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Cae la venta de barcos en España y el sector pone sus ojos en los ricos extranjeros

La 62ª edición del Salón Náutico de Barcelona crece en espacio, exhibirá embarcaciones de mayor eslora y dará más importancia a las experiencias premium

La caída en las ventas de barcos en España es un tema que “ocupa, pero no preocupa” al sector, asegura Jordi Carrasco, director general de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN). En el periodo de enero a agosto, últimos datos disponibles, se matricularon 4.084 embarcaciones de recreo, en las que se incluyen las motos de agua, según ANEN a partir de los datos facilitados por la ...

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La caída en las ventas de barcos en España es un tema que “ocupa, pero no preocupa” al sector, asegura Jordi Carrasco, director general de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN). En el periodo de enero a agosto, últimos datos disponibles, se matricularon 4.084 embarcaciones de recreo, en las que se incluyen las motos de agua, según ANEN a partir de los datos facilitados por la Dirección General de la Marina Mercante. Dicha cantidad supone una caída del 5,3% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. En todo el año 2024, las matriculaciones fueron de 5.027, un 15,9% menos que en 2023. Cifras que vienen a confirmar la tendencia a la baja que vive el sector después del bum que supuso la pandemia, un momento en el que los barcos se veían como un lugar seguro donde pasar las vacaciones sin apenas contacto con personas ajenas a la unidad familiar o a un círculo pequeño de conocidos.

“Veníamos de años en los que se vendieron alrededor de 7.000 embarcaciones”, explica Carrasco, quien sostiene que “el viento de cola de la pandemia” ya ha pasado y las empresas del sector están en “un momento estable”, a pesar de ver reducidas las ventas. Incide Carrasco en que 2025 terminará con niveles parecidos a los registrados en 2018 y 2019, antes de que la covid irrumpiera en el mundo.

El tipo de embarcaciones que más desciende es la vela, lo que concuerda con el cambio de perfil de usuario que vienen notando en ANEN. Ya no es tan “nauta”, en palabras de Carrasco, por lo que da menos importancia a la experiencia de la navegación frente a la de ocio, “que es más fácil disfrutar con motor”, ya que no requiere tanto conocimiento.

En España, el 80% de las embarcaciones que se matriculan tienen menos de 8 metros de eslora, por lo que son las que más disminuyen. Mientras tanto, la de­saceleración es menor en yates de entre 18 y 24 metros. Precisamente el tipo de embarcación que cobra mayor protagonismo en la 62ª edición del Salón Náutico de Barcelona, que se celebra del 8 al 12 de octubre. El evento reunirá a cerca de 200 expositores y unas 500 embarcaciones, de las cuales 130 estarán en el agua, tras la incorporación del muelle de Barcelona al espacio expositivo.

La organización ha aprovechado el parón del año pasado, por la celebración en la ciudad de la Copa del América, para “reformular” la cita, cuenta Josep Antoni Llopart, director del salón. “Necesitábamos ponernos un poco al día, adaptarnos a las tendencias, a las nuevas formas de consumir náutica”. Tras reunirse con diferentes actores de la industria, la dirección se marcó una serie de objetivos, entre los que se encuentran incrementar la relevancia internacional del evento, aumentar la oferta y la calidad de los expositores, así como enfocarse más a la compraventa. En resumen, “apostar por un salón más cualificado y dirigido al comprador”. Para ello, se ha apostado por un “concepto boutique” y se ha puesto en marcha un nuevo espacio destinado al público de mayor poder adquisitivo. Se trata de Village, donde habrá una zona de restauración con un menú diseñado por el chef Rafa Zafra.

“Estamos en un momento de transformación, de cambio de usuario, y las empresas deben adaptarse a él. Ya no es tan conocedor del elemento y lo que quiere es vivir la experiencia de ocio. Hay que hablarle y comunicarle de otra manera. El salón tenía que dar ese cambio para ser atractivo. El usuario quiere tocar el barco y es importante ofrecer esa experiencia de compra con una zona en la que también tenga una experiencia de gastronomía junto a la de exposición”, opina Carrasco.

Para atraer a los “grandes compradores”, el salón ha estado trabajando en estos meses en diferentes “campañas y acciones de relaciones públicas” enfocadas a este colectivo. “Hemos llevado a cabo sinergias con el sector inmobiliario y el del arte, entre ellos, la feria Arco”. En el punto de mira están tres “comunidades de expatriados” en concreto: asiáticos en Barcelona, alemanes en Baleares y mexicanos en Madrid.

A juzgar por las palabras de Llopart, y las cifras que ofrece, el programa de grandes compradores está cumpliendo su función. “Ya tenemos cerradas más de medio centenar de entrevistas entre personas que quieren adquirir una embarcación y diferentes empresas del sector”. Entre esos interesados hay uno que planea gastar 30 millones en comprarse un barco nuevo y otro que tiene 15 millones para el mismo fin. Dos personas sobre las que Llopart rehúsa dar más datos, como nacionalidad o tipo de embarcación que buscan.

Además de los yates, las otras embarcaciones que ganarán protagonismo en esta edición del salón son los catamaranes. Este tipo de barco es cada vez más demandado debido a que ofrece un mayor confort en sus interiores, como apunta Carrasco. Algo que va en la línea de un comprador más centrado en la experiencia de ocio que en la navegación en sí misma.

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