Santander acapara el crecimiento en la gestión discrecional de carteras de inversiones
Entre la gestora y su banca privada suman 2.050 millones en 2023
El grupo Santander ha pisado el acelerador en la gestión discrecional de carteras. Este tipo de servicio estaba reservado hasta hace poco a clientes de banca privada, pero cada vez se generaliza más. Consiste en un contrato para que la entidad financiera administre directamente un parte del patrimonio del cliente, bajo unos parámetros de riesgo. A cambio, el banco o la gestora cobra al particular una comisión explícita. En los tres primeros trimestres de 2023, Santander aumentó en más de 2.050 millones de euros el dinero acumulado bajo esta fórmula, la mitad de todo el crecimiento de patrimonio del sector.
Santander ofrece los servicios de gestión discrecional tanto a través de su gestora de fondos, Santander Asset Management, como a través de su unidad de banca privada. En conjunto, administraban por esta vía casi 17.000 millones de euros, a cierre de septiembre, de acuerdo con los datos facilitados por Inverco, la asociación sectorial.
El aumento del dinero gestionado en carteras se debe tanto a la revalorización del dinero que ya había bajo este paraguas, como a las captaciones netas, que no desglosa Inverco.
La nueva consejera delegada de Santander Asset Management, Samantha Ricciardi, se ha fijado como una de las prioridades el impulso de los contratos de gestión discrecional de carteras. Donde más se aprecia el acelerón es en la cuota de mercado, que ha pasado del 14% al 15,5%. El grupo está creciendo mucho más rápido que sus competidores.
Una de las vías para atraer a la clientela a esta fórmula es la reducción del importe mínimo para acceder a ella. Si hace unos años había que tener más de 50.000 euros ahorrados, ahora con 5.000 euros Santander ya da un servicio específico.
Además, en el caso de los clientes procedentes del servicio previo de Carteras Selección se abaratan los costes entre 20 y 40 puntos básicos según el perfil de riesgo de la inversión.
Normalmente, quienes firman estos contratos con el banco delegan fundamentalmente la contratación de fondos de inversión, que operan como activo subyacente. Es decir, que el cliente acaba siendo dueño de una cartera de fondos, y Santander tiene la potestad para ir comprando y vendiendo esos fondos, en función de las preferencias y necesidades del cliente.
Para dar este servicio, Santander tiene acuerdos con varias gestoras internacionales, que se encargan de asesorar sus fondos para activos concretos. Así, la firma Fidelity se encarga de la Bolsa asiática, o BlackRock de la Bolsa de Estados Unidos. El fondo es de Santander, pero con el asesoramiento de una firma especializada. Con todos esos fondos propios y algunos de gestoras externas, se van configurando las carteras de los clientes.
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