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Iván Martín (Magallanes): “La tecnología huele a grasa y aceite, no es solo IA”

Su gestora de fondos, especializada en Bolsa europea, administra activos por valor de 3.200 millones

Iván Martín (Madrid, 1977) vuela en unos días a Suecia para visitar varias compañías en las que invierte su gestora de fondos, Magallanes Value Investors. El presidente y fundador de esta firma —que ya administra activos por valor de 2.800 millones de euros y tiene su sede en la Milla de Oro del barrio de Salamanca de Madrid— explica cuáles son sus apuestas escandinavas, y sigue entusiasmándose al profundizar en cada tesis de inversión. Como cuando aún era un estudiante de la Universidad Carlos III y estudiaba el Máster de Análisis Financiero.

Para Martín, una buena decisión de cartera ...

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Iván Martín (Madrid, 1977) vuela en unos días a Suecia para visitar varias compañías en las que invierte su gestora de fondos, Magallanes Value Investors. El presidente y fundador de esta firma —que ya administra activos por valor de 2.800 millones de euros y tiene su sede en la Milla de Oro del barrio de Salamanca de Madrid— explica cuáles son sus apuestas escandinavas, y sigue entusiasmándose al profundizar en cada tesis de inversión. Como cuando aún era un estudiante de la Universidad Carlos III y estudiaba el Máster de Análisis Financiero.

Para Martín, una buena decisión de cartera no se puede tomar únicamente desde un tranquilo despacho de Londres o Nueva York —“que no sé si parece más a una atalaya o a un sótano—. Para el gestor español, a la hora de invertir “hay que tener los oídos muy bien abiertos, al tiempo que se esquiva el ruido diario de los mercados financieros. Hay que bajar al terreno. Hay que hablar con los directivos. Y con la competencia. Hay que viajar, visitar las fábricas. Tocar. Solo así sabes en qué estás metiendo tu dinero y el de tus clientes”, resume.

Martín y el analista de Magallanes Otto Kdolsky visitarán las instalaciones en Gotemburgo de la compañía SKF, líder mundial en la fabricación de rodamientos y propiedad de la todopoderosa familia Wallenberg; en Estocolmo se reunirán con directivos de Sandvik, “una de las compañías más importantes del mundo en la fabricación de maquinaria para minería” y con los de Husqvarna, “especialistas en maquinaria para jardinería”.

Magallanes Value Investors acaba de cumplir 10 años de vida y, de momento, las rentabilidades han acompañado. Su fondo estrella ha logrado un retorno del 9,5% anual desde 2015, invirtiendo exclusivamente en Bolsa europea. Y se sitúa como uno de los mejores de su categoría. En lo que va de año el vehículo sube un 16%.

Pregunta. No han sido años fáciles para invertir en Bolsa europea.

Respuesta. No. Desde que lanzamos la gestora hace 10 años nos ha tocado navegar con el viento en contra casi todo el tiempo. En ocasiones ha sido frustrante. El mercado ha dado la espalda tanto a la Bolsa europea, como a la española y a las empresas de pequeña y mediana capitalización, los tres activos donde nos centramos.

P. ¿Tuvieron la tentación de ampliar el folleto de fondo para invertir también en Bolsa de EE UU?

R. El ver cómo el dinero ha fluido sin cesar hacia las grandes tecnológicas te hace preguntarte muchas cosas. Hay muchas conversaciones con colegas o clientes y parece como si nos hubiéramos despistado, como si no nos estuviéramos enterando de lo que pasaba. Pero nos mantuvimos firmes, y creo que también ha sido una lección de estoicismo.

P. Ahora las cosas han cambiado...

R. Afortunadamente. Mira, hace un año recuerdo que teníamos una visión muy pesimista respecto a Europa, y la necesidad de reformas. Ahora, parece que el continente ha despertado y ha emprendido reformas que llevaban años en el cajón. En gran parte gracias a la presión de Trump.

P. ¿Lo han notado en los flujos?

R. Mucho. Durante años costaba captar dinero, porque todo el mundo quería subirse a la ola de las tecnológicas de Estados Unidos. Ahora, en cambio, está saliendo mucho dinero de allí para recalar en Bolsa europea.

P. ¿Qué ha ocurrido?

R. La Comisión Europea está adoptando varias iniciativas para movilizar ahorros hacia inversiones. Además, hay grandes gestoras como Blackstone que preparan inversiones millonarias. Pero, sobre todo, el mercado se ha dado cuenta de que Estados Unidos tiene importantes debilidades.

P. ¿A qué se refiere?

R. Como en la fábula del rey desnudo, han sido muchos quienes han empezado a señalar el altísimo grado de endeudamiento que tiene EE UU, y eso se traduce en un mayor coste de financiación a largo plazo, un nivel de deuda pública cada vez más insostenible y un debilitamiento del dólar.

P. ¿Y así es como las gestoras han empezado a mirar más a Europa?

R. Sí, en parte. Además, los mercados se han dado cuenta de que la economía real no son solo las grandes tecnológicas. Que para hacer un centro de datos necesitas también ladrillos, cables, energía. Eso ha hecho que sectores muy castigados vuelvan a brillar. Además, la tecnología no es solo inteligencia artificial y algoritmos, también es grasa y aceite.

P. ¿La tecnología?

R. Por supuesto. Una de nuestras mayores posiciones, SFK, es líder mundial en rodamientos. Puede parecer algo muy antiguo y poco atractivo. Pero los rodamientos de precisión son fundamentales para los parques eólicos, para la maquinaria industrial, para hacer un Porsche... Eso también es tecnología.

P. El sector de la automoción siempre ha sido una de las apuestas de Magallanes...

R. Así es. Y nos ha hecho vivir muchos altibajos, aunque todas las posiciones que hemos ido creando en empresas del sector están en positivo. Tenemos en cartera a Volkswagen, Renault, Porsche y Stellantis.

P. ¿No es un sector que se ha quedado muy rezagado respecto a Tesla o la competencia china?

R. En absoluto. En Alemania, por ejemplo, el 40% de cuota de mercado en coches eléctricos la tiene Volkswagen. Y luego está BMW. Tesla aparece en la vigésima posición, y con una caída de las ventas a plomo. Los coches chinos se harán con su cuota de mercado, como pasó en los 90 con los japoneses o en los 2000 con los coreanos. Pero es que cuando ves las valoraciones que el mercado da para las automovilísticas europeas parece que están al borde de la desaparición, cuando no es así. Son compañías muy saneadas financieramente, bien gestionadas, con marcas muy sólidas. Tienen desafíos como los aranceles de Trump o la caída de la demanda en China, pero no está en peligro su supervivencia.

P. ¿También invierten en compañías de componentes?

R. Sí, como la española Gestamp o la francesa Faurecia. En ambos casos, acometieron expansiones en un momento complicado del ciclo, que les está costando mucho digerir. Más aún con sus clientes, las grandes automovilísticas, apretándoles al máximo las tuercas. Pero son buenas compañías y cotizan a precios bajísimos.

P. También le interesa el sector minero...

R. Es que para seguir avanzando hacia la electrificación de la economía y la descarbonización sigue haciendo falta extraer muchísimas materias primas, como cobre, hierro, paladio... En Europa parece que nos avergonzaba este sector, y le dimos la espalda. Pero ahora se ha visto lo estratégico que resulta.

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