La calidad del empleo, y el complicado negocio de la TV

El mercado laboral mejora en algunos aspectos... aunque no tanto en otros

Varias personas en la entrada de una oficina del SEPE.Eduardo Parra (Europa Press)

La calidad del empleo la marcan distintos factores: uno de ellos, claro, es su carácter de indefinido o temporal, aunque tras las sucesivas reformas laborales, la diferencia entre uno y otro ya no sea tanta. En ese sentido, los datos de afiliados a la Seguridad Social indican que los nuevos trabajadores tienen cada vez más estabilidad. A cambio, es notable el número de ellos que lo son a tiempo parcial (condición que puede convenirles, o no), y los que son fijos discontinuos (la fórmula que utilizan muchas empresas para adaptar su plantilla a las temporadas de actividad). Además, hay que añadir los emolumentos, que, como los de los afiliados ya existentes, siguen quedando rezagados respecto a la inflación.

El panorama, en cualquier caso, refleja una normalización del mercado laboral, con una ocupación turística en niveles similares a los prepandémicos. Pero difícilmente compartirán buena parte de los españoles la equiparación de la situación actual con la “bonanza” anterior a la crisis financiera de 2008 que hace el Ministerio de Trabajo en su análisis de las cifras.

Las pymes y los autónomos no se recuperan del impacto pandémico

Aunque es cierto que las empresas en general, las de mayor tamaño en concreto, están resintiéndose menos de la inflación que los hogares, también lo es que las pymes y los autónomos están sufriendo, sobre todo porque acumulan graves problemas financieros desde la pandemia. Es justamente el crédito a ese grupo empresarial el que más preocupa a los bancos, que tienen en vigilancia atenta una bolsa de 87.000 millones en préstamos. El sistema bancario se ha fortalecido mucho, pero los impagos y las quiebras pueden acelerarse a medida que la subida de los tipos impacte en la economía real.

El negocio de la televisión ya no es tan sencillo como cuando era un oligopolio

El negocio de la TV financiada por publicidad ha sido históricamente muy rentable... gracias sobre todo a su condición oligopolística. En un entorno de competencia abierta como el que ofrece internet, la lucha por captar audiencia se complica, como está empezando a comprobar Netflix con su nuevo modelo mixto de suscripción y publicidad.

En un entorno de recortes de gasto en los hogares, las plataformas de streaming tienen muchas opciones de ser las sacrificadas. La estrategia algo kamikaze de Net­flix de restringir el uso compartido de las cuentas puede salirle por la culata. Las cadenas clásicas, de TDT, están perdiendo audiencia; pero las modernas también sufren. Los contenidos son casi infinitos, el tiempo y el dinero de los espectadores, limitado.

La frase del día

“En el debate sobre el empleo del futuro no es suficiente con cerrar una mina y mandar a los mineros a formación. (...) Hay que desarrollar una economía regional”

Liina Carr, secretaria confederal de la Confederación Europea de Sindicatos (ETUC)

Las huelgas en las aerolíneas cumplen una labor de equilibrio en el mercado

Hay que proteger el derecho de los ciudadanos a la movilidad, pero resulta llamativo, como señalan los representantes de los trabajadores de las aerolíneas, que un Gobierno tan comprometido (con razones fundadas) con la sostenibilidad y con la alternativa menos contaminante que supone el transporte por tren –cuya oferta se ha multiplicado en los últimos tiempos–, imponga unos servicios mínimos elevados a las huelgas convocadas en el sector aéreo. Es más llamativo aún en un Ejecutivo tan implicado, aparentemente, con las causas de los trabajadores (entre los que protestan hay pilotos y tripulantes de cabina de pasajeros). Las huelgas no deben convocarse alegremente, y menos en el transporte, pero cumplen una labor de equilibrio en el mercado.

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