frente a los cambios del entorno como son las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Es decir, la dotación de recursos dedicados al sistema educativo viene a ser determinante para obtener resultados satisfactorios. Indudablemente, uno de los principales instrumentos para disponer de una educación de calidad es su financiación adecuada.

De este modo, en 2022, la inversión pública en educación por alumno en centros públicos no universitarios en el País Vasco fue de 10.200 euros, frente a 6.000 euros de la región de Murcia. En concreto, la inversión en educación por parte del País Vasco es más del 40% superior a la dotación de Murcia.

El abandono educativo temprano sigue siendo uno de los grandes retos de la sociedad española. Identificado como uno de los factores de riesgo, exclusión y vulnerabilidad, su incidencia se traduce en sociedades menos equitativas, por su impacto en el individuo, la sociedad y la economía en general.

El problema se amplifica, desde hace unas décadas, porque han aumentado las exigencias del mercado laboral debido a la evolución de las nuevas tecnologías y del sector servicios que requieren más habilidades que el sector industrial. De hecho, del total de jóvenes con empleo, un 40% trabajan en los sectores de hostelería y comercio.

Por otra parte, los jóvenes de 25 a 34 años que solo tienen estudios básicos son una cuarta parte de la población (26,5%). Sin embargo, aunque el dato ha mejorado respecto a años anteriores, todavía continúa siendo muy elevado respecto a la UE (12%).

El abandono escolar es un fenómeno preocupante y de enorme interés socio educativo en las investigaciones actuales. Para la Unión Europea es un objetivo prioritario de actuación debido a las altas tasas registradas en los últimos años por una parte significativa de las nuevas generaciones. Tiene serias implicaciones para el desarrollo económico y la inclusión social y laboral en el futuro.

Por todo ello, la educación ha sido destacada recientemente por diversas conclusiones del Consejo Europeo como un factor clave para construir sociedades cohesionadas y para mantener la competitividad europea, como así mismo situar la educación y la formación en el centro de la agenda política europea con el objeto de apoyar sistemas de educación y formación orientados al futuro. La construcción del Espacio Europeo de Educación permitirá a los alumnos proseguir sus estudios en diferentes etapas de la vida y buscar empleo en toda la UE.

En este sentido, en nuestro país tenemos la persistencia de un desempleo elevado entre los jóvenes (30%) que supera en más del doble a la media de la población en general (13,26%). Hay que señalar que los demandantes de empleo son muy numerosos y las empresas priorizan aquellas personas que tienen una mayor preparación formativa. De hecho, un mayor nivel educativo supone una disminución en la tasa de desempleo y viceversa a menor nivel educativo mayor es la probabilidad de estar desempleado. Por ejemplo, según la EPA, en los jóvenes con formación de estudios superiores la tasa de paro es muy inferior (17%) en comparación con educación primaria (47%) y secundaria (30%).

La situación comparada de España con países de la UE tiene mucho que ver con la dotación de recursos dedicados al sistema educativo y las estructuras diseñadas para su adecuado funcionamiento.

Uno de los rasgos que más influyen en el abandono escolar son los determinantes socioeconómicos (clase social, precariedad económica o laboral familiar). Por ello, es necesario no solo mejorar la escuela, sino también aplicar políticas públicas que permitan disminuir factores socioeconómicos como, por ejemplo, aumentar las becas con el fin de promover oportunidades de aprendizaje permanente para todas las personas.

En este contexto, las becas son un instrumento fundamental para la igualdad de oportunidades. Según un estudio del Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol), basado en datos del INE y del Ministerio de Educación, revela falta de equidad del sistema. Así, el 60% de los niños de los hogares más pobres no las recibe, mientras que un 13% de las familias más ricas sí disfrutan de ellas.

Por último, el abandono escolar prematuro es un problema educativo de gran complejidad en el que intervienen diversos factores (sociales, políticos, económicos, escolares y familiares). Por ello, nada será posible sin una estrecha colaboración entre todas las partes implicadas para promover cambios profundos y sistemáticos. Solo se podrá solucionar aunando esfuerzos entre toda la sociedad. Un sistema educativo inclusivo influye positivamente no solo en el crecimiento económico y la innovación, sino que también refuerza la cohesión social.

Vicente Castelló Roselló es profesor Universidad Jaume I y miembro del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local

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