Qué envidia Nvidia y el peligro de las expectativas
El intenso rally de la tecnológica ya recoge todo lo positivo para la inteligencia artificial hasta 2028
El otro día saludé al padre de un buen amigo y lo primero que me preguntó fue por Nvidia. Gran conocedor de los mercados, el padre de mi amigo siempre está al tanto de lo que más sube y la verdad es que ha adquirido con los años cierto arte en “pillar las olas”. El bueno de Howard Marks, sucesor natural de Warren Buffet y Charlie Munger, ya lo dice muchas veces: “el éxito en la inversión no viene de comprar buenos negocios sino más bien de comprarlos bien y a buen precio”.
En la exuberancia actual de Nvidia esta frase es perfecta ya que nadie duda de que sea una excelente compañía en un...
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El otro día saludé al padre de un buen amigo y lo primero que me preguntó fue por Nvidia. Gran conocedor de los mercados, el padre de mi amigo siempre está al tanto de lo que más sube y la verdad es que ha adquirido con los años cierto arte en “pillar las olas”. El bueno de Howard Marks, sucesor natural de Warren Buffet y Charlie Munger, ya lo dice muchas veces: “el éxito en la inversión no viene de comprar buenos negocios sino más bien de comprarlos bien y a buen precio”.
En la exuberancia actual de Nvidia esta frase es perfecta ya que nadie duda de que sea una excelente compañía en un negocio excelente pero quizás lo que no es bueno es el precio al que está cotizando. Si repasamos la historia en escala logarítmica lo veremos mejor. Después de la digestión de la burbuja de 2000, la compañía pasó un ciclo “lateral” enorme de 13 años (2002/2015) con super ciclos alcistas y bajistas, y esto no lo soporta ningún inversor por mucho que se abracen al “mítico largo plazo”. ¿Y este ciclo lateral fue porque la compañía lo hizo mal en resultados? No, para nada. En 2000 las ventas eran de 374 millones de dólares y al final de 2015, de 4.682 millones de dólares. Y el ebitda en 2000 era de 63 millones de dólares y en 2015, de 979 millones.
No estaban mal los resultados, lo que estaba mal era el precio que se estaba pagando por descontar ese crecimiento desde que empezó a cotizar el 21 de enero de 1999 a 0,25 dólares. La exuberancia de la burbuja puntocom llevó al valor desde su debut bursátil a la cota de 3,60 dólares el 21 de junio de 2000. Por tanto, esto no es un problema de que el negocio vaya bien o mal, va como un tiro. Lo que produce la volatilidad es el multiplicador que pagamos por esas expectativas y la rapidez a la que se descuentan las mismas. Desde 2015 la compañía ha seguido con un crecimiento propio de su “excelencia de producto” con unas ventas que han llegado en 2023 a 26.974 millones de dólares (4.682 en 2015) y un beneficio por acción de 2,44 dólares frente a los 0,27 de 2015.
La cotización salió en 2015 de su “rectángulo lateral” y ha escalado desde los 6 dólares hasta los 346 de noviembre de 2021, primera parada de lo que puede ser el inicio de un “segundo lateral” enorme en la cotización, ya que creo que estamos en una fase en la que el mercado ha descontado todo lo mejor en el precio de las futuras expectativas.
Pueden ver que desde 2021, la acción cae de 346 a 108 dólares en octubre de 2022 y como si fuera magia y al calor de descontar el nuevo paradigma de la inteligencia artificial, el valor sube desde esos 108 hasta 454 dólares a los que cotizaba a cierre de la semana pasada. Creo que la historia se repite: “buena compañía a precio de cotización no razonable” ya que el mercado al precio actual descuenta todo lo positivo que puede pasar hasta 2028. Es el poder de las expectativas con esto de creer que la IA será fácil de monetizar. A 454 dólares la acción, Nvidia cotiza a un PER 2028 de 21,7 veces, siempre que las ventas pasen de 26.974 millones de dólares en 2023 a 105.906 millones en 2028, y el beneficio por acción (BPA) dé un salto desde los 2,44 dolares a los 20,87. Vean por tanto que toda la expectativa de lo positivo está metida en el precio.
Eso sí, ninguna de las trabas que puede haber por el camino está metida en las expectativas y quizás AMD o cualquier compañía china pueda tener un producto igual de bueno a precios inferiores. Para cotizar en 2028 a un PER de 21,7 veces, primero se tiene que dar que todo lo bueno se cumpla, lo que no suele pasar. Y segundo, en 2028 se tendría que descontar que hasta 2033 la compañía seguirá creciendo a dobles dígitos de forma constante y eso ya es ciencia ficción porque todo crecimiento tiene un límite. Mucha envidia para quien sea capaz de pillar todos los ciclos alcistas o ser un virtuoso del “buy and hold” pero cuidado poque igual el precio en cinco años está en el mismo sitio y antes ha vuelto a pasar por los 300 ó 250 dólares.
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