La familia al timón de MSC y el transporte marítimo mundial
Gianluigi y Diego Aponte copresiden el gigante naviero, que va a crear con Renfe una empresa logística, en plena diversificación
Los nuevos socios de Renfe son una familia muy unida. Los italosuizos Aponte se reparten la dirección de MSC (Mediterranean Shipping Company), una de las dos grandes navieras de barcos contenedores por capacidad de flota. La copresiden Gianluigi Aponte (Sant’Agnello, Italia, 1940), el fundador, y su hijo Diego.
Renfe Mercancías y la filial de logística de la suiza MSC, Medlog, van a crear una sociedad mixta de carga al 50%, con gestión compartida y consejo paritario. La operación deberá pasar por un proceso de auditoría (due diligence) en las próximas semanas: se trata de confecc...
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Los nuevos socios de Renfe son una familia muy unida. Los italosuizos Aponte se reparten la dirección de MSC (Mediterranean Shipping Company), una de las dos grandes navieras de barcos contenedores por capacidad de flota. La copresiden Gianluigi Aponte (Sant’Agnello, Italia, 1940), el fundador, y su hijo Diego.
Renfe Mercancías y la filial de logística de la suiza MSC, Medlog, van a crear una sociedad mixta de carga al 50%, con gestión compartida y consejo paritario. La operación deberá pasar por un proceso de auditoría (due diligence) en las próximas semanas: se trata de confeccionar el modelo societario y de explotación que irá al Consejo de Ministros. La nueva empresa se enmarca en el proceso de diversificación de MSC, que tras la apoteosis del negocio durante la pandemia, gracias a la escasez de contenedores, afronta ahora un cierto declive por el aumento del parque de buques y por la ralentización general de la economía.
Gianluigi Aponte nació cerca de Sorrento, en la costa Amalfitana (Nápoles). Empezó como capitán de barco, operando transbordadores de pasajeros en el Mediterráneo para el negocio de su familia, después de graduarse en la Academia Marítima Italiana. Se casó con Rafaela Diamant Pinas, suiza de origen israelí e hija de un banquero ginebrino, a la que conoció en la década de los sesenta, cuando ella viajaba en un buque a Capri (a 20 minutos de Sorrento) capitaneado por él.
En 1970, después de dejar el transporte marítimo para trabajar en banca, volvió al sector para poner en marcha su propia empresa, siguiendo el sueño de su padre, que lo había empezado antes de morir, cuando él tenía solo cinco años. Junto a su esposa, compró un barco, el Patricia, con un préstamo de 200.000 dólares. Lo usaron para transportar mercancías entre Europa y África. Con el crecimiento del negocio, entró en los cruceros en 1988. En 2014 dejó el puesto de CEO en manos de su hijo Diego, pero permaneció como copresidente ejecutivo.
Diego Aponte graduó en Estudios Marítimos, enfocado en el transporte. Se unió a MSC en 1997: primero se formó a bordo de barcos como ingeniero júnior, para obtener experiencia técnica de primera mano, y luego, cuenta la compañía, incrementó sus conocimientos en dirección de buques de MSC en Sorrento.
En la sede de MSC en Ginebra, trabajó en todos los departamentos, incluidas las rutas comerciales de Latinoamérica y EE UU. Identificó una oportunidad para invertir en infraestructura de terminales, para facilitar el crecimiento a largo plazo del sector de los contenedores. Así que en 2000 creó Terminal Investment Limited (TiL), que se ha convertido en uno de los mayores operadores de terminales portuarias, y que preside. En 2006 fue nombrado vicepresidente del grupo, y, ocho años después, ascendió a copresidente y CEO. Dejó este último puesto en 2020, en manos de Soren Toft, procedente de su gran rival, la danesa Maersk, donde era jefe de operaciones.
La madre de Diego, y esposa de Gianluigi, decora los barcos de MSC Cruceros, y la hermana e hija, Alexa Aponte Vago, es la directora financiera. Los padres poseen cada uno un 50% del grupo. Aunque no cotiza, y la empresa no informa de sus resultados, Forbes estima que la fortuna de Gianluigi Aponte asciende a 29.300 millones de dólares, lo que le coloca entre los 50 más ricos del mundo. Su esposa tiene, pues, otro tanto.
Rafaela Aponte es prima de la madre de Alexis Kohler, alto funcionario de la Dirección General del Tesoro francesa, y mano derecha de Emmanuel Macron desde los tiempos de este como ministro de Economía, en 2014. Cuando dimitió para presentarse al Elíseo, Kohler fichó como jefe de finanzas de MSC Cruceros, sito en Grenoble, aunque seguía trabajando en remoto y a tiempo parcial para la campaña de Macron. Con la victoria de este en las presidenciales, volvió a la política. En 2022, la organización privada Anticor presentó una denuncia acusando a Kohler de conflicto de intereses por su relación con los Aponte, de la que está siendo investigado por la Fiscalía francesa de Delitos Financieros.
MSC está diversificando su negocio, apostando por la logística y el ferrocarril, en África y Europa, en particular en Italia. Y no solo en el transporte de mercancías, sino también en el de personas: estudian la compra del operador de alta velocidad Italo-NTV. Llegaron a plantearse, asimismo, comprar ITA Airways, y han adquirido un operador de cadenas hospitalarias, Mediclinic International, que cotiza en Londres.
En cuanto a la joint venture con Renfe, fuentes conocedoras del acuerdo señalan a CincoDias que la gestión será compartida y el consejo, paritario. Renfe Mercancías seguirá funcionando como empresa pública aparte, pero cederá activos y parte de su negocio a la futura filial. La nueva empresa deberá pasar, eso sí, el filtro de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, antes de que el acuerdo llegue al Consejo de Ministros, y es probable que deba revisarla también la CNMC. MSC tiene ya una filial en España, Medway, dedicada asimismo a mover contenedores en tren. El grupo de los Aponte se llevó el concurso de Renfe por delante de Maersk y la francesa CMA CGM. Ahora solo queda llevar el plan a buen puerto.
Las cifras
Su rival Maersk, que tiene una flota similar a MSC, cotiza en Bolsa a 30.000 millones de euros.
Los ingresos de MSC, según el experto John McCown, se duplicaron con creces entre 2020 y 2022, hasta los 64.000 millones, y sus beneficios pasaron de 2.000 millones a 24.000 millones.
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