El gigante marítimo MSC se embarca en una errática travesía de fusiones

Necesita contrarrestar la inminente recesión del sector, pero su apuesta por la logística y el tren puede salirle cara

Carga del barco MSC Meline, en la terminal portuaria Virginia International Gateway Marine, en Norfolk (Virginia, EE UU).Steve Helber (AP)

Gianluigi Aponte navega por aguas desconocidas. El auge del transporte marítimo ha ayudado a este napolitano de 83 años, fundador de la empresa no cotizada Mediterranean Shipping Company (MSC), y conocido en el sector como el Capitán, a construir la mayor línea de contenedores del mundo por capacidad de flota. El magnate necesita ahora hacer negocios para contrarrestar una inminente recesión del sector. Apostar por la logística y el ferrocarril tiene sentido, pero su festiva...

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Gianluigi Aponte navega por aguas desconocidas. El auge del transporte marítimo ha ayudado a este napolitano de 83 años, fundador de la empresa no cotizada Mediterranean Shipping Company (MSC), y conocido en el sector como el Capitán, a construir la mayor línea de contenedores del mundo por capacidad de flota. El magnate necesita ahora hacer negocios para contrarrestar una inminente recesión del sector. Apostar por la logística y el ferrocarril tiene sentido, pero su festival de fusiones y adquisiciones puede salir cara.

MSC, tiene sede en Suiza y una flota mayor que la de su rival danés A.P. Moller-Maersk, que cotiza en Bolsa por 29.000 millones de euros. Según la consultora marítima Alphaliner, MSC superó el año pasado a Maersk: puede transportar unos 4,3 millones de contenedores estándar de 20 pies (6 metros), unos 2.000 más que Maersk, según Alphaliner.

Está estrechamente controlada por Aponte y sus dos hijos, y sus finanzas son el secreto mejor guardado del sector marítimo. Aun así, es probable que los ingresos de MSC se duplicaran con creces entre 2020 y 2022, hasta los 64.000 millones de euros, y que los beneficios netos aumentaran hasta los 24.000 millones el año pasado, frente a los escasos 2.000 millones de 2020, señala el experto en transporte marítimo John McCown. Ello se debe a que la escasez de contenedores durante la pandemia elevó las tarifas de los fletes marítimos a máximos históricos. Maersk, que finalizará en 2025 un acuerdo de 10 años para compartir buques con MSC, tuvo una trayectoria de beneficios similar.

La marea puede girar pronto. El exceso de contenedores disponibles ha deprimido los precios, mientras la demanda disminuye por la crisis del coste de la vida. Los analistas del sector predicen que las empresas de transporte marítimo en contenedores sufrirán graves pérdidas, lo cual puede llevar a la concentración del sector.

Para contrarrestar la tendencia, los Aponte se han propuesto diversificar su negocio. En diciembre pasado, MSC pagó 5.700 millones de euros para comprar el negocio africano de transporte y logística de Vincent Bolloré, Bolloré Africa Logistics. Y ahora quiere redoblar sus esfuerzos en logística con una posible inversión por el 49% de la empresa alemana de transporte de mercancías TX Logistik, que forma parte de la filial Mercitalia del operador ferroviario estatal italiano Ferrovie dello Stato (FS). MSC y FS firmaron el año pasado un acuerdo de asociación destinado a desarrollar sus respectivas operaciones de transporte terrestre de mercancías.

Pero MSC también se propone apostar fuerte por el transporte de personas, más que de mercancías. Está estudiando comprar el operador italiano de trenes de alta velocidad Italo-NTV, controlado por el fondo estadounidense Global Infrastructure Partners (GIP), por 5.200 millones de euros, según el diario Corriere della Sera y Bloomberg. Los Aponte podrían disfrutar del flujo de caja constante de Italo, que tiene márgenes más altos que los trenes estatales italianos en pleno crecimiento del volumen de pasajeros. Pero el riesgo es que se rasquen el bolsillo para entrar en un terreno menos familiar.

Supongamos que la compañía ferroviaria ha sido capaz de ofrecer un crecimiento del ebitda del 47% anual desde 2021, la misma tasa que tenía antes del Covid. La oferta de MSC valoraría Italo en 15,6 veces su ebitda potencial para 2023, de 333 millones de euros, según nuestros cálculos. Eso ya es más alto que las 12 veces el ebitda pagadas por GIP en 2018, cuando adquirió el grupo por 2.400 millones, incluida la deuda. Pero si Italo crece más lentamente, entonces el múltiplo sería mucho más alto.

Otros objetivos potenciales de MSC también parecen un poco aleatorios. El año pasado, los Aponte se plantearon una costosa oferta por la aerolínea ITA Airways. Luego acabó asociándose con la sudafricana Remgro para comprar Mediclinic International, operador de cadenas hospitalarias que cotiza en Londres, por 3.700 millones de libras (4.300 millones de euros).

Protegerse de la actual crisis del transporte marítimo tiene mucho sentido, y el secretismo que rodea a los Aponte hace difícil interpretar su próximo movimiento. Pero hay una delgada línea entre la diversificación sensata y disparar al aire.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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