Cuando lo micro es macro

Microempresas y pymes generan cifras e iniciativas muy prósperas y meritorias

Las microempresas –aquellas con menos de 10 trabajadores y una facturación anual inferior a los 2 millones de euros– y las pequeñas y medianas empresas constituyen el 99% de las compañías de la Unión Europea. Crean dos de cada tres empleos del sector privado y contribuyen a más de la mitad del valor añadido total generado por las empresas de la Unión.

Esta es la contundente radiografía del mapa empresarial europeo que dibujan las Fichas temáticas sobre la Unión Europea del Parlamento Europeo. Y los datos en España son aún más reveladores, ya que, según cifras del Ministerio de Industria...

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Las microempresas –aquellas con menos de 10 trabajadores y una facturación anual inferior a los 2 millones de euros– y las pequeñas y medianas empresas constituyen el 99% de las compañías de la Unión Europea. Crean dos de cada tres empleos del sector privado y contribuyen a más de la mitad del valor añadido total generado por las empresas de la Unión.

Esta es la contundente radiografía del mapa empresarial europeo que dibujan las Fichas temáticas sobre la Unión Europea del Parlamento Europeo. Y los datos en España son aún más reveladores, ya que, según cifras del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, las pymes españolas (entre las que se encuentran un total de 1,1 millones de microempresas) representan el 99% del total de compañías del país y generan alrededor del 63% del empleo.

Estos datos, además, cobran especial relevancia en las zonas rurales, donde se erigen como una sólida alternativa de empleo y de ingresos para muchos de sus habitantes, que tendrían más difícil acceso a otras alternativas profesionales y laborales.

Con todos estos datos sobre la mesa, merece la pena poner en valor el papel clave que juegan las microempresas y pymes en el dinamismo económico del país, gracias a la generación de abundante empleo, riqueza y bienestar en todos aquellos territorios en los que operan.

Además, el número de microempresas ha ido en aumento en los últimos años, en parte gracias a la mayor facilidad para poner en marcha un negocio mediante las nuevas herramientas tecnológicas. No obstante, no todo es un camino de rosas para estas compañías, que suelen identificar como uno de sus principales problemas recurrentes, especialmente en la fase de puesta en marcha de su actividad, la dificultad para encontrar financiación.

En este sentido, se ha puesto de relieve que una de las herramientas más útiles para este colectivo empresarial son los microcréditos, préstamos por un importe inferior a los 30.000 euros sin garantía real que sirven para financiar el inicio, ampliación o consolidación de un negocio, o bien para atender necesidades de capital circulante. Estas pequeñas inyecciones económicas, de las que pueden beneficiarse tanto hombres como mujeres de cualquier edad, procedencia y grado de formación, son a menudo el abono que necesita la semilla de un proyecto empresarial para acabar germinando.

En el sector de las microfinanzas conocemos de primera mano las trabas a las que se enfrentan habitualmente autónomos, emprendedores y microempresas. De hecho, la mayoría de las personas de estos colectivos que reciben un microcrédito cree que no habrían logrado su propósito sin su concesión, o bien habría sido muy complicado poder materializarlo. En este sentido, las principales entidades europeas dedicadas al fomento del emprendimiento y las microfinanzas, como el Fondo Europeo de Inversiones, el Banco de Desarrollo del Consejo de Europa y el Banco Europeo de Inversiones, son también plenamente conscientes de estas dificultades y han aumentado sus operaciones para que microempresas y pymes puedan acceder más fácilmente a la financiación necesaria para impulsar sus proyectos e ideas de negocio.

También conocemos las derivaciones económicas que generan las microfinanzas, que son perfectamente medibles y cuantificables. Gracias al efecto tractor de la actividad de los negocios que han recibido microcréditos, se genera un impacto indirecto e inducido sobre la economía española, fomentando el desarrollo económico del territorio y la creación de empleo.

Mención aparte merece el papel que juegan las microempresas y las pymes en la contribución del crecimiento inclusivo y el freno a las desigualdades, en paralelo a la colaboración en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente los enfocados a promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos (Objetivo 8) y a construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación (Objetivo 9).

En síntesis, microempresas y pymes generan cifras e iniciativas muy prósperas y meritorias que ponen de manifiesto que, en el ámbito empresarial, lo micro también es macro.

Cristina González Viu es directora general de MicroBank

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