Game Over: la demanda por las tarjetas de Nvidia deja a los ‘gamers’ en fuera de juego

La fuerte demanda de tarjetas gráficas para desarrollar sistemas de inteligencia artificial pone en aprietos a los aficionados a los videojuegos, que buscan alternativas en un mercado recalentado

Algunos aficionados de videojuegos juegan Valorant en Gamergy 2022 en la Ifema el 17 de diciembre de 2022.David Benito ( Getty Images)

Las tarjetas gráficas de Nvidia están unos pocos a meses de cumplir los 25 años, y como cualquier veinteañero, parecen estar en pleno punto de inflexión existencial. El mercado de los videojuegos para PC impulsó desde 1999 el crecimiento de la empresa, especializada en desarrollar los procesadores que permiten la gestión del ingente volumen de datos requerido para las espectaculares visualizaciones de los juegos, un...

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Las tarjetas gráficas de Nvidia están unos pocos a meses de cumplir los 25 años, y como cualquier veinteañero, parecen estar en pleno punto de inflexión existencial. El mercado de los videojuegos para PC impulsó desde 1999 el crecimiento de la empresa, especializada en desarrollar los procesadores que permiten la gestión del ingente volumen de datos requerido para las espectaculares visualizaciones de los juegos, una tarea que saturaba a los procesadores principales de los ordenadores de sobremesa.

Con el tiempo, estas tarjetas gráficas (o GPU) también se demostraron más capaces que los procesadores estándar (CPU) para llevar a cabo las igualmente exigentes demandas de las redes neuronales, sistemas en los que se basa la inteligencia artificial y que exigen, igual que los gráficos de Final Fantasy o Assasin’s Creed, trabajar y hacer cálculos sobre millones de datos simultáneamente. Y la carrera por la IA, en la que compiten fabricantes como ARM y AMD ha multiplicado la demanda de GPUs, relegando a una comunidad de gamers que, aún extremadamente numerosa (se calcula que la mitad del planeta juega videojuegos) no tiene los casi infinitos recursos de las grandes tecnológicas.

Ahora, estos aficionados han pasado a ser el segundo cliente principal de Nvidia: su nueva apuesta por suministrar equipos a centros de datos de IA ha supuesto un alza del 41% en esta vía de ingresos durante el último ejercicio fiscal, mientras ventas en hardware gaming se desplomaron por primera vez un 27%, según las cuentas de la empresa. Así lo proclamo la propia empresa al revelar sus ingresos récord este último trimestre: “Es oficial, Nvidia ya no es solo una compañía de videojuegos”.

Pero, aunque los gamers ya no son el principal motor de la tecnológica, los usuarios siguen teniendo preferencia por las tarjetas de Nvidia. En la plataforma de juegos Steam, el mayor mercado para los jugadores de PC, casi el 77% de los 123 millones de usuarios utilizan tarjetas gráficas Nvidia, según los datos publicados por la compañía en febrero. Las tarjetas más populares son la GeForce RTX 3060, la GTX 1650 y la RTX 2060; las tres se encuentran entre las más asequibles dentro de la gama GeForce.

Alexandros (18 años), siempre ha sido un Nvidian fiel. El estudiante de ingeniería lleva una década jugando a Battlefield, con más de 300 horas registradas en la plataforma Steam. Lo tiene todo: el llamativo teclado multicolor, auriculares de calidad profesional, incluso una silla que le ha costado su sueldo mínimo entero. Solo le falta una cosa: actualizar su tarjeta gráfica (o GPU, por su nombre técnico) de Nvidia, el pedazo de tecnología que lo dejará volver al partido. Su caso es algo común, uno no tiene que ir muy lejos para buscar foros de clientes frustrados con lo costoso que se ha vuelto un GPU.

