Electromovilidad: ¿qué camino seguir?
La transición debe ser ordenada, y la Administración debe potenciar las infraestructuras de carga
La electrificación de la movilidad es ya una realidad. Poco a poco se están empezando a ver los frutos del trabajo que se ha llevado a cabo durante los últimos años para abrir el camino y avanzar en la movilidad eléctrica. La transición a esa movilidad limpia debe hacerse de forma ordenada y contando con la participación de todos los actores sociales que forman parte de la movilidad: administraciones, sector y usuarios (empresas y particulares).
Las administraciones han de ofrecer la infraestructura necesaria para que esta nueva movilidad sea posible, así como medidas que ayuden a los c...
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La electrificación de la movilidad es ya una realidad. Poco a poco se están empezando a ver los frutos del trabajo que se ha llevado a cabo durante los últimos años para abrir el camino y avanzar en la movilidad eléctrica. La transición a esa movilidad limpia debe hacerse de forma ordenada y contando con la participación de todos los actores sociales que forman parte de la movilidad: administraciones, sector y usuarios (empresas y particulares).
Las administraciones han de ofrecer la infraestructura necesaria para que esta nueva movilidad sea posible, así como medidas que ayuden a los ciudadanos a apostar por la electrificación de sus vehículos. Los usuarios no pueden decidirse por esta opción si no sienten que cuentan con una red potente de cargadores públicos que les permita moverse con la misma facilidad y fiabilidad que los vehículos de combustión. Para que se democraticen estos nuevos vehículos y que sean accesibles, han de contar con medidas de apoyo que les ayuden a decantarse de una forma factible por la electrificación.
En esta línea y aunque todavía queda algo lejano, los Gobiernos nacionales de Europa deberán asegurarse de que antes del 31 de diciembre de 2025 exista, al menos, un punto de carga de –como mínimo– 400 kilovatios cada 60 kilómetros en la red principal de carreteras de toda la Unión Europea, y cada 100 kilómetros en el resto de vías. Sin embargo, la medida se ampliará de cara a 2027, cuando el objetivo será el de aumentar la potencia a 600 kilovatios.
Por su parte, el sector refleja que se trata de una tendencia al alza que tiene el apoyo de los compradores: las ventas de vehículos electrificados se incrementaron casi un 40% en el mes de mayo, con 11.146 nuevas unidades. Aunque todavía queda recorrido para que sea la opción más dominante del mercado, ya que suponen el 10,43% del total.
Son datos que reflejan que están teniendo mayor aceptación, pero no la suficiente, ya sea por falta de una infraestructura adecuada o por una baja conciencia ecológica, porque ¿cuántas personas han comprado un coche híbrido enchufable y nunca le han aplicado una carga eléctrica?
Una expansión lenta, pero progresiva. Lo que tenemos que analizar es si se trata de un ritmo adecuado para cumplir con los objetivos establecidos de reducción de emisiones de dióxido de carbono, que contemplan disminuirlas un 55% para los turismos nuevos entre 2030 y 2034.
La electromovilidad es una tendencia imparable, ya sea en un plazo menor o mayor de tiempo, pero todas las acciones van encaminadas a que así sea. Por eso, y para fomentarla en mayor medida, quizás sería conveniente mejorar o buscar una alternativa para evitar la degradación de los coches eléctricos. Esta característica de algunos de sus componentes puede hacerlos menos atractivos para los clientes, que buscan durabilidad en ellos.
Sería conveniente, a la vez que se fomenta la movilidad eléctrica, trabajar en aquellas piezas que se degradan con el tiempo y que deben reemplazarse con frecuencia. Por ejemplo, el deterioro de las baterías es un factor a tener en cuenta, y ante este problema, se podría plantear un modelo de suscripción de baterías o un seguro. Así conseguimos reducir el elevado coste que supone su reemplazo.
También reman a favor de la electrificación de los vehículos marcas como BYD o MG, entre otras, que comienzan a democratizar el acceso a este tipo de automóviles y que lo seguirán haciendo en los próximos años debido a su política de precios, tan agresiva. Tesla es otro ejemplo, ya que ha puesto en marcha durante estos meses una serie de descuentos para conseguir mantener su cuota.
La electromovilidad será el camino a seguir siempre y cuando se lleven a cabo actuaciones que lo hagan posible en un futuro cercano. Es decir, ya no solo basta con una infraestructura adecuada, sino que también resulta fundamental contar con unos vehículos que soporten esta tendencia atendiendo a las necesidades de los consumidores.
Bien es cierto que los clientes están por la labor de encaminarse hacia una movilidad sin emisiones y mucho más sostenible a la vez que respetuosa con el medio ambiente, pero deben tener a su alcance las herramientas que lo hagan posible. Para ello, todos los actores protagonistas deben remar en esta misma dirección.
Arturo Álvarez Podhorecka es CEO & cofundador de Renting Finders
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