España se aleja del estigma periférico y acerca su perfil de riesgo al de Francia

La economía francesa presenta peores indicadores de déficit y deuda que la española. A su favor cuenta con un rating más alto, aunque en riesgo de rebaja, y un mercado de bonos más líquido

Carlos Cortinas Cano

El Tesoro español se ha dado prisa en buscar financiación en el mercado de capitales en el inicio de año, el momento en que gestoras y aseguradoras ponen en marcha su maquinaria inversora para el conjunto del ejercicio y la demanda de deuda suele ser más alta. La emisión sindicada de un bono a diez años, lanzada el 10 de enero, registró una demanda de 138.000 millones de euros, la mayor vista hasta el momento par...

Regístrate gratis para seguir leyendo en Cinco Días

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte


El Tesoro español se ha dado prisa en buscar financiación en el mercado de capitales en el inicio de año, el momento en que gestoras y aseguradoras ponen en marcha su maquinaria inversora para el conjunto del ejercicio y la demanda de deuda suele ser más alta. La emisión sindicada de un bono a diez años, lanzada el 10 de enero, registró una demanda de 138.000 millones de euros, la mayor vista hasta el momento para una emisión soberana de la zona euro, según señaló la institución. Un apetito que confirma el interés por la deuda pública española y su progresivo acercamiento en la percepción de los inversores a la deuda francesa, dos escalones por encima de España en su perfil de riesgo pero con unas cuentas públicas que en el momento actual presentan una imagen menos favorable que las españolas. Después de los estragos de la pandemia, Madrid está ahora algo más cerca que París de los ideales de consolidación fiscal de Bruselas.

Francia también ha comenzado el año con buen pie en el mercado de capitales, con una emisión sindicada que ha registrado una elevada demanda. Esta semana ha colocado un bono verde a 25 años –a un plazo 15 años superior que la sindicada española– por un volumen de 8.000 millones de euros y después de recibir peticiones por 98.000 millones. No en vano, el interés inversor por la deuda gala responde a un rating próximo a la máxima calificación financiera –de AA según S&P–, que permite marcar distancias con la deuda española.

El diferencial del bono español a una década frente al francés ronda los 40 puntos básicos, pero en plena rebaja generalizada de las rentabilidades de la deuda, ha retrocedido a mínimos de junio del pasado año.

Cristina Varela, economista de BBVA Research, reconoce que recientemente “sí se aprecia mayor interés” por la deuda soberana española frente a la francesa. “Es cierto que tanto a nivel de déficit y deuda pública, se aprecia una mejora relativa en el esfuerzo de mejora que ha hecho España frente a Francia”, explica.

Así, la economía francesa soporta ahora unos mayores niveles de déficit público y endeudamiento que la española, que van a ampliarse en 2024. Standard & Poor’s, que tiene una perspectiva negativa para el rating de la deuda gala, prevé un déficit público para Francia este año del 4,6%, frente al 3,2% de España, y un ratio de deuda sobre PIB en 2024 del 106,1% en España y del 109,6% en Francia. “Nuestros modelos sí avalan un menor riesgo en la dinámica de la deuda española frente a la italiana, y de alguna manera la francesa, sobre todo en un entorno de tipos de interés altos y Gobiernos presionados para favorecer la transformación de la economía”, añade Varela.

En su informe de riesgo país para 20214, BBVA Research también ve probable una rebaja de rating para Francia, “mientras que Alemania y España apenas se verían afectadas incluso en los peores escenarios”.

En el más corto plazo, los diferenciales de la deuda de la periferia se podrían comportar mejor que los denominados países core o semicore, como Francia u Holanda, según apunta también el economista jefe adjunto de Citi para Europa, Christian Schulz.

Menos liquidez

Sin embargo, acortar distancias no es tan fácil. Existe aún una brecha en la calificación financiera de ambos países –rating AA para Francia y de A para España, según S&P– y una desventaja en la liquidez con que se negocian los bonos españoles que pone distancias frente a París, según advierten fuentes del mercado de capitales. “La deuda francesa cuenta con otros factores técnicos que benefician su demanda frente a otros países. Por ejemplo, es un mercado más grande, más líquido y profundo, con productos de futuro sobre bonos que ayudan a atraer demanda”, puntualizan desde BBVA Research.

Desde Afi, Salvador Jiménez reconoce que la trayectoria reciente de la deuda soberana francesa no es tan positiva como la de los bonos públicos españoles. “El perfil crediticio de Francia está empeorando, ambas economías se están empezando a parecer”, señala. Pero destaca también aspectos diferenciales que justifican la prima que los inversores pagan por la deuda española y que, según añade, van a seguir pagando. “España tiene un mayor déficit estructural, más difícil de reducir y que es el paso necesario para sacudirse del todo el estigma de país periférico. Francia debería tener más facilidad para recortar su déficit público y cuenta además con un mercado de bonos soberanos más líquidos”, argumenta.

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Sobre la firma

Archivado En