El bróker de Rato y Florentino negocia la venta de su empresa GPM a Link Securities
El negocio se ha resentido con la llegada de nuevos competidores que han tirado por los suelos los precios
Juan José Llinares es un histórico corredor de Bolsa española, donde empezó a operar en la década de los 70. Tras pasar por media docena de despachos de intermediación bursátil, acabó siendo el máximo responsable de Caja Madrid Bolsa y pilotando el estreno de Bankia. Después de dejar la entidad, antes de su rescate, compró el 80% del bróker Gestión de Patrimonios Mobiliarios (GPM), una firma que ahora está a punto de vender a Link Securities. La llegada de nuevos competidores, que han tirado las tarifas de la compraventa de valores, ha complicado el negocio.
De acuerdo con tres fuentes independientes cercanas a las negociaciones, el acuerdo está hecho. Tan solo faltan algunos flecos para que se complete. “Las conversaciones para la venta se iniciaron antes del verano y ahora ya está todo listo para que se cierre”, explica una de estas fuentes. Desde GPM y Link Securities han descartado hacer comentarios.
El último informe de auditoría presentado ante la CNMV por parte de GPM Sociedad de Valores muestra que ganó 198.000 euros en 2021 y perdió 107.000 euros en 2020. La firma de Llinares reportó una plantilla de 16 empleados, cuando unos años antes superaba los 50.
Llinares es conocido en los círculos de inversores sobre todo por su estrecha relación con Florentino Pérez, quien le ha encargado en numerosas ocasiones la compra en el mercado de acciones de ACS para la autocartera de la constructora del presidente del Real Madrid. Los March también le pidieron ayuda para su entrada silenciosa en el capital de Cie Automotive. Cuando dirigió la sociedad de valores de Bankia, fue un estrecho colaborador del que fuera su presidente, Rodrigo Rato, para garantizar que fuera bien la colocación bursátil de las acciones del grupo.
La relación con grandes clientes institucionales es la especialidad de GPM, pero el negocio más recurrente, el de intermediación para clientes minoristas que quieren comprar acciones o bonos, cada vez se ha dificultado más. La competencia entre brókers es feroz.
Además de la cuota de mercado que mantienen los intermediarios controlados por bancos y algunos operadores tradicionales (GVC Gaesco, Norbolsa, Selfbank...), en los últimos años han desembarcado grupos internacionales (como eToro, de Israel y Reino Unido, o XTB, de Polonia) y los llamados neobrókers (Trade Republic y Scalable, de Alemania). Estos nuevos jugadores han rebajado muchísimo las tarifas, lo que ha complicado la vida a los brókers tradicionales.
De hecho, en los últimos años ya ha habido varios movimientos. La firma que ahora va adquirir GPM, Link Securities, fue vendida parcialmente a varios ejecutivos próximos a Toro Finance, grupo participado por dos fondos internacionales. Y en 2019 la gestora de activos del grupo Acciona, Bestinver, adquirió el bróker Fidentiis. Renovarse o morir.
Los negocios de la sociedad de valores
- Clientes institucionales. ACS, Corporación Financiera Alba, Neinor... son algunas de las empresas cotizadas españolas que han encargado en algún momento a la sociedad de valores de Llinares, Gestión de Patrimonios Mobiliarios (GPM), que compren para ellos acciones en el mercado abierto. Ya sean títulos propios, para engordar la autocartera, o inversiones en otras sociedades.
- Gestión de carteras. GPM también tiene acuerdos de gestión de carteras para clientes de banca privada. Además, cuenta con un compartimento de un fondo de inversión de Inversis, llamado GPM Gestión Global, del que cuelgan una decena de estrategias de inversión.
- Interactive Brokers. La sociedad de valores GPM cuenta con un acuerdo con el intermediario irlandés Interactive Brokers para que se encargue de la compraventa de alguno de los productos que ofrece, como los polémicos CFD.
El consejero delegado de una gestora de activos mediana explica que “el corretaje de acciones ya no se puede hacer desde sitios pequeños como GPM. Se necesitan volúmenes muy grandes para que una sociedad de valores dé beneficios”.
Según las estadísticas sobre empresas de servicios de inversión de la CNMV, el 40% de las sociedades y agencias de valores españoles acabaron el pasado año con números rojos. Casi todas las antiguas casas de cambio y Bolsa han acabado diversificando sus negocios, para entrar en asesoramiento financiero, banca privada y operaciones de mercado de capitales.
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