La reinvención de las ‘telecos’ y el impacto en sus plantillas
La transformación de su modelo de negocio, acechado por múltiples amenazas, ha tenido sensibles efectos en las políticas de recursos humanos
El sector de las telecomunicaciones vive desde hace años una auténtica transformación de su modelo de negocio, acechado por múltiples amenazas y con sensibles efectos colaterales en las plantillas de los principales operadores. BT y Vodafone han anunciado una reducción de casi 70.000 empleados, recorte motivado por la implantación de las tecnologías vinculadas a la inteligencia artificial. También, todo hay que decirlo, al empeoramiento de los resultados. En esta línea, Orange y, sobre todo, Telefónica, llevan ya años inmersos en procesos de rejuvenecimiento y adaptación de sus plantillas, con recurrentes planes de prejubilaciones o planteamientos de reducción de la jornada laboral previo ajuste de los salarios.
La reinvención de esos gigantes de las telecos no es un proceso nuevo. En apenas unos años, han virado del negocio tradicional a apostar por actividades vinculadas a la generación de contenidos audiovisuales, primero, y, sin solución de continuidad, a reinvindicarse como empresas multiservicios que tan pronto comercializan seguros como alarmas. Toda una montaña rusa operativa que ha propiciado una progresiva pérdida de relato, con el consiguiente impacto en Bolsa y en el estancamiento de los proyectos en mercados a menudo maduros. Lógicamente, los planteles y el área de recursos humanos se han visto golpeados tanto por las debilidades económicas y las dudas de los conglomerados como por la nuevas necesidades de los grupos, en permanente revisión de sus estrategias y con cada vez mayores exigencias tecnológicas.
Llama la atención que, en este escenario de reconversión, las autoridades de competencia comunitarias sean tan reacias a revisar criterios que han quedado claramente obsoletos. Su contumacia en mantener la necesidad de cuatro operadores en los mercados nacionales choca con la realidad del negocio y las presiones de precios que sufren los afectados. Por eso es tan importante que la integración de Orange y MásMóvil salga adelante con las menores condiciones posibles, casi tanto como poner en valor las redes frente a quienes sacan partido de las mismas.
Es inevitable que la automatización de los procesos tenga impacto en la fuerza laboral a corto y medio plazo. Sin embargo, es imprescindible que eso suceda con el menor coste social y personal posible, empeño en el que las empresas han mostrado a menudo su compromiso. Del mismo modo, los reguladores deben ayudar a las compañías a transitar ese camino sin ponerles más palos en las ruedas.
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