El Gobierno comprará a Indra uno de los sistemas de tierra antidrones y antimisiles más modernos del mercado por 1.687 millones
La compañía destaca que su producto es capaz de integrar distintos sistemas de armas con radares y sensores para detectar amenazas rápidamente. Su radar se monta y desmonta en minuto y medio
El Ministerio de Defensa ya está negociando con Indra para que esta le proporcione uno de los sistemas COAAAS (Centros de Operaciones de Artillería Antiaérea semiautomáticos) más avanzados del mundo, según informa la propia compañía. El contrato, que tendrá un valor de unos 1.686,6 millones de euros, según se recoge en la referencia del Consejo de Ministros de esta semana, servirá para cambiar las 18 unidades que tiene a día de hoy el Ejército de Tierra español, a la que se sumará una unidad adicional para la infantería de marina. Este sistema integrará radares, sensores y podrá combinarse con distintos sistemas de armas para responder desde tierra a distintas amenazas aéreas, como misiles o drones. Lo único que no proporcionará Indra será el sistema receptor, es decir, el misil que responde a esa amenaza, aunque su sistema sería capaz de equiparse con armas de distintas compañías.
“Nos posiciona en el mercado europeo con una solución que es capaz de integrar de forma automática o semiautomática muchos sistemas de armas. Nos pone en una posición de liderazgo. Es muy difícil encontrar una solución así [de completa] a nivel europeo“, ha destacado Francisco José Jiménez, director de desarrollo del negocio de sistemas de defensa aérea de Indra, en un reducido encuentro con prensa. Si bien hay disponibles configuraciones que pueden montarse en un barco, en este caso hablamos de un sistema de vigilancia, mando y control táctico en tierra. El radar con el que contará, a falta de conocer los pliegos del contrato, será el MTR10, que Indra llevó al Salón Internacional de Aeronáutica y el Espacio de París-Le Bourget, que se celebró en junio de este año. El MTR10, como se explicó entonces, es capaz de montarse y desmontarse en minuto y medio para ofrecer una respuesta ágil a las posibles amenazas que se presenten.
“Como una de las amenazas más incipientes en el mundo actual son los drones, se han incorporado a este sistema sensores adicionales para corto alcance y baja cota, de tipo acústicos y optrónicos [de visión nocturna]“, ha añadido Jiménez, que ha señalado que la compañía ya cuenta con los distintos elementos que componen su sistema COAAAS, y que ahora la empresa entrará en “una fase de producción” para dar a las Fuerzas Armadas todas las unidades que demanda. En cuanto a los tiempos de entrega, Jiménez ha señalado que eso no se sabrá hasta la concreción del contrato, el cual se desarrollará durante varios años.
Este contrato es uno de los 31 Programas Especiales de Modernización (PEM) que el Ejecutivo anunció en abril para disparar el gasto militar hasta representar el 2% del PIB, lo que supone 0,6 puntos más que en 2024. Para ello, el Ministerio de Industria ha aprobado ya una prefinanciación para 30 de estos programas, por un total de 14.223,85 millones de euros. Indra, Airbus y Navantia tienen un protagonismo claro al estar presentes de una u otra forma en el 98% de los fondos, ya sea por ser los contratistas principales, en alianza con otras compañías o porque controlan parte o la totalidad del capital de las compañías adjudicatarias.
En el último Consejo de Ministros, el Gobierno dio el visto bueno a Defensa para que comience a negociar varios de esos contratos con el sector: además del sistema COAAAS, por ejemplo, ha dado luz verde a la adquisición “de un sistema integral de combate en el ciberespacio”, por 132,2 millones de euros; o la compra de helicópteros ligeros multipropósito a Airbus, por valor de 1.975 millones. A día de hoy, solo hay un contrato para el que no hay ni prefinanciación ni valor aproximado del contrato, el del Santiago Fase II. Este es un programa muy sensible para las Fuerzas Armadas, ya que se trata de un programa relacionado con la ciberguerra, sistemas de escucha y espionaje. Lo que sí ha hecho el Gobierno en el Consejo de Ministros de esta semana fue acordar la contratación de un estudio “de definición de la plataforma aérea tripulada Sigint del programa Santiago”, por valor de 16 millones, un contrato que tendrá una duración máxima de año y medio.
En el caso de Indra, la compañía presidida por Ángel Escribano, se ha quedado con otros jugosos contratos, como el desarrollo y fabricación de la nueva artillería móvil (en alianza con EM&E), tanto sobre ruedas como sobre cadenas, para el Ejército de Tierra. A este contrato, que busca sustituir a los viejos obuses autopropulsados M109 de fabricación estadounidense, también aspiraba GDELS, la filial europea de la norteamericana General Dynamics (dueña de la española Santa Bárbara). Esta compañía, que hasta ahora gozaba de la ausencia de competencia en España en el ámbito de las plataformas militares terrestres, ha encontrado en Indra a un duro rival de cara a los grandes contratos que está repartiendo el Gobierno en el marco del rearme europeo.