Bolsa y deuda no se inmutan ante el escenario de incertidumbre política

El Ibex 35 cede un 0,29% en línea con el resto de índices europeos y la prima de riesgo se mantiene en los 101 puntos básicos

Belén Trincado Aznar

La tradición de recibir el resultado electoral con caídas vuelve a cumplirse. Siguiendo la tendencia imperante en los últimos 30 años, el Ibex 35 cedió un 0,29% un día después de los comicios. Pese al ruido político el selectivo español moderó los descensos que a primera hora alcanzaban el 1,7% y mantiene a flote los 9.500 puntos. La Bolsa española se convirtió en el índice europeo con peor desempeño en una jornada en la que la política compartió el protagonismo con los resultados empresariales y el deterioro de la economía en la eurozona. “La incertidumbre está pesando sobre la renta variable española ya que parece que no tendremos un gobierno estable después de las elecciones en un contexto a la baja para la economía y con las empresas enfrentándose a presiones más altas”, señala Ricardo Gil, jefe de asignación de activos en Trea AM. A pesar del frenazo experimentado, Javier Molina, analista sénior de eToro, se muestra confiado. “Si miramos a las Bolsas y desde un punto de vista estadístico, las elecciones no han cambiado la tendencia dominante en la bolsa y pensamos que seguirá el viento de cola favorable para el Ibex-35. Los 10.000 puntos son un objetivo asumible en el corto plazo”, apunta. La prima de riesgo se mantuvo estable en los 101 puntos básicos, un muestra inequívoca de que la solvencia del país no está en duda.

La fragmentación política y una eventual la repetición electoral ante la dificultad de obtener una mayoría clara era considerado por las firmas de análisis como el peor escenario para los mercados. Aunque la gobernabilidad pende de un hilo, los recortes registrados por la Bolsa están lejos de los sufridos en comicios anteriores. Las mayores caídas se produjeron en marzo de 1996, cuando tras la vitoria de José María Aznar el Ibex encajó un revés del 5,22%. No muy lejos se sitúa el descenso del 4,15% sufrido en marzo de 2004 tras la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero y los traspiés de noviembre de 2011 (-3,48%) y diciembre de 2015 (-3,62%). Como señalan los expertos con independencia del color del partido político que se alce con la victoria, la incertidumbre ante los posibles gobiernos provoca dudas en los inversores que terminan transformándose en salidas del mercado para buscar protección.

Franco Macchiavelli, responsable de análisis de Admirals en España, señala que subida del Ibex de más de 400 puntos desde mayo parecía recoger una victoria de la derecha más proempresa. Sin embargo, el de este domingo podría catalogarse como el resultado económicamente menos deseado”. Como señalan desde la agencia alemana Scope, España se enfrenta a un prolongado periodo de incertidumbre. “Si no se logra tender un puente entre los partidos, podría producirse un bloqueo político. Si ninguno de los principales partidos puede formar gobierno, puede que se repitan las elecciones, como ocurrió en 2019″, subrayan.

Macchiavelli apunta que en 2019 España celebró dos elecciones y la economía creció sin efecto significativo en los mercados. Si se toma como referencia esto, el experto espera que el impacto en los mercados de una eventual repetición electoral sea muy limitado. Una idea que cobra un protagonismo especial ahora que las Bolsas están muy correlacionadas y la inflación, la subida de tipos y los temores de recesión acaparan la atención del mercado.

Con los inversores intentando digerir el nuevo mapa político, bancos y energéticas, los dos sectores más sensibles a los cambios de Ejecutivo, centraron todas las miradas. Una eventual victoria del ala conservadora era considerada la opción preferida. En una entrevista con el Financial Times, Alberto Núñez Feijóo señaló su intención de modificar el impuesto a la banca. El mercado esperaba una suavización del tributo y los inversores empezaron a poner en precio que no se prorrogaría después de 2024. Los analistas de Barclays iban un paso más allá y a finales del mes pasado señalaban que unas medidas a favor del crecimiento prestarían apoyo a los clientes corporativos y de forma indirecta a las entidades. Las entidades, que empezaron la jornada con caídas de entre el 2% y el 3%, las moderaron al cierre. Bankinter cedió un 1,23%; CaixaBank, un 0,55%; Sabadell, un 0,76%; Unicaja, 0,79%; Santander, un 0,24% y BBVA, un 0,11%.

