El salario no despega en el personal de cabina de Iberia

Los trabajadores denuncian que algunos meses no llegan al salario mínimo interprofesional, aunque luego se compensa la diferencia al año siguiente

Tripulantes de cabina de pasajeros de Iberia a la salida de un vuelo en el aeropuerto de Madrid-Barajas.ENRIQUE ESCANDELL

La nómina de una azafata de vuelo de Iberia puede presentarse, a primera vista, tan complicada como el cuadro de mandos de un avión. El personal de cabina de la aerolínea decana en España se está movilizando de nuevo por una situación que se arrastra desde antes de la pandemia. El conflicto parte de la estructura y los conceptos por los que se percibe el salario: el sueldo base (569,69 euros brutos) más la prima de viaje garantizada por 70 horas de vuelo (unos 205 euros para la categoría más baja) no llegan juntos a cubrir el salario mínimo interprofesional (SMI) —fijado por el Gobierno en 1.134 euros brutos mensuales en 14 pagas—. Para llegar a esta cifra, los trabajadores le suman las demás horas que hacen al mes, las comisiones por venta de artículos en vuelo, y otras primas, la mayoría variables. Y tiran también de las dietas por desplazamiento, aunque estas no se puedan considerar parte del salario. La aerolínea, cumpliendo el convenio firmado en 2022, compensa una vez al año lo que falta para llegar al SMI anual del ejercicio anterior, pero pese a ello la plantilla lamenta que tener unos sueldos mensuales tan bajos les conlleva muchas dificultades en su día a día.

Fuentes de Iberia son tajantes ante las quejas del personal de cabina: “Ningún trabajador de Iberia tiene un salario inferior al SMI. Iberia, como no puede ser de otra manera, cumple siempre la ley”. Explican que a los TCP (tripulantes de la cabina de pasajeros) recién incorporados que, por una baja o por falta de horas de vuelo, no llegan al SMI, se les regulariza la situación al hacer el cómputo total en la primavera del año siguiente. Pero, según los trabajadores, esta situación es más usual de lo que parece. En los últimos meses, tal como adelantó el medio digital On Economia, se han organizado en grupos de Telegram y WhatsApp para compartir sus nóminas, para quejarse y presionar para encontrar una solución.

Las quejas del personal de cabina sobre el salario han ido al ritmo de las subidas del SMI aprobadas por el Gobierno. Cuanto más ha ido subiendo este, más les ha costado a los trabajadores que los distintos conceptos de su sueldo cubran esta cifra. De hecho, las quejas se remontan a un poco antes, en 2018, cuando uno de los sindicatos que representan a los trabajadores, Sitcpla, puso una denuncia porque aseguraba que en algunos casos no se llegaba al SMI. El juez, en aquel momento, estimó que sí que se llegaba a ese montante (entonces el SMI era de 735,9 euros) porque todos los trabajadores cobran las comisiones por venta, que sí se consideran un complemento salarial: sumando estas comisiones al salario base y a otros conceptos fijos, se alcanzaba la cifra del SMI.

Pero en 2019 el Gobierno subió el SMI (a 900 euros), y empezaron a llegar denuncias individuales porque en muchos casos, aun contando las comisiones por venta, no se llegaba a este nuevo montante. “Hubo muchos juicios y se ganaron todos, Iberia tuvo que pagar a todos los que denunciaron, pero muchos no lo hicieron por miedo. El dinero también tardó en llegar, mis 1.500 euros pendientes de 2019 los cobré en 2023″, señala una representante del sindicato Stavla, que lamenta que algunos jueces aceptaron que el plus de transporte se incluyera en el salario.

El SMI siguió subiendo (950 euros en 2020, 965 euros en 2021 y 1.000 euros en 2022) y las denuncias continuaron llegando. Hasta que en diciembre de 2022 se llegó a un acuerdo para firmar un nuevo convenio, que incluyó la llamada “cláusula de arrastre”: en marzo de cada año, la empresa paga a cada trabajador que haya quedado por debajo del SMI anual lo que le debe del año anterior. Lo que parecía una solución al problema, ahora es un dolor de cabeza. “Con estas condiciones salariales mensuales un banco no te da una hipoteca o un préstamo, porque sobre el papel, mensualmente, no llegas al SMI, aunque luego al año siguiente te lo compensen”, señalan desde Stavla. Además, la variabilidad de algunos conceptos del salario (el 60% del cual es variable) hace que los meses en los que hay vacaciones o una baja médica, muchas partidas no se cobren. Y en la economía cuotidiana mensual, la compensación anual de marzo queda muy lejos.

Las dietas, que tienen que destinarse a las necesidades de manutención cuando se viaja, son usadas en la práctica como complemento salarial, aunque jurídicamente no puedan ser consideradas como tal. “Las usamos para hacer la compra en el supermercado, porque no nos da el salario mensual”, señala una trabajadora, que pide el anonimato. “Muchas veces la gente se va a volar no estando en las mejores condiciones de salud para no perder la dieta. Porque a lo mejor tienen muchos pagos y no les llega con lo que reciben al mes”, apuntan desde Stavla.

Tras muchos años sin contrataciones, los sindicatos explican que a partir de la pandemia empezó a entrar personal nuevo, en las categorías más bajas. Y además, según los sindicatos, tardarán muchos años antes de subir de categoría. El sindicato Stavla calcula que unas 2.000 personas (aproximadamente la mitad de la plantilla del personal de tripulantes de cabina de pasajeros) perciben en algunos meses sueldos inferiores al SMI. Muchos no estaban en la empresa cuando se firmó el convenio con la cláusula de arrastre, y los seis sindicatos que representan a los trabajadores ya empiezan a mover posiciones para retomar la negociación.

Ejemplo de una nómina de un trabajador, con los diferentes conceptos salariales.

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