Pensiones privadas y plazo

Las últimas reformas regulatorias y fiscales, de momento, no están contribuyendo a un aumento del ahorro para la jubilación, sino que lo han ralentizado

Halfpoint Images (Getty Images)

Existen toda una serie de razones por las que, en la actualidad, el volumen del patrimonio detentado por los españoles en fondos de pensiones privados es muy menor que el de países de nuestro entorno. Adicionalmente dicho desfase no solo no se está cerrando en los últimos tiempos, sino que está creciendo. Las últimas reformas regulatorias y fiscales, de momento, no están contribuyendo a un aumento del ahorro de los españoles enfocado a su retiro del mercado laboral, sino que lo han ralentizado. Por ello, mientras se puedan mantener unas pensiones públicas relativamente generosas y el ahorro en ladrillo al que tan aficionados son los españoles tenga un desempeño financiero al menos decente, esta será la alternativa mayoritaria para una parte importante de la población.

Sin embargo, ambas están seriamente amenazadas. La primera está bajo la presión de una archiconocida deficiencia de financiación de la misma, que llevamos años tapando con más impuestos (no contribuciones como debiera ser), y donde las proyecciones a futuro pintan bastos. No es descartable en absoluto que, en algún momento, en los próximos años, lleguen importantes reducciones en la generosidad del sistema público, bien obligadas por los socios europeos o bien porque algún Gobierno finalmente ataca el problema. Además, para aquellos españoles con ingresos medios y altos no debiera ser secreto que parte de sus contribuciones a la seguridad social irán a pagar pensiones no contributivas, o de contribuciones insuficientes o bajas, y no a su propia pensión pública que muy probablemente se verá disminuida en términos relativos versus el momento presente.

La segunda, más allá de las dinámicas a corto plazo positivas en algunos segmentos del mercado inmobiliario, se ha demostrado que es una mala inversión a largo plazo en economías desarrolladas con mercados inmobiliarios maduros, como es el caso del español. Como dice el famoso inversor Warren Buffett y otros conocidos inversores, el inmobiliario es una “terrible” inversión, con numerosos gastos, problemas y tiempo dedicado, donde los rendimientos netos son muy inferiores a los de la inversión en acciones si esta se hace de una forma global y diversificada y con el pago de bajas comisiones de gestión.

Las diferencias de rentabilidad anualizada y acumulada son realmente enormes entre las acciones y el ladrillo, y se pueden hacer simulaciones muy sencillas basadas en datos históricos de largo plazo que arrojan para unidades familiares de ingresos medios patrimonios medios adicionales acumulados de varios cientos de miles de euros. La diferencia entre un retiro dorado desde el punto de vista financiero o uno con ciertas estrecheces.

Juan Manuel Vicente Casadevall, EAFN (Empresa de Asesoramiento Financiero Nacional). Asesor Smart Bolsa

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