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CaixaBank, ING y UniCredit lanzan con otros seis bancos europeos una ‘stablecoin’ respaldada por el euro

El consorcio prevé emitir la moneda estable en la segunda mitad de 2026 y está abierto a la incorporación de más entidades

Un consorcio de nueve bancos europeos en el que se encuentran CaixaBank, ING y Unicredit ha desembarcado en el mercado de las stablecoins respaldadas por el euro. El proyecto, en el que también participan Banca Sella, KBC, Danske Bank, DekaBank, SEB y Raiffeisen Bank International, supone la irrupción de la banca europea tradicional en un mercado prácticamente virgen dominado por las stablecoins ligadas al dólar y busca contribuir a la autonomía estratégica de la Unión Europea en materia de pagos. Una moneda estable o stablecoin es un tipo de criptomoneda diseñada con la intención de minimizar la volatilidad de su valor, ligando su valor a un activo o varios activos con valor estable.

La iniciativa, que aspira a convertirse en un referente en el ecosistema financiero europeo, ha sido diseñada conforme a Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA) de la Unión Europea. La stablecoin se lanzará previsiblemente en la segunda mitad de 2026 sin que se haya establecido aún un importe de emisión concreto, ya que dependerá del interés del mercado. El activo permitirá pagos y liquidaciones casi instantáneos, de bajo coste y disponibles las 24 horas del día y siete días a la semana, incluyendo transacciones transfronterizas, pagos programables, mejoras en la gestión de la cadena de suministro y liquidación de activos digitales como valores y criptomonedas, según han detallado.

El consorcio liderado por CaixaBank, ING y Unicredit ha optado por constituirse en los Países Bajos. De esta forma, está previsto que sea allí donde solicite licencia como institución de dinero electrónico y sea supervisado por el banco central neerlandés. La stablecoin estará abierta a la incorporación de nuevas entidades y, según apuntan desde CaixaBank, está prevista la designación de un consejero delegado en un futuro próximo, sujeto a la aprobación de los reguladores.

Mariona Vicens, directora de Transformación Digital y Advanced Analytics de CaixaBank, destaca que el proyecto “ha conseguido reunir un sólido apoyo de entidades bancarias relevantes y tiene un alto potencial para sumar nuevos apoyos de otros actores, financieros y tecnológicos. Creemos que la iniciativa puede marcar un paso importante en la construcción de un ecosistema digital de pagos europeos robusto y confiable que refuerce la autonomía estratégica europea en el ámbito de los pagos”.

El responsable de activos digitales de ING, Floris Lugt, estima a su vez que “los pagos digitales son fundamentales para los pagos denominados en euros y la infraestructura del mercado financiero”. En su opinión, “este desarrollo requiere un enfoque sectorial y es imperativo que los bancos adopten las mismas normas”.

El fuerte crecimiento del mercado de las stablecoins ha llevado a los analistas de Citi a calcular que su capitalización podría pasar de los 280.000 millones de dólares actuales a los cuatro billones de dólares para finales de 2028 en un mercado alcista, si bien, su escenario central lo sitúa en 1,9 billones. Por el momento, se trata de un mercado liderado por activos respaldados por el dólar, que representan, según datos del Banco Central Europeo (BCE), alrededor del 99% de la capitalización total de este mercado, frente a aquellos activos digitales denominados en euros, que cuentan con una capitalización de mercado inferior a los 350 millones de euros. De ahí que la institución presidida por Christine Lagarde haya lanzado una advertencia apuntando que si la adopción de las stablecoins denominadas en dólares se generaliza en la zona euro, “el control del BCE sobre las condiciones monetarias podría verse debilitado”. Un dominio del dólar, que de producirse, permitiría a EE UU financiar su deuda a menor coste y a la UE le dotaría de menor autonomía en política monetaria, derivando en una mayor dependencia geopolítica, concluye un documento reciente del banco central firmado por Jürgen Schaaf.

Los expertos de Citi ahondan en este sentido y apuntan que de mantenerse el fuerte crecimiento de las stablecoins respaldadas por dólares, esto derivaría un aumento de la demanda de bonos del Tesoro estadounidense. Según sus cálculos, los emisores de stablecoins se convertirían en 2030 en el principal tenedor de bonos del Tesoro de EE UU.

Actualmente la mayor stablecoin ligada al euro es EURC, emitida por la firma estadounidense Circle y que cuenta con un valor de mercado de 259 millones de euros. Tether, la primera stablecoin ligada al dólar, alcanza una capitalización de 150.000 millones, según datos de Coinmarketcap. El volumen diario de negociación es, también, una mínima fracción: 42 millones diarios frente a 120.000.

El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha provocado una explosión en el mundo cripto, y dentro de este el de las stablecoins es el sector más dinámico, tanto que en el mercado se habla ya del verano de las stablecoins. La propia Circle salió a Bolsa el pasado mes de junio a 31 dólares por acción, cotizó a 69 nada más debutar y llegó a tocar los 250 antes de regresar a la zona de 132. Su valoración es ya 33.000 millones de dólares. La administración estadounidense ha fomentado esta área de negocio con la llamada Genius Act, una ley que, según la propia Casa Blanca, tiene el objetivo de reforzar el dominio del dólar como moneda de reserva mundial, en este caso a través de la tecnología cripto. De hecho, la banca tradicional estadounidense ya ha desembarcado en este mercado y ha tenido los primeros choques normativos con la industria. Desde la victoria electoral de Trump, la capitalización de Tether se ha disparado de 120.000 a 173.000 millones de dólares.

Son pocos los bancos europeos que se han lanzado hasta el momento al universo cripto. Los españoles BBVA y Openbank, la enseña digital de Santander, se sitúan entre las pocas entidades financieras que cuentan con licencia MiCA. A ellas se suman Commerzbank y Crédit Agricole, que tiene la autorización a través de su filial de custodia de valores Caceis.

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