Biden da poco y recibe aún menos en el acuerdo del techo de deuda

Las finanzas de EE UU pueden salir peor paradas, y la paciencia de los inversores podría agotarse un día

El líder de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el pasado 22 de mayo.Europa Press/Contacto/Yuri Gripas - Pool via CNP (Europa Press/Contacto/Yuri Gripa)

Para el presidente Joe Biden, la victoria en torno al techo de deuda tiene un sabor agridulce. El sábado por la noche, la Casa Blanca y el congresista republicano Kevin McCarthy alcanzaron un acuerdo provisional para elevar el límite de endeudamiento del Gobierno. Cada partido defendió el acuerdo como un paso crucial para evitar un impago soberano. Pero entre los amplios límites de gasto y las normas más estrictas para los cupones de alimentos, los republicanos tienen más que celebrar que sus homólogos demócratas. Estados Unidos y sus acreedores, en general, tienen aún menos de qué alegrarse.

Tras meses de negociación, Biden y McCarthy llegaron a un acuerdo solo nueve días antes de que la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, dijera que se esperaba que el país se quedara sin liquidez. La cuenta general del Tesoro disponía de solo 39.000 millones de dólares el 25 de mayo, según el departamento.

El acuerdo eleva el techo de la deuda en unos 4 billones de dólares desde su nivel actual de 31,4 billones, ampliando la capacidad de endeudamiento del Gobierno durante dos años más. Ello permite a Biden evitar un enfrentamiento similar antes de las elecciones presidenciales de 2024.

Biden se lleva algunas victorias, pero sobre todo consigue mantener el gasto que ya había impulsado, incluido el dinero dedicado a proyectos de energía limpia a través de la Ley de Reducción de la Inflación. También se mantendrán las ayudas a los préstamos estudiantiles. Los republicanos pretendían reducirlas.

Los cambios introducidos en el Presupuesto favorecen a los conservadores. Se redirigen 10.000 millones de dólares de los fondos del Servicio de Impuestos Internos que estaban destinados a modernizar el sistema. En la práctica, esto podría haber ayudado al Gobierno a recaudar más tributos –el lado de los ingresos de la ecuación presupuestaria que falta lamentablemente en el acuerdo actual.

La Casa Blanca también cedió a la presión de los republicanos para imponer requisitos laborales en los programas de ayuda federal. Si lo aprueban en los próximos días los legisladores demócratas y republicanos, que todavía tienen que votar, los estadounidenses de bajos ingresos de hasta 54 años tendrán que trabajar para recibir ayuda alimentaria federal, frente al límite anterior de 49 años.

Mientras, Biden parece esperar que los votantes estadounidenses tengan memoria a corto plazo. Recortar derechos sagrados es desconcertante para los demócratas. Pero 2024 está lejos y, durante los próximos dos años, los hábitos de gasto de Estados Unidos pueden seguir su curso sin que el Congreso los altere.

Al final, sin embargo, las finanzas estadounidenses pueden salir peor paradas. El resultado neto de este proyecto de ley es que los niveles de gasto se mantienen en 2024 y aumentan aproximadamente un 1% en 2025, lo que probablemente se sumará al déficit de 925.000 millones de dólares. Si bien los inversores parecen tan ansiosos como siempre por comprar deuda estadounidense, el hecho de que el mayor acreedor del mundo juegue al gallina con sus finanzas –todo ello mientras vive de cheque en cheque– es un recordatorio de que, en algún momento, la paciencia se agotará en algún lugar.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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