La nueva financiación prohíbe a Dia las transacciones con Letterone, su primer accionista

También impide el reparto de dividendos salvo que los acreedores den su permiso, pero da más libertad a adquisiciones y desinversiones. El fondo llegará a 10 años en Dia sin recibir retribución alguna

Exterior de la sede corporativa de Dia en Las Rozas (Madrid).

El grupo de supermercados Dia firmó hace casi dos semanas su nuevo acuerdo de financiación, por un total de 885 millones entre todos los conceptos y un vencimiento máximo de cinco años. Una operación que, como subrayó entonces la empresa, le permitirá abordar su nuevo plan estratégico, que presentará en marzo próximo, “con mayor flexibilidad y libertad para centrarse en el crecimiento futuro”.

Un acuerdo que esconde alguna novedad respecto a la anterior financiación sindicada, empezando con los límites que marca a la relación entre Dia y su primer accionista, Letterone, que cuenta con un 77% de las acciones. Como indica la información remitida hace unos días a la CNMV, en el apartado de las actuaciones restringidas por la nueva financiación, constan explícitamente “los pagos por parte del grupo a Letterone”. Un punto que no existía en el crédito anterior.

Esta prohibición consiste en que el primer accionista no podrá facturar a Día ningún tipo de transacción que efectúe con ella. Por ejemplo, a través de un contrato de prestación de servicios que ha estado vigente desde el 12 de junio de 2019, cuando Letterone tomó el control de Dia tras un duro proceso de compra. Entonces, las partes firmaron un “contrato de servicios” que en el ejercicio 2019 devengó unos ingresos a favor del inversor de tres millones de euros, cifra que en 2020 fue de 2,4 millones. En 2022 la cifra fue de 281.000 euros. y en 2023 de 150.000 euros, por ese concepto y por “operaciones comerciales” entre las partes.

Martín Tolcachir, consejero delegado de Dia.

Dividendos

En resumidas cuentas, los acreedores, que en un 60% son fondos internacionales, se han asegurado de que ninguna cantidad que vayan a prestar a Dia acabe en Letterone, que también tendrá muy complicado cobrar dividendos de su participada española.

El acuerdo refleja expresamente que “Dia no podrá repartir dividendos hasta que la nueva financiación haya sido repagada integramente”. Esto dibuja un escenario de otros cinco años en los que el grupo no podrá retribuir a sus accionistas los beneficios que pueda llegar a conseguir, a no ser que los acreedores den su visto bueno a petición de la empresa. Es la misma situación que en la anterior financiación sindicada.

De llegar a 2029 en esta situación, Letterone cumplirá un total de 10 años al frente de la empresa sin poder cobrar un dividendo, si es que la empresa llega a estar en disposición de repartirlo. En este sentido, Dia confía en que los fondos obtenidos en esta refinanciación permitan elevar el valor de la compañía con la ejecución de su plan estratégico. Hay que recordar que Letterone dijo apoyar “firmemente a la compañía” y a su refinanciación, y describió su inversión en Dia como “estratégica y de largo plazo”.

La financiación de 885 millones también presenta novedades, en este caso, beneficiosas para Dia en comparación con el anterior acuerdo. Fuentes conocedoras del mismo explican que los acreedores han elevado los límites que estaban establecidos para que Dia pueda acometer compras o ventas sin necesidad de pedir permiso. En las últimas desinversiones, como las de Brasil, Portugal o Clarel, la compañía necesitó de la aprobación de sus acreedores para llevarla cabo. Bajo el nuevo acuerdo, podría firmar operaciones de ese calado o superior sin tener que hacerlo, lo mismo que ocurre con potenciales adquisiciones o incluso para ampliar sus líneas de financiación corriente, de confirming o factoring.

También ha conseguido unas mejores condiciones para el cumplimiento de los compromisos de deuda, con un ratio de apalancamiento que partirá de 3,8 veces el ebitda (beneficio de explotación) en la primera medición, que será al cierre del primer semestre de 2025. La compañía ha podido desprenderse, por ejemplo, de las limitaciones que antes se le imponían a la inversión en capex (gastos de capital). Con lo que sí deberá cumplir será con la obligación de tener 40 millones en efectivo siempre disponible.

De los 885 millones que consta la financiación acordada, el 60%, 535 millones, son prestados por fondos internacionales, con un vencimiento a cinco años y un interés de 675 puntos básicos más Euríbor, aunque esta deuda está calificada como senior garantizada, mientras que la línea revolving de 350 millones, y que completa la financiación, tiene carácter de super sénior, es decir, es prioritaria ante casos de impago. En esta sí participan entidades financieras españolas, que la compañía no ha identificado.

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