La campaña de resultados bate expectativas pero los inversores se inquietan por el tercer trimestre
La moderación cala en las previsiones de crecimiento de beneficio por acción para el S&P 500, que se rebajan del 7,8% al 5,2%
El lunes negro del pasado 5 de agosto barrió del mapa a los resultados corporativos como motor del mercado. Las cuentas empresariales, referencia clave para el inversor, quedaron eclipsadas por el repentino temor a una recesión económica en Estados Unidos. Pero la campaña de publicación de resultados no ha sido mala y aun al contrario, se han superado las previsiones del mercado. Cuando la práctica totalidad de las empresas ha...
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El lunes negro del pasado 5 de agosto barrió del mapa a los resultados corporativos como motor del mercado. Las cuentas empresariales, referencia clave para el inversor, quedaron eclipsadas por el repentino temor a una recesión económica en Estados Unidos. Pero la campaña de publicación de resultados no ha sido mala y aun al contrario, se han superado las previsiones del mercado. Cuando la práctica totalidad de las empresas ha publicado cuentas, el 78% de compañías del S&P 500 ha batido las expectativas de beneficios, superando las previsiones en una media del 3,5% de media, según datos de Factset. Ahora bien, ya con esas cifras en la mano, y con los mensajes avanzados por las compañías para los próximos meses, los analistas han ajustado a la baja su previsión de crecimiento del beneficio por acción para el tercer trimestre: al 5,2% desde el 7,8% contemplado hace tres meses.
La expectativa para los ingresos del tercer trimestre también se ha moderado y ahora se espera un crecimiento del 4,6%, desde el 5,2% que pronosticaban los analistas tras conocer las cuentas hasta marzo, según el consenso que recoge Factset. “Las previsiones para el S&P 500 vienen a la baja y se han moderado a pesar de que se han batido expectativas en las cuentas empresariales del segundo trimestre. Esto entronca con las previsiones de crecimiento para EE UU”, explica Íñigo Isardo desde Link Securities. Así, cuando en Wall Street ya han rendido cuentas más del 90% de las empresas del S&P 500, el 60% ha superado las expectativas del mercado en cuanto a ingresos -aunque por un reducido 0,6% de media- y el 78% ha batido las previsiones en sus beneficios, por un margen al alza del 3,5% de media.
Los resultados han sido buenos y no se pone en duda la capacidad de las empresas de seguir generando beneficios, aunque sí el ritmo de crecimiento. “Nuestro último análisis de la salud empresarial pone de relieve una modesta divergencia entre el impulso positivo de las expectativas de beneficios del índice S&P 500 y las opiniones ligeramente más prudentes de nuestro equipo de analistas de crédito”, señala Craig Burelle, analista senior de estrategias macro de Loomis Sayles, del grupo Natixis IM. La firma apunta que las previsiones de consenso actuales implican que el crecimiento de los beneficios podría extenderse a la mayoría de los sectores fuera del tecnológico y sus industrias adyacentes pero, según su análisis interno, las perspectivas a seis meses no parecen tan halagüeñas.
Uno de los factores que explican la moderación en las previsiones de ingresos y beneficios está en que las empresas habrían alcanzado el punto álgido en el aumento de sus márgenes de beneficio causado por el repunte de precios con la inflación. “Las expectativas de nuestros analistas se redujeron, impulsadas por los signos de aumento de los costes en todos los ámbitos. Estas perspectivas más moderadas marcan el final de una tendencia positiva que comenzó a principios de 2023. Casi un tercio de los sectores señalan ahora presiones sobre los márgenes, frente al 20% de marzo”, añade Craig Burelle.
