La ropa de alquiler busca un hueco en los armarios
Las altas ejecutivas se encuentran en el perfil de clientas que pagan por usar las prendas varios días o meses
Pasar las perchas una y otra vez, como si gracias a ese gesto brotaran prendas nuevas colgadas. Armarios, o con suerte vestidores, llenos de ropa y no saber qué ponerse para acudir a un evento o una comida con clientes. Pensar y repensar cómo conseguir nuevas combinaciones para no parecer que siempre se viste igual. Son situaciones con las que muchas personas, mayoritariamente mujeres, se sentirán identificadas en su día a día, y en las que vieron una oportunidad de negocio el matrimonio formado por Raúl González y Mercedes García, que en 2019 pusieron en marcha Ecodicta, una empresa de alquiler de ropa femenina. Aunque también tienen prendas para eventos y venden de segunda mano, su principal actividad es prestar a las clientas ropa para la vida cotidiana. Lo hacen a través de suscripción y con dos tipos de cajas: una de cinco prendas al mes por 49,90 euros y otra de ocho para dos meses a cambio de 79,90 euros. Por ahora tienen unas 250 suscriptoras con un perfil en el que predominan “las altas ejecutivas, periodistas y políticas, personas que tienen visibilidad pública, dan importancia a la imagen en su trabajo, desean variedad en sus estilismos, pero no quieren comprar tanta ropa y acumularla en sus armarios”, explica González.
Pese a que Ecodicta recalca en su web la importancia de la ropa de alquiler para contribuir a mejorar el planeta, por la reducción de la producción, González reconoce que la sostenibilidad no es la principal motivación de sus clientas, aunque añade que una vez que prueban el servicio cada vez se van concienciando más sobre los beneficios para el medio ambiente.
La apuesta por la sostenibilidad fue lo que llevó a la firma de ropa SKFK a lanzar una línea de negocio de alquiler de prendas en 2019. “Desde 2009 estamos tratando de reducir nuestro impacto en el medio ambiente. El debate que tiene sentido, en mi opinión, no es tanto reducir la producción, sino repensar nuestro modelo de negocio”, afirma Jon Curutchet, responsable de sostenibilidad de la marca. Por ahora el porcentaje de la línea de alquiler en la facturación de la compañía no llega al 5%. “No ganamos dinero con ello, es una inversión en la búsqueda de otro futuro para nuestra firma, porque entendemos que el modelo de negocio actual de usar y tirar no es el del futuro. Como empresa, tenemos la responsabilidad de buscar nuevos modelos, experimentarlos y darles visibilidad. Y el alquiler es uno de ellos”, explica Curutchet.
Al igual que Ecodicta, SKFK tiene prendas pensabas para eventos y otras más para el día a día. Son estas últimas las que tienen mayor tirón, para sorpresa de los responsables de la firma, que también han notado, con satisfacción, que la iniciativa ha hecho que su clientela, que se situaba entre los 35 y los 50 años, rebaje la media de edad, con la llegada al servicio de alquiler de personas entre los 25 y los 35.
En el caso de la firma vasca, el precio al que se prestan las prendas está en torno al 20% de lo que valen si se compran. Mismo porcentaje que manejan en Borow, empresa especializada en alquiler de vestimenta para eventos con un precio medio de 100 euros. Tras la misma están dos hermanas, Eva y Joanna Chen. Fue esta última, que trabajaba en el mundo de las finanzas en Londres, la que a su vuelta a España en plena pandemia decidió replicar aquí un modelo que está bastante más extendido en el Reino Unido, y en otros países como Estados Unidos, Alemania y Francia. Un estudio de la consultora Grand View Research cifra en 1.120 millones de dólares el tamaño del mercado global de alquiler de ropa en 2021, y prevé que crezca un 8,5% anual, hasta alcanzar los 2.330 millones en 2023.
“Cuando lanzamos la línea del alquiler, publicamos la web en alemán y francés. Pero a los dos meses nos dimos cuenta que la mayoría de los pedidos provenían de España. No nos encontramos con esa barrera que pensábamos que había en nuestro país para este tipo de servicios”, asegura Curutchet. Eva Chen, por su parte, está de acuerdo con que está empezando a cambiar la percepción en los consumidores, pero sostiene “que aún cuesta y hay mucho trabajo que hacer por delante” para que este modelo de negocio goce de la popularidad que está viviendo en los últimos años la segunda mano. La principal razón de las clientas de Borow para alquilar ropa no es, como ocurre con Ecodicta, una apuesta por la sostenibilidad, “el porcentaje hoy en día de este tipo de perfil es muy bajo”, pero Chen asegura que tienen una tasa de recurrencia “alta” y que “la gente se va concienciando”.
Con su firma, las hermanas Chen pretenden “introducir en España marcas extranjeras menos conocidas y a las que el público tiene más difícil acceder”. A este respecto, Eva señala que su empresa trabaja “de la mano” de muchos diseñadores que ven este servicio como un suplemento a su canal de ventas habitual. Un punto en el que coincide González. “Somos un nuevo canal de distribución que es complementario. Entendemos que el consumidor es fluido y a veces alquila y otras compra, según sus necesidades. También somos aliados en la parte de comunicación, para dar a conocer a las marcas más pequeñas, y ayudamos a las que no son sostenibles a iniciarse en la economía circular a través de nuestra plataforma, en la que pueden vender la ropa de segunda mano”, afirma González.
Tanto Borow como Ecodicta tienen en sus planes de futuro ampliar el negocio. En el caso de la primera, cuyas fundadoras prefieren no dar cifras de facturación por cláusulas de confidencialidad firmadas con un fondo de inversión, incorporando prendas para el día a día, aunque aún no lo ven como algo cercano, “porque para ello hay que contar con una buena oferta”. En el caso de la segunda, que prevé cerrar 2023 con unos 150.000 euros de ingresos, introduciendo ropa masculina.
A la Feria de Sevilla con un traje alquilado
Los preparativos para la Feria de Abril de Sevilla, que comienza este fin de semana, empezaron a notarse en Milanuncios en los tres primeros meses del año. Desde la plataforma resaltan el incremento de las búsquedas relacionadas con el alquiler de trajes de gitana en ese periodo de tiempo. Un negocio al que se dedica Alquiler Flamenca Madrid, en cuya página web ya advierten de que no les quedan vestidos disponibles para la cita sevillana. Para dicha semana han alquilado alrededor de 120. “La gente cada vez está más concienciada con no gastar tanto y con la ventaja de lucir un modelo nuevo cada año”, explica Olga Chamorro, portavoz de la firma.
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