El brillo del mercado laboral no oculta las nubes en el horizonte

Los datos de empleo no deberían permitir caer en la complacencia para alcanzar el ambicioso objetivo del Gobierno de reducir el paro al entorno del 8%

Trabajadores este lunes en Sevilla.PACO PUENTES

El mercado laboral español vive un nuevo amanecer. Hay cuatro grandes datos que reflejan este buen momento del empleo. En primer lugar, nunca ha habido tantos trabajadores ocupados en España: la afiliación media aumentó durante el pasado mes de mayo en 220.000 trabajadores, hasta alcanzar los 21,3 millones de empleados, el máximo histórico. El boom turístico está siendo un efecto tractor para el empleo. La mayor parte de los nuevos puestos de trabajo creados en los últimos meses se dan en actividades relacionadas con este sector.

En segundo lugar, el desempleo está en mínimos desde 2008. El número de parados retrocedió en mayo hasta los 2,61 millones, el menor nivel desde agosto de 2008, justo antes de la caída de Lehman Brothers.

El tercer dato que evidencia la buena salud del empleo tiene que ver con las mujeres. El pasado mayo había más de 10 millones de trabajadoras afiliadas a la Seguridad Social. Nunca había habido tantas mujeres empleadas en España.

Por último, la ocupación entre los jóvenes muestra un dinamismo superior a la media, con un aumento de casi el 14% desde la entrada en vigor de la reforma laboral, casi el doble que la evolución del conjunto del mercado laboral. El paro juvenil, además, descendió al mínimo en mayo.

A pesar de la brillantez de estos datos, no todo es luminoso en las estadísticas laborales. Aunque el récord del empleo se explica por el auge de las mujeres, estas sufren más precariedad, más parcialidad no deseada, cobran menos y tienen más desempleo que sus compañeros.

El mercado laboral muestra una fotografía más nítida respecto a los registros históricos, pero la imagen se vuelve borrosa si se compara con la de otros países europeos. El desempleo sigue lejos de los estándares europeos. Y se aprecia una desaceleración en el ritmo de reducción. El descenso de mayo es inferior al promedio de los últimos años.

Además, la meta fijada por el Gobierno se antoja difícil de alcanzar. A principios de legislatura, Pedro Sánchez se marcó un objetivo muy ambicioso. Se comprometió a reducir la tasa de paro al entorno del 8% frente al 11,7% actual. El desempleo en España solo ha bajado del 8% en el segundo trimestre de 2007 en plena burbuja inmobiliaria. Y aunque la economía española crece con robustez y con fundamentos más sólidos que en épocas pasadas, convendría no caer en la complacencia e impulsar políticas para poder homologarnos a nuestros principales socios comunitarios.

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