La nueva profesión de riesgo del siglo XXI y el guiño a los funcionarios

BT, Vodafone, Orange y Telecom Italia, el club de las telecos que han expulsado a sus primeros jecutivos por “no progresar adecuadamente”

Sede central de BT en LondresHANNAH MCKAY (REUTERS)

La profesión de riesgo por excelencia en el siglo XXI, más por incertidumbre que por mortalidad o morbilidad excesivas, es ser entrenador de un equipo de fútbol de Primera División, pero en la lista de los oficios fugaces debería ocupar un lugar destacado ser el máximo directivo de una empresa de telecomunicaciones. Con la salida del actual consejero delegado, Philip Jansen, en el cargo desde febrero de 2019, BT acaba de convertirse en la última gran compañía (po...

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La profesión de riesgo por excelencia en el siglo XXI, más por incertidumbre que por mortalidad o morbilidad excesivas, es ser entrenador de un equipo de fútbol de Primera División, pero en la lista de los oficios fugaces debería ocupar un lugar destacado ser el máximo directivo de una empresa de telecomunicaciones. Con la salida del actual consejero delegado, Philip Jansen, en el cargo desde febrero de 2019, BT acaba de convertirse en la última gran compañía (por el momento) que se une a un club del que también forman parte Vodafone, Orange y Telecom Italia: todas ellas han explusado a sus primeros ejecutivos por “no progresar adecuadamente” durante el último año.

Lo cierto es que gestionar el negocio de las telecos en estos tiempos se ha convertido casi una gesta. La mala evolución de las acciones en los mercados se suma a la feroz competencia que ejercen, por un lado, los grandes gigantes de internet y su cultura corporativa de usar sin pagar, y por otro, el efervescente universo de las compañías low cost y la presión que ejercen sobre una competencia cada vez más dura.

El empleo público crece como la espuma ...a la sombra del 23J

Anunciar una megaoferta de empleo público dos semanas antes de unas elecciones generales tiene sus riesgos, por ejemplo, que los votantes unan ambos acontecimientos en sus mentes con una conexión causa- efecto. Es el viejo adagio de la mujer del César, que en política no pierde actualidad ni agudeza, por muchos siglos que pasen. Tampoco mejora mucho la cosa cuando se sabe que la oferta, cuyo objetivo es reforzar la plantilla de la Administración del Estado, minada por la pandemia y años de recortes, debía haberse aprobado en el primer trimestre del año. Eso sí, las 30.000 plazas ofertadas llegan como agua de mayo, pero en julio.

El éxito de los fondos de pensiones de empleo depende de la pedagogía

Si el Gobierno quiere conseguir que los planes de pensiones de empresa arraiguen finalmente en España debería comenzar revisando su pedagogía. Ni su enrevesado nombre ni la información que se ha dado sobre los fondos de pensiones de empleo de promoción pública (FPEPP), así se llama el vehículo cuyo objetivo es impulsar los planes de empresa, parecen haber sido pensados para mover multitudes. En España, al contrario que en otros países europeos y tras más de 35 años de regulación, este tipo de fórmula de previsión social complementaria apenas ha llegado a dos millones de partícipes, fundamentalmente trabajadores de grandes empresas y empleados públicos. Los demás no es que los rechacen (eso dicen las encuestas), sino que no han oído siquiera hablar de ellos.

La frase del día

China está dispuesta a trabajar en estrecha colaboración con Rusia para desarrollar una asociación estratégica integral en la nueva era. (Xi Jinping, presidente de China)

El mundo está muy mal repartido (y la inflación también)

El mundo está muy mal repartido y es rico en paradojas; también en el prosaico mundo de los parámetros macroeconómicos. Mientras los bancos centrales de medio mundo luchan a brazo partido por reducir la inflación (y presionan al máximo la renta disponible de los ciudadanos con un rally intensivo de alzas de tipos de interés), en la lejana China el problema es el contrario. La economía del país asiático se las ve con un IPC del 0% que puede poner en peligro su previsión de crecimiento del 5% para este año. Es inevitable recordar aquellos tiempos en que Fráncfort, con Mario Draghi al frente, aseguraba con preocupación estar dispuesto a poner toda la carne en el asador no solo para salvar el euro, sino también para subir los precios “rápidamente”.

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