El mercado castiga el bono argentino pero respira aliviado ante el segundo puesto de Milei
El miedo a una rápida dolarización retrocede, pero los analistas advierten de los riesgos ante la formación del nuevo gobierno, previsto para el 10 de diciembre
La clave para el mercado no está en el porcentaje de votos que sacaron los candidatos de las elecciones presidenciales de Argentina, celebradas este domingo, sino en el futuro inmediato. Faltan aún 33 días laborales hasta la asunción del próximo presidente del país y el camino parece lleno de inconvenientes. La primera jornada tras el resultado de la primera vuelta la reciben hoy los bonos emitidos en dólares, con caídas de hasta un 12% al comienzo de la jornada bursátil en EE UU, así como de las acciones de firmas locales cotizadas en Wall Street. La incógnita es lo que sucederá en las 32 sesiones restantes.
Los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta, el peronista Sergio Massa y el ultraliberal Javier Milei, tienen metas totalmente distintas. Para el primero, actual ministro de Economía, el objetivo es que la situación no empeore más allá de los datos catastróficos de inflación, proyectada en el 140% para 2023, y evitar fracturas en su coalición electoral. Para el segundo, militante fervoroso de la dolarización, cualquier salto en los indicadores económicos puede impulsar sus oportunidades de llegar a la Casa Rosada.
La primera respuesta del mercado ha sido cautelosa, especialmente tras el tercer puesto de la candidata pro mercado, Patricia Bullrich. La posibilidad de ir hacia una dolarización en la Argentina se debilitó sustancialmente tras un resultado peor a lo esperado por parte de Javier Milei, lo que evita una nueva huida masiva de los inversores hacia la moneda estadounidense. “La mayoría de las firmas parecen pensar que la dolarización no verá la luz del día, ya que cualquier administración de Milei carecería del apoyo en la Cámara de Diputados para impulsar esta política”, destacan en una nota Chris Turner y James Wilson del banco holandés ING.
El esperado salto en la cotización no oficial del dólar no fue tal. El “dólar cripto”, una de las pocas opciones a la que pueden acceder los argentinos a través de la compra y venta de activos digitales, se mantuvo alrededor de los 1.000 pesos, con una fuerte caída del 20% durante la noche del domingo cuando los datos preliminares daban el triunfo a Massa. Otras alternativas, como la cotización del dólar atado a los bonos soberanos emitidos en pesos registraron leves subidas de hasta 4%. Solo el dólar ‘blue’, que se negocia de manera informal, supera la barrera de las tres cifras.
El castigo del mercado tras la primera vuelta llega, principalmente, en la cotización de los bonos soberanos emitidos en moneda extranjeros. Los principales títulos de deuda comienzan la jornada con pérdidas superiores al 10%. Dentro de la bajada generalizada, los que marcan las mayores pérdidas son el Bonar 2030, Bonar 2029 y el Global 2035.
Por su lado, 14 de las 20 acciones de firmas argentinas cotizadas en Nueva York registraron números rojos. Grupos financieros, entre ellos BBVA Argentina, y energéticos lideraron las perdidas.
“Esperamos que los activos argentinos sigan siendo volátiles, ya que la incertidumbre política empujará la inflación al alza”, estima Eirini Tsekeridou, analista del banco suizo Julius Baer. La expectativa está puesta en los bonos locales, que ajustan por inflación y por la evolución del tipo de cambio.
Los indicadores que sí preocupan
La relativa calma en el inicio de la jornada de este lunes no oculta el descalabro de estas últimas semanas, en las que la clase media salió de compras con el fin de proteger, aunque sea mínimamente, su poder adquisitivo. La elevada incertidumbre política y económica derivó en un retiro de los depósitos a plazos durante los últimos tres meses, que alcanzó una caída del 12%, mientras que los depósitos en dólares cayeron -4%.
“El país está atrapado en un círculo vicioso de inflación galopante y depreciación del tipo de cambio, y el banco central se ve obligado a intervenir en el mercado de divisas para evitar una excesiva debilidad de la moneda, al tiempo que proporciona financiación monetaria para el déficit fiscal”, resumen desde ING.
Los analistas miran atentos el calendario fijado por el Banco Central para llegar hasta el 10 de diciembre. La pregunta es si la autoridad monetaria tendrá el suficiente poder de fuego para controlar cualquier salto imprevisto en la cotización del dólar, una variable clave en el humor social y que podría afectar definitivamente el resultado de la segunda vuelta. Por el momento, las reservas netas del Banco Central están en negativo en torno a 7.500 millones de dólares.
Pese al grave contexto económico no cabe esperar cambios respecto a la receta tradicional que utilizan los gobiernos argentinos en períodos preelectorales. Mantener al dólar oficial y a las tarifas atrasadas e intentar expandir el consumo son los factores claves para conquistar a los electores.
Los analistas sí destacan que la victoria de Sergio Massa, que pasó del tercer lugar en las elecciones primarias a la primera posición en la votación del domingo, claramente lo “empodera” para manejar la economía en este mes de transición. La pregunta es si el peronismo sigue teniendo margen para engordar los planes de ayuda que activó en estas últimas semanas. Por ejemplo, la actual administración derogó el Impuesto a las Ganancias, el IRPF argentino, eximiendo así a toda la clase media. La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que solo esta medida tendrá un coste del 0,30% del PIB.
Lo que es seguro es que la segunda vuelta será “disputada e incierta”, como la describe el banco JP Morgan y publica la prensa argentina. El temor, señalan los analistas del gigante estadounidense, es que se amplifiquen los desequilibrios en el corto plazo y aumente la prima de riesgo más alta. Por lo pronto, las probabilidades de impago aumentan al 95% en cinco años, según datos de CDS recogidos por Bloomberg. Así, Argentina se asoma a su décimo default en sus 200 años de historia.
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