“Las pequeñas cotizadas son el activo que más va a volar en Bolsa con la victoria de Trump”
Los gestores de fondos creen que este tipo de compañías estadounidenses se va a beneficiar de las políticas proteccionistas de la nueva administración
Los mercados financieros llevan meses vaticinando qué empresas y sectores podrían beneficiarse según el resultado electoral se decantará hacia Donald Trump o hacia Kamala Harris. Firmas como Morgan Stanley habían elaborado una cesta de acciones que podrían aumentar su beneficio en función de los comicios: petroleras, bancos y mineras, si se imponía Trump; empresas de energías renovables y constructoras de viviendas, si ganaba Harris. Pero otro eje de análisis podrá tener aún más importancia en los próximos meses: el tamaño. Con la victoria de Trump, las empresas de menor capitalización parecen mejor situadas para tener mejor evolución en Bolsa que las grandes. De hecho, el índice Russell 2000, que reúne a las cotizadas norteamericanas más pequeñas, abrió la jornada bursátil con una subida del 5%.
Diego Fernández-Elices, director de inversiones de la firma A&G —una firma que gestiona activos por valor de 15.000 millones de euros—, lleva tiempo monitorizando el decalaje que había en las valoraciones entre las grandes empresas norteamericanas y las de pequeña y mediana capitalización. “Teníamos muy claro que si ganaba Trump este perfil de empresas podrían verse beneficiadas, por la firme defensa del candidato de las políticas proteccionistas”, explica el experto. Estas empresas de menor capitalización tienden a estar, al contrario que los gigantes del S&P 500, más vinculadas al mercado doméstico.
Donald Trump ha hecho bandera de la imposición de nuevos aranceles para tratar de frenar las importaciones, sobre todo de China. El que será el nuevo presidente norteamericano defiende la política America first (Estados Unidos primero), lo que se puede traducir en un importante impulso para aquellas compañías que concentran su producción en el territorio. Para Fernández-Elices “las pequeñas cotizadas son el activo que más claramente va a destacar con la victoria de Trump. Van a empezar a volar”.
A la querencia de la nueva administración americana por el producto nacional se suma el hecho de que este tipo de empresas cotizaban con un gran descuento frente a las grandes empresas. Ronald Temple, estratega jefe de mercados de la gestora norteamericana Lazard —con 200.000 millones de euros bajo gestión— explicaba en una reciente visita a Madrid que “la diferencia de precios que hay entre los gigantes de Wall Street y las compañías de pequeño tamaño es más grande que nunca y lo normal es que se fuera estrechando”. Además de los aranceles a la importación, que van a proteger a la industria local, hay otros factores que también pueden impulsar a estas firmas. Trump ya ha anunciado una rebaja fiscal, que también les llegará, y la Administración priorizará la contratación con este tipo de compañías y a penalizar a las que producen fuera.
Xavier Brun es gestor de fondos y jefe de inversión en Bolsa de la firma Trea Asset Management. Para él, la fuerte predisposición de Trump hacia el proteccionismo va a hacer muchas compañías que tenían plantas de producción en terceros países “apuesten por relocalizarlas en Estados Unidos”. Este movimiento, que ya comenzó hace un par de años, se va a acelerar. “Esto va a provocar mayores ventas en compañías de alquiler de maquinaria, como United Rental, pero también en las que fabrican acero, en compañías de consumo...”, apunta el inversor.
La racha de la Bolsa estadounidense de los últimos dos años ha estado muy condicionada por la excelente evolución de las grandes compañías. Sobre todo de las de perfil más tecnológico. El auge de la inversión en inteligencia artificial ha disparado las cotizaciones de Nvidia, Microsoft, Amazon, Alphabet (matriz de Google)... Estas compañías, que han cosechado unos ingentes beneficios, generan la mayor parte de sus beneficios fuera de las fronteras norteamericanas. En cambio, en el caso de las compañías que componen el índice Russell 2000, las empresas de pequeña capitalización, tienen un mayor predominio de las ventas dentro de Estados Unidos. Aunque este índice había quedado descolgado en los últimos años, desde el verano ha empezado a recuperar posiciones.
El gigante de las inversiones Goldman Sachs lanzó hace un año y medio un fondo de inversión que tiene como uno de sus objetivos aprovechar ese movimiento de relocalización de las cadenas de producción. Su gestor, Sung Cho, explica que después de la pandemia y los graves problemas de suministro, sobre todo de microchips, “todos los países han visto la importancia de volver a recuperar la producción de algunos productos muy sensibles, y en eso Estados Unidos ha tomado la delantera, registrándose un nivel de reindustrialización como no se veía desde hace décadas”.
Dentro de su estrategia, la firma ha dejado de lado la inversión en los gigantes tecnológicos para centrarse en compañías medianas y pequeñas que puedan beneficiarse de este movimiento. Su visión también incluye a empresas energéticas y petroleras, por la firme creencia de que la demanda de electricidad va a crecer por primera vez en año. Otros dos sectores que pueden hacerlo muy bien bajo el nuevo mandato de Donald Trump.