Francia coloca con éxito 12.000 millones en bonos tras anunciar una subida de impuestos

El recién estrenado gobierno de Michel Barnier prepara una tasa “excepcional” sobre las familias y empresas más ricas, en respuesta al equilibrio presupuestario que reclaman los inversores

El primer ministro de Francia Michel Barnier, al término de su discurso ante la Asamblea Nacional el 1 de octubre.Thibault Camus (AP)

Michel Barnier, el primer ministro de Francia, presentó este martes ante la Asamblea Nacional la hoja de ruta de su programa de gobierno y solo dos días después se ha sometido a una primera prueba de fuego por parte de la comunidad inversora. La ha superado con éxito, al vender hoy 12.000 millones de euros en bonos entre 10 y 30 años con una notable demanda, aunque coincidiendo con un claro mensaje de compromiso con la reducción del déficit, la espada de Damoc...

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Michel Barnier, el primer ministro de Francia, presentó este martes ante la Asamblea Nacional la hoja de ruta de su programa de gobierno y solo dos días después se ha sometido a una primera prueba de fuego por parte de la comunidad inversora. La ha superado con éxito, al vender hoy 12.000 millones de euros en bonos entre 10 y 30 años con una notable demanda, aunque coincidiendo con un claro mensaje de compromiso con la reducción del déficit, la espada de Damocles que pesa sobre Francia, según definió Barnier la situación en su intervención del martes. Su ejecutivo prevé un ajuste presupuestario de 60.000 millones de euros que incluye un aumento temporal de impuestos a las familias más ricas y a las empresas con beneficios elevados.

El déficit público de Francia apunta a elevarse este año al 6,1% del PIB, el doble del 3% que la Comisión Europea considera debe ser la aspiración del equilibrio en las cuentas públicas y objetivo de la UE para 2027. El ejecutivo de Barnier, nombrado primer ministro por el presidente Emmanuel Macron en medio de una fuerte polémica, ha anunciado su pretensión de rebajarlo al 5% en 2025 y para ello ya se ha puesto manos a la obra. Alcanzar esa meta exigirá un esfuerzo global de 60.000 millones de euros, de los que 40.000 millones corresponderán a recorte de gasto y en el que también habrá más impuestos. Así lo ha avanzado esta mañana el ministro de Hacienda, Laurent Saint Martin, que ha anunciado un aumento fiscal “excepcional” que afectará al 0,3% de los franceses, los más acaudalados, y a las empresas con beneficios más elevados, previsiblemente las que obtengan beneficios superiores a los 1.000 millones de euros.

El mercado ha recibido bien la propuesta presupuestaria francesa y así se ha reflejado en la colocación de deuda soberana realizada hoy, todo un examen para el nuevo ejecutivo francés. La venta de bonos llega de hecho en uno de los momentos más bajos de los últimos años para la deuda soberana gala en el mercado, presionada por el creciente desequilibrio que los inversores aprecian en las cuentas públicas del país y por la inestabilidad política, sin que se descarte una moción de censura que apee del gobierno a un nuevo primer ministro que llega sin la mayoría parlamentaria para sacar adelante sus propuestas.

Francia ha vendido hoy 12.000 millones en bonos, en línea con el máximo previsto, a un plazo de entre 10 y 30 años y lo ha hecho con fuerte demanda. En la subasta de bonos a 30 años, en la que se han colocado 1.415 millones de euros, la demanda ha superado en 3,4 veces la oferta, frente a la ratio de 2,66 veces de la subasta anterior, de principios de septiembre. El interés medio ha subido al 3,55%, desde el 3,49% de la subasta anterior. Francia ha vendido también 1.917 millones de euros en bonos a 25 años con un interés del 3,42%, con una demanda que ha superado en 2,89 veces la oferta. En la anterior subasta a ese plazo, realizada en diciembre de 2022, Francia pagó un interés del 2,56%.

La colocación de mayor cuantía ha sido la de un nuevo bono a 10 años, por un importe de 6.165 millones de euros y en la que la demanda ha superado en 2,15 veces lo ofrecido. El interés pagado se ha mantenido sin apenas cambios frente a la subasta anterior a ese plazo, en el 2,92%. El bono a diez años es la referencia para la prima de riesgo gala, que la semana pasada llegó a ser superior a la española por primera vez desde 2007. Se consumaba así un sorpasso que muestra la mejor perspectiva que ahora tienen los inversores de España -que a finales de septiembre realizó una emisión sindicada de deuda a 12 años ligada a inflación con la mayor demanda de Europa para una referencia de ese tipo- frente a Francia. En los últimos días, la balanza se ha inclinado de nuevo mínimamente a favor de París: el bono francés a 10 años cotiza en el 2,929% y el español, en el 2,936%.


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