La deuda respira pese al aumento de las necesidades de financiación de EE UU
La rentabilidad del bono a 10 años baja del 4%
Más que la decisión de la Reserva Federal lo que el mercado esperaba era a conocer el tamaño de las emisiones trimestrales de deuda a largo plazo. Horas antes de que el Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC) acordara mantener sin cambios las tasas, el Departamento del Tesoro anunció que venderá 121.000 millones de dólares en deuda a largo plazo, en línea con lo esperado por el mercado, pero superior a los 112.000 millones del pasado noviembre. Aunque con el anuncio se encadenan tres trimestres de incremento de las emisiones, el mensaje de que el Tesoro no espera elevar el tamaño de las colocaciones en próximos trimestres fue recibido con los brazos abiertos por los inversores. El mercado optó por mirar al futuro y obviar que las subastas a dos y cinco años previstas alcanzarán un tamaño récord.
La caída de las rentabilidades de la deuda fue generalizada, pero los mayores recortes correspondieron al bono de EE UU a dos años, que en niveles intradía bajó 12 puntos básicos, descenso que tras el veredicto de la Fed se moderaron a los siete. El bono a 10 años luchaba por mantenerse por debajo del 4%.
El déficit que arrastra la economía estadounidense se está traduciendo en una mayor oferta de papel. El incremento de las necesidades de financiación son un obstáculo para la caída de los rendimientos. En línea con lo efectuado por el resto de emisores públicos y privados, el Tesoro de EE UU quiere aprovechar la elevada liquidez para adelantar su programa. Es decir, aunque en los primeros meses del año el flujo de emisiones sea mayor, prevé que conforme avance el ejercicio las apelaciones se reduzcan. Un hecho que cobra una especial importancia en un momento en el que el coste de financiación ha aumentado significativamente y que continuará estando presionado por al ajuste del balance de la Fed.
En un año marcado por las elecciones, los analistas consideran que la dinámica de la oferta se situará en el radar de los inversores sobre todo debido al aumento del déficit público. Un fenómeno que podría agravarse con los planes de Donald Trump de bajar el impuesto de sociedades del 21% al 15%. Como noticia positiva los expertos añaden la probabilidad de que las emisiones de deuda toquen techo en el arranque de año.
Junto al programa de financiación, la caída de los rendimientos se vio apoyada por la desaceleración del mercado laboral. Según la encuesta ADP, el sector privado generó 107.000 puestos de trabajo en enero, por debajo de los 158.000 empleos de diciembre. También se frenó el aumento de los salarios que avanzaron un 5,2% interanual, dos décimas menos. Estos datos son vistos como una señal del enfriamiento del mercado laboral.
La caída de las rentabilidades de la deuda de EE UU tuvieron su réplica en Europa. El rendimiento de la deuda española a 10 años bajó ocho puntos básicos y hace equilibrios sobre el 3% mientras la deuda alemana al mismo plazo cede ocho puntos, hasta el 2,16%.
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