Destacados fueron también los descensos de las utilities. Además del gravamen puesto en marcha por el Gobierno de coalición tras el estallido de la guerra en Ucrania, una medida que iba en línea con las propuestas de Bruselas, el papel de las energías renovables era un punto destacado dentro de los programas electorales. Mientras los populares eran partidarios de ampliar la vida útil de las centrales nucleares, el bloque progresista ha venido abogando por las energías limpias. Endesa, que retrocedió un 2,75%, e Iberdrola, que se dejó un 0,48%, eran a ojos de Morgan Stanley dos de las firmas que mejor podrían hacerlo en caso de una victoria de los populares. Junto a las caídas de estas dos firmas también destacaron los descensos de Redeia (-0,84%) y Enagás (-0,43%). Naturgy, que desfiló por la pasarela de resultados, concluyó en tablas.

No consiguieron escapar a los números rojos las cotizadas turísticas. Meliá (-1%) e IAG (-1,36%) iban a ser dos de las firmas más beneficiadas por el Perte que regía el programa de los populares dotado con 12.000 millones de euros para rehabilitar y modernizar las zonas turísticas. Las caídas de estas firmas no obedecieron en exclusiva al resultado electoral. Los inversores aprovecharon la incertidumbre para recoger beneficios en dos de las cotizadas que mejor lo venían haciendo en el año. El recorte de no resta brillo a la evolución en Bolsa y ambas cotizadas siguen subiendo un 38,8% y un 27,3% en el año. Molina, analista senior de mercados para eToro, señala que “si se mantiene el actual gobierno y pese a las incertidumbres existentes, los grandes beneficiados serán sectores como el turismo, el de las energías renovables, la construcción o todo lo relacionado con el vehículo eléctrico”.

En una jornada en la que el rojo fue el color imperante, Solaria (0,26%) y Acciona Energía (0,28%) se convirtieron en la excepción. “Las empresas renovables suelen obtener un impulso favorable cuando hay un gobierno de izquierda, mientras que las compañías nucleares pueden enfrentar mayores restricciones y medidas desfavorables”, remarca Macchiavelli. No obstante los mayores ascensos corrieron a cargo de Repsol (2,7%), que se benefició de los ascensos del crudo y Fluidra (2,3%), que hizo gala de su perfil defensivo.

La inacción de la Bolsa tuvo su reflejo en el mercado de deuda. Como ya ocurrió con el adelanto electoral, el resultado de los comicios pasa de puntillas sobre la deuda. En sintonía con el resto de país de la eurozona, la rentabilidad de la deuda española se mantiene sin cambio en el 3,48% con la prima de riesgo en los 101 puntos básicos. Los analistas de Julius Baer señalan que un cambio de liderazgo y una mayor atención a la disciplina fiscal podrían respaldar aún más el actual impulso de estrechamiento de los diferenciales de la deuda soberana, que ahora probablemente experimenten una pausa en medio de la incertidumbre política desencadenada por las elecciones. En todo caso, los inversores no contemplan que el nuevo gobierno, sea del signo que sea, se desvíe del compromiso ante Bruselas con la disciplina fiscal, “Mantenemos nuestra opinión positiva sobre la deuda pública española y nuestra calificación de sobreponderar la periferia de la zona del euro en general, a pesar de los retos futuros”, remarcan.

Los asuntos de política interna no desviaron al Ibex 35 de la tendencia imperante en el resto de Bolsas europeas. El deterioro de la actividad en la eurozona marcó el rumbo en el Viejo Continente. En una jornada en la que se conoció que el PMI bajó a los 48,9 puntos, su peor lectura el ocho meses, el Dax alemán (0,08%) y el Cac francés (-0,07%) concluyeron en tablas mientras el Mib italiano avanzó un 0,18% y el Euro Stox 50 bajó un 0,19%. Los inversores se muestran cautos y no están dispuestos a hacer grandes movimientos hasta que no se conozca la decisión del BCE y la Reserva Federal. Todo apunta a que ambos organismos volverán a elevar los tipos en 25 puntos básicos.

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