Las cuentas de resultados son punto de partida para las valoraciones que el mercado establece para las compañías cotizadas. Y las expectativas de beneficios hacen el resto a la hora de determinar el precio de una acción. La corrección bursátil vista estos días ha echado por tierra la complacencia de los inversores en esas expectativas de beneficios, con especial dureza sobre los gigantes tecnológicos de Wall Street, sobre los que ha cabalgado gran parte del rally de la Bolsa estadounidense. Hasta el lunes negro, el rally de la Bolsa ha estado sustentado en unas valoraciones más elevadas, según explican en Goldman Sachs. Esas mayores valoraciones son propias de entornos de financiación cómodos y baratos, no del contexto actual de continuo endurecimiento de los tipos de interés, lo que da muestras del nivel de complacencia reinante hasta hace pocos días.
Tal complacencia se ejemplifica especialmente en las expectativas de beneficios para las grandes compañías tecnológicas de EE UU, para las que el consenso de mercado esperaba un crecimiento de beneficios de entorno al 30% interanual. “Aunque los resultados globales hasta ahora no han sido malos, ha habido poco margen para la decepción y los que no han estado a la altura de las expectativas han sido duramente castigados. Esto ha ocurrido tanto en el sector tecnológico como en el de consumo y ha agudizado la atención sobre la posibilidad de que los principales valores tecnológicos sean incapaces de obtener un rendimiento adecuado de su inversión en inteligencia artificial (un poco como las empresas de telecomunicaciones a finales de los años noventa)”, apuntan desde Goldman Sachs.
Las grandes tecnológicas han sido claros ejemplos del castigo del mercado a quienes han incumplido las previsiones. Tesla se derrumbó en Bolsa el 12,3% tras publicar sus cuentas. Amazon perdió el 9,8% después de reconocer que está gastando más de lo previsto para afrontar las inversiones necesarias en la carrera de la inteligencia artificial. Y Alphabet, la matriz de Google, batió expectativas en ingresos, reparte dividendos pero sembró ciertas dudas sobre la evolución de sus márgenes. Cayó en Bolsa el 5% tras la presentación de resultados. Las cuentas trimestrales que publicará Nvidia el próximo 28 de agosto, y que prácticamente servirán para dar carpetazo a la campaña de resultados en EE UU, terminarán por definir las perspectivas del sector tecnológico, determinantes para las estimaciones de beneficios del S&P.
Mejor EE UU que Europa
En todo caso, las perspectivas de resultados son más favorables para las compañías de EE UU que para las europeas, que han brillado menos en la campaña de resultados. “Los resultados del segundo trimestre han mostrado un crecimiento de las ventas del 5% en EE UU, frente al 2% en Europa, y un crecimiento del beneficio por acción del 9% en EE UU, frente a solo el 1% en Europa, lo que demuestra una mayor resistencia de los márgenes en EE UU hasta la fecha”, apunta Chiara Robba, responsable de renta variable en Generali AM.
La gestora italiana recuerda que los sectores defensivos, como la sanidad y los servicios públicos, han registrado mejores resultados que los cíclicos, como el consumo discrecional e industriales, que han registrado revisiones negativas del beneficio por acción. “De hecho, desde principios de julio, los bienes de lujo, semiconductores y automóviles son los sectores que han registrado las mayores revisiones negativas de los beneficios. Su exposición a China ha provocado cierta preocupación también por los posibles efectos de un aumento de los aranceles mundiales en caso de una reelección de Trump en noviembre”, añaden en Generali AM.
En Goldman Sachs prevén un aumento del beneficio por acción en 2024 del 6% para las compañías del Stoxx 600, en línea con el consenso de mercado, y algo inferior, del 4%, para 2025. El banco estadounidense mantiene su recomendación en Bolsa europea para los sectores de salud y telecomunicaciones y no confía demasiado en el potencial de sectores defensivos como el inmobiliario, la alimentación o las eléctricas. En su opinión, el mercado ya habría descontado que no habrá recesión en la zona euro y que el BCE recortará tipos, lo que hace poco probable que estos sectores, que se benefician de un precio del dinero más bajo, se comporten mejor que el mercado.
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