El giro de Nvidia llega en un momento dulce para el mercado mundial de los videojuegos: PWC prevé que los ingresos del sector alcancen una tasa de crecimiento anual compuesto del 7,9% de aquí a 2027. Y las ventas de hardware de videojuegos, donde las GPUs de Nvidia tienen poca competencia, alcanzarán una tasa de crecimiento anual compuesto del 5,6% de aquí a 2027, lo que significa un mercado de 16.400 millones de dólares (14.695 millones en euros) Aunque estas comunidades han impulsado el crecimiento de tecnológicas como Nvidia, sus productos no dejan de subir de precio, algo que dificulta la compra de la última tecnología. El año pasado fue el peor en ventas de ordenadores PC, según la consultoría Gartner, que ha calculado un desplome en ventas globales del 14,8%.

En tiendas de tecnología especializadas como Efecto 2000, en el barrio madrileño del Retiro, las únicas tarjetas gráficas que quedan en las estanterías son las que rozan alrededor de 100 euros, como la GeForce 710 de gama muy baja y que solo puede ejecutar los juegos más populares como el último Helldivers 2 con los ajustes más bajos y, de hecho, no se considera de la gama de gaming. Las más populares, como la GeForce RTX 3060 (alrededor de 320 euros), están agotadas tanto en las tiendas como en internet.

Este caso se repite en numerosas tiendas en la capital española, aunque los gerentes aseguran que la situación actual no tiene nada que ver con el pico de escasez de chips en 2020, cuando los tiempos de espera por algunas tarjetas gráficas alcanzaban los 11 meses. Ahora, se sitúan más entre los cuatro meses. Sin embargo, en PC Componentes, otra compañía con tiendas en Madrid y Barcelona, el último rango de RTX y otras tarjetas de Nvidia están disponibles, aunque muchos de los productos están reacondicionados.

Así, también lo ven los analistas de la firma de análisis UBS, que señalan que los datos de distribuidores muestran una normalización de las existencias y un ligero descenso de los precios en la mayoría de los productos. Sin embargo, matizan que esta situación es temporal y los precios subirán en un futuro. “Impulsadas por una oferta ajustada a corto plazo, las GPU deberían disfrutar de un fuerte poder de fijación de precios y mayores márgenes” apuntan las estrategas. Citi, por su parte, también ve una normalización en unidades, pero considera que el mercado de los PC ralentizara a lo largo de 2024.

Mercado de segunda mano

El panorama de los videojuegos ha cambiado en las últimas décadas, pero el gaming siempre ha sido un pasatiempo costoso. En 2010, los GPUs de gama profesional costaban entre los 200 y 500 dólares (entre 183 y 459 euros). A día de hoy, los últimos modelos pueden costar por encima de los 2.000 dólares. Mientras el mercado se calienta, algunos gamers miran hacia los chips de segunda mano. La compra de tarjetas gráficas de segunda mano en tiendas online puede suponer una rebaja de 200 dólares sobre el precio de venta al público, aunque conllevan la desventaja de la falta de garantías, o el riesgo elevado de caer en estafas.

Así, los jugadores acuden ahora en masa a hilos de discusión en plataformas como Discord y Reddit para buscar ofertas más baratas. Por ejemplo, algunos usuarios han pasado a competidores más asequibles como la gama Radeon de AMD, acuden al mercado de segunda mano, y en algunos casos, hasta abandonan por completo los juegos de PC. “Los jugadores de PC conservan su hardware durante más tiempo o se pasan a las consolas, que son mucho más asequibles desde el principio”, ha señalado un usuario de Reddit. La Playstation 5, (que incorpora tarjetas de AMD, mientras las Xbox vienen con componentes de Nvidia) vale una cuarta parte del precio de una de las tarjetas gráficas de alta potencia en España. Es más, un nuevo portátil orientado hacia los jugadores ronda el mismo precio que las tarjetas de gama más alta de Nvidia, en torno a los 2.500 euros, dependiendo del modelo.

Al final, Alexandros, como muchos jugadores fieles de PC, ha decidido abandonar la fiebre por las tarjetas y ha dado el giro hacia las consolas. Ya no tiene que pensar en los componentes dentro de su maquina, ni actualizar el GPU cada año. Ahora, jugar con sus amigos es así de sencillo como enchufar a su antigua Playstation 4; una inversión que solo le ha costado alrededor de 400 euros.

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