Brookfield estudia retirar la opa a Grifols y las acciones se desploman en Bolsa
El fondo choca con la compañía por la valoración de la oferta planteada. La familia fundadora no apoyará ninguna otra oferta de un tercero
Brookfield da un paso atrás en su intento por hacerse con Grifols. El fondo canadiense, que exploraba desde julio una opa de la mano de distintos miembros de la familia catalana fundadora sobre la compañía de hemoderivados, estudia retirar su oferta por la empresa. El mercado, tras el posible movimiento de Brookfield, ha vuelto a hacer sangre con la farmacéutica en Bolsa. La acción comenzó la sesión con fuertes caídas este miércoles, que después se han pronunciado hasta superar el 14% a mediodía, llegando a bajar hasta 9,18 euros, más de un