Fraude

La batalla contra el chiringuito financiero se acelera y la CNMV supera los 2.000 avisos

En 2023 disparó un 17,3% las advertencias sobre entidades que operan sin estar autorizadas, hasta 394. Estas firmas han optado por clonar webs de firmas que sí cuenta con licencia

Belén Trincado Aznar

El vigilante del mercado español no cesa en su batalla contra los chiringuitos financieros y en su defensa del pequeño inversor frente al fraude financiero. En 2023 la CNMV lanzó un total de 394 advertencias contra entidades que operan en España sin la correspondiente autorización para prestar servicios de inversión, un 17,3% más que un año antes.

El empeño del supervisor en hacer frente al auge de los chiringuitos...

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El vigilante del mercado español no cesa en su batalla contra los chiringuitos financieros y en su defensa del pequeño inversor frente al fraude financiero. En 2023 la CNMV lanzó un total de 394 advertencias contra entidades que operan en España sin la correspondiente autorización para prestar servicios de inversión, un 17,3% más que un año antes.

El empeño del supervisor en hacer frente al auge de los chiringuitos financieros se aceleró a partir de 2019, año desde el que acumula cerca de 2.000 advertencias (1.950) sobre firmas que operan sin contar con la correspondiente autorización como entidad financiera. Desde que iniciara este tipo de advertencias allá por 2006, la CNMV acumula un total de 2.278 avisos que en el último ejercicio han aumentado casi día tras día.

Las redes sociales se han convertido en el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de estas firmas que operan fuera del control de los supervisores y que ven en Tik Tok, X –antes llamada Twitter– o Instagram una fórmula sencilla para acercarse a sus potenciales clientes.

La CNMV reconoce que “las entidades no autorizadas siguen adaptando su oferta de servicios a nuevos métodos de fraude, lo que les posibilita el acceso más directo a través de internet y las redes sociales, y les permite además ofrecer, en muchos casos, la ficción de una alta capacidad tecnológica mediante productos aparentemente sofisticados, sin contar con las garantías ni las medidas de protección de los inversores que se exigirían en caso de estar inscritas en los registros de algún regulador financiero”.

El fin –aparente– del criptoinvierno y la recuperación del valor de los activos digitales, con el bitcóin de nuevo por encima de los 45.000 dólares, ha impulsado que en 2023 la mayor parte de las advertencias lanzadas por el supervisor a entidades que no cuentan con la autorización para prestar los servicios y actividades de inversión sujetas a la Ley de los Mercados de Valores y de los Servicios de Inversión estuvieran dirigidas a firmas que operan principalmente criptos.

El tradicional modus operandi de estas firmas es la operativa a través de una o varias webs en las que se ofrecen servicios financieros bajo la apariencia de legalidad. “Ingresos criptográficos inteligentes todos los días para tu nueva vida sin estrés para siempre. Nuestros usuarios ganan entre 276 euros y 4.694 euros todos los días”, publicitan desde Smart Bit Boost, una de las últimas plataformas sobre las que ha llamado la atención el supervisor.

Pero la oferta de productos que comercializan estas firmas va más allá: divisas (forex), materias primas, índices bursátiles, fondos cotizados (ETF) o, incluso, compañías cotizadas que tienen cierta exposición al cannabis.

El supervisor español apunta en su última memoria anual que es además “relevante el ajuste que van llevando a cabo de sus productos como los contratos financieros por diferencias (CFD) y otros derivados financieros, o servicios como el trading algorítmico automatizado, a nuevos activos de creciente interés por parte de los inversores como los criptoactivos”.

En los últimos años los chiringuitos financieros han optado por maquillar su apariencia y ofrecer “características propias de entidades debidamente inscritas en los registros de los reguladores como el nombre de los dominios, o sus denominaciones sociales, y, algunas veces, incluso, el propio número de inscripción en los registros oficiales, con los que inducen a error a los inversores para obtener su confianza sobre su auténtica situación de legalidad”. La creación de páginas clones de firmas que sí cuentan con autorización para prestar servicios financieros en España ha ido en aumento y en 2022 –el último ejercicio del que hay datos– el supervisor lanzó un total de 161 advertencias a firmas de este tipo.

Más allá de las advertencias lanzadas por la propia CNMV, el supervisor presidido por Rodrigo Buenaventura hace suyos los avisos sobre chiringuitos financieros que lanzan otros vigilantes de los mercados europeos y que se publican a través de Iosco, la organización internacional de los supervisores de los mercados. Solo en 2023 esta lanzó unas 1.300 advertencias.

Plataformas de negociación falsas

Operaciones en directo. Iosco advierte que en los últimos meses han aumentado el número de chiringuitos financieros de “imitación” que, explica, dan a los inversores acceso a plataformas de trading que simulan “operaciones en directo”. Se trata, apunta de “demos” montadas por los estafadores para simular valores que muestran rentabilidad. En un informe publicado el año pasado por el supervisor sobre el mercado minorista se apunta que con este tipo de plataformas se busca mostrar rentabilidades potenciales que nunca llegan a cumplirse.

Sin rastro. Iosco comenta que las firmas que carecen de licencia para prestar servicios de inversión muestran, en la mayoría de los casos, “plataformas o sitios web temporales aparecen en foros privados y desaparecen al cabo de cierto tiempo sin dejar rastro”. En ocasiones, apunta, los “estafadores” animan a los clientes a instalar un programa que permite realizar transacciones. Un sofware que facilita el acceso y robo de “fondos de las cuentas personales de los clientes”.

Venta de CFD. Otra de las fórmulas de fraude más frecuentes de este tipo de firmas pasa por la comercialización de contratos por diferencias (CFD) que, según Iosco, se ha convertido en habitual en redes sociales como Instagram. En el caso español, la CNMV ha prohibido la publicidad de estos productos entre particulares para evitar posibles pérdidas. Entre el 70% y el 90% de este tipo de inversores sufre pérdidas por este tipo de producto financiero que permite operaciones con un elevado apalancamiento, sin tener que poseer por tanto el activo subyacente.

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