Cómo pescar en Vodafone en aguas revueltas

La operadora ha sufrido un duro castigo en Bolsa pero tiene un valor oculto a largo plazo que bien puede compensar asumir el riesgo

La sede de Vodafone España.Pablo Monge Fernandez

Vodafone es en estos momentos lo que en Bolsa se llama un falling knife, un cuchillo cayendo que si pones la mano para atraparlo te la puede atravesar. El arte de buscar el suelo de las acciones es una materia imposible de desempeñar con destreza, pero sí existe la disciplina de ponerse a la baja para tomar posiciones. Comprar a distintos precios, pero no para hacer un promedio de posiciones cortas, sino para construir un precio medio de compra de un activo en el que se crea porque su valoración pueda ser una buena oportunidad y haya un posible valor oculto no reflejado en el precio, no exento de riesgo.

Cuando una acción ha caído un 61% en cinco años a pesar de que el Stoxx 600 ha subido un 17% no es por capricho sino porque la compañía no lo ha hecho bien y hay problemas latentes. Complejidad organizativa y poca eficiencia, presión de tarifas, caída de la generación de flujo de caja, exigentes niveles de inversiones que luego no cristalizan en decentes retornos de capital, debilidad en la convergencia de productos en comparación con competidores, niveles de deuda no holgados, efecto negativo de las divisas en las que opera el grupo y una falta de foco en el proceso de dar la vuelta a la compañía. Pero como en la física, a toda acción le llega una reacción y lo importante es el valor de la materia, y Vodafone tiene mucho valor, pero por el momento oculto.

Carlos Cortinas Cano

Ahora el mercado no otorga el beneficio de la duda a Margherita Della Valle, consejera delegada de Vodafone, pero son tan bajas las expectativas que a poco que se haga algo distinto se pondrá de manifiesto que 22.890 millones de euros no es una cifra de valoración razonable para una compañía que todavía tiene capacidad suficiente para generar un ebitda mínimo en la zona de los 13.500 millones y un free cashflow tendencial a largo plazo posible por encima de los 2.700 millones, lo que hace que a los precios actuales cotice con una rentabilidad del flujo de caja claramente por encima del 10%.

El valor oculto de Vodafone podría venir por múltiples ángulos; nuevo equipo directivo con objetivo claro en simplificar la estructura del grupo y focalizarse en oferta comercial, un grupo donde existe una clara capacidad de fusionar operaciones con otros operadores para mejorar ROCE y generar importantes sinergias con ahorro de costes, activos no estratégicos que pueden ser vendidos muy por encima del valor implícito actual, unas operaciones en Europa con una amplia mejora operativa y alto valor en Alemania, un negocio en países emergentes con una escala que de forma aislada tendría infinidad de pretendientes, nuevos accionistas como Etisalat (Emirates Telecommunications Group) con intenciones claras de poner en valor su 14,6% al igual que Xavier Niel y un free float elevado que hace que a los precios actuales muchos vean a Vodafone como una opción. Si se vendieran de forma separada todos los activos, el valor de la compañía estaría muy por encima.

En este tipo de valores que caen como un cuchillo normalmente el inversor ve cómo la palma de la mano sufre tres heridas iniciales dolorosas, pero al cabo de los años esas mismas manos dan palmadas.

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