Mercados

Venta de activos y fuga de clientes, entre los interrogantes de la fusión

UBS estudia fórmulas para evitar deshacerse o cerrar la filial de Credit Suisse en España

Logos de UBS y Credit SuisseJaap Arriens (NurPhoto via Getty Images)

El matrimonio de conveniencia sellado entre UBS y Credit Suisse implica la creación de un gigante financiero con casi 1.700 millones de dólares en activos no exenta de fuertes críticas por parte de los accionistas e inversores, que ha obligado a los bancos centrales a salir al paso para evitar posibles tempestades en el mercado interbancario y de deuda y que, además, obligará a ejecutar ventas de activos e instará a la salida de un buen puñado de clientes de la unidad de gestión de patrimonio de la entidad resultante, más allá de una importante reducción de plantilla.

Credit Suisse ha insistido desde el domingo en dar un mensaje de calma a sus clientes asegurando que no hay necesidad de dejarse llevar por las turbulencias a corto plazo. En comunicaciones remitidas a sus divisiones de gestión de activos y gestión patrimonial, la entidad trata de transmitir tranquilidad a sus clientes, según apuntó ayer The Wall Street Journal.

En gestión de activos, las grandes operaciones de concentración registradas hasta el momento han provocado la fuga de inversores que prefieren mantener sus huevos en distintas canastas a pesar de que los activos de ambos bancos seguirán, tras la fusión, legalmente separados.

Esta división de Credit Suisse está en el ojo del huracán tras la operación. UBS ya ha reconocido que entre sus objetivos está la reducción del tamaño del negocio de banca de inversión de Credit Suisse. Un negocio que ha sido el que más problemas ha dado a la entidad en los últimos años –por escándalos como Greensill Capital y Archegos– y que según UBS “no representará más del 25% de los activos del banco”.

La fusión puede dar al traste los intentos de Credit Suisse por reflotar su negocio de banca de inversión, renombrado como CS First Boston –con ello, de paso, recuperaba el nombre del banco de inversión estadounidense que el grupo suizo adquirió en los años ochenta y que tras acometer una profunda reestructuración a principios de los años 2000, hizo desaparecer la marca–. En octubre pasado la entidad reconoció que había un posible inversor que había puesto sobre la mesa 500 millones de dólares para llevar a buen puerto la operación, pero nunca más se ha sabido de ello. Hace pocas semanas desde Credit Suisse apuntaban la posibilidad de la salida a Bolsa de este negocio en 2025.

La intención de UBS de reducir el tamaño de este negocio puede afectar al negocio de Credit Suisse en España. La reciente venta de UBS de su negocio de banca privada y su gestora de activos en España a Singular Bank incluye una cláusula de no competencia en el país. Si bien, fuentes del mercado apuntan a la posibilidad de que UBS-Credit Suisse opten ahora por romper ese acuerdo y abonen a Singular Bank la indemnización correspondiente si estiman adecuado mantenerse en el mercado español. Según un informe de Oliver Wyman el negocio de banca de inversión mundial recerá un 4% anual hasta 2026.

En cuanto a la plantilla del nuevo gigante bancario, Reuters ya apuntaba este fin de semana que las salidas podrían rondar los 10.000 empleos. Por lo pronto, ayer el presidente y director ejecutivo de Credit Suisse reconocía en un memorando interno posibles recortes de plantilla –tras anunciar que planea reducir los gastos anuales en más de 7.500 millones de euros de aquí a 2027–, mientras que la entidad instaba a sus empleados a trabajar “como de costumbre”. “Nuestras sucursales y oficinas globales permanecerán abiertas, y todos deben seguir viniendo a trabajar”, reconocía el banco suizo.


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