El Banco de España deja a cero su beneficio de 2023 y por primera vez no aportará nada al Estado
Realiza una provisión por 6.612 millones de euros que evita los números rojos. En 2024 tampoco generará ganancias que transferir al Tesoro
El Banco de España contrajo en 2023 el mal que aqueja a la gran mayoría de bancos centrales del mundo. Por primera vez en su historia no fue capaz de generar beneficios y solo ha evitado la pérdida después de realizar una cuantiosa provisión, por 6.612 millones de euros, que permite dejar el resultado neto a cero. No habrá, por tanto, ganancia alguna que transferir al Tesoro Público, que de forma sistemática había recibido los réditos del supervisor. Nada que ver con los ...
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El Banco de España contrajo en 2023 el mal que aqueja a la gran mayoría de bancos centrales del mundo. Por primera vez en su historia no fue capaz de generar beneficios y solo ha evitado la pérdida después de realizar una cuantiosa provisión, por 6.612 millones de euros, que permite dejar el resultado neto a cero. No habrá, por tanto, ganancia alguna que transferir al Tesoro Público, que de forma sistemática había recibido los réditos del supervisor. Nada que ver con los 2.162,34 millones de euros de beneficios que el banco central inyectó este año al Estado con cargo al ejercicio de 2022.
La causa del descalabro no es otra que la subida de los tipos de interés, que ha abierto una amplia brecha entre los gastos y los ingresos de la institución. En concreto, de 6.612 millones de euros, cubiertos con provisiones. El Banco de España ha pasado a remunerar mucho más por los depósitos de las entidades financieras, mientras que los ingresos que recibe por los activos de deuda que tiene en cartera son muy inferiores y van a tardar en elevarse. Es lo que los bancos centrales denominan “riesgo estructural del balance”, foco de pérdidas en el corto y en el medio plazo para estas instituciones.
El beneficio cero del Banco de España en 2023 es, de hecho, el reverso de los largos años de tipos cero en la zona euro, en los que los bancos centrales no remuneraban, sino que cobraban a la banca por su liquidez, mientras atesoraban a manos llenas deuda soberana con unos tipos de interés bajísimos. Y con unos tipos que han subido en 450 puntos básicos entre julio de 2022 y septiembre de 2023, el coste de remunerar a la banca se ha disparado, al tiempo que el cupón que ingresa por esos activos de deuda aún es reducido. Así, según explica el Banco de España, la remuneración de los depósitos de las entidades de crédito, ligada directamente a los tipos de interés, ha supuesto en 2023 un gasto de 8.160 millones de euros, frente a los 530 millones de 2022, cuando el alza del precio del dinero acababa de empezar. En esos depósitos se incluyen las cuentas corrientes de las entidades en el Banco de España, en las que mantienen las reservas mínimas que se les exige para afrontar las necesidades de efectivo de sus clientes, y los depósitos a un día constituidos bajo la facilidad de depósito.
En 2002, el Banco de España había logrado un incremento en su beneficio del 34,6% gracias a un menor gasto en remunerar esos depósitos bancarios y también a los tipos positivos de la deuda soberana en balance. Frente a bancos centrales con un elevado volumen de deuda con interés negativo, la mayor prima de riesgode España todavía permitía en 2022 que los ingresos por la deuda compensaran con amplio margen los gastos.
El actual desequilibrio entre el tipo de interés del activo y del pasivo es “transitorio”, según explica el Banco de España. E irá disminuyendo a medida que los activos de deuda en balance se vayan amortizando o reinvirtiéndose a los mayores tipos de mercado actuales. Pero en 2024 no se alcanzará aún el punto de equilibrio. “Es razonable pensar que los costes financieros se mantengan por encima de los ingresos financieros también este año”, señala el gobernador Hernández de Cos en un blog publicado este miércoles en la web del Banco de España.
¿Qué implicaciones tiene entonces para la economía española que el Banco de España no dé beneficios? La más inmediata es que deja al Tesoro sin los ingresos que de forma recurrente le ha inyectado año a año a lo largo de su historia. Sucederá con cargo a los resultados de 2023 y de 2024, al menos. El Banco de España cuenta en todo caso con un amplio colchón que no supondrá una amenaza para su solidez patrimonial. Dispone de provisiones por 26.847 millones de euros para cubrir futuras pérdidas, después de haber empleado más de 6.600 millones en 2023 de un colchón que en 2022 alcanzaba los 33.000 millones de euros.
La ausencia de beneficios no afectará tampoco al objetivo último del Banco de España y, por extensión, del BCE, el de lograr la estabilidad de precios en la zona euro. “Esta política se diseña con independencia del impacto que pueda ocasionar en los resultados financieros de los bancos centrales nacionales, dado que la obtención o no de un beneficio contable no afecta a su capacidad para ejecutar la política monetaria de una forma efectiva”, señala el Banco de España. “Nuestro objetivo como banco central no es obtener beneficios, sino cumplir nuestro mandato”, añade Hernández de Cos.
El gran riesgo para los bancos centrales sería una oleada de pérdidas que los dejara con fondos propios negativos, ante lo que sería necesaria una inyección de capital. En el caso del BCE, una aportación de cada uno de los países miembros de la zona euro. Pero los bancos centrales disponen de un amplio colchón de provisiones, construido precisamente durante los años en que cobraban a la banca por aparcar su liquidez. Esas provisiones han evitado las pérdidas del Banco de España este año y lo hicieron posible en 2022 en el caso del BCE, que gracias a ellas dejó el beneficio a cero en ese ejercicio. En las cuentas de 2023, el banco que preside Christine Lagarde no ha podido sin embargo sortear los números rojos, los primeros en dos décadas. Tiró de provisiones por 6.620 millones de euros, pero tuvo pérdidas por 1.266 millones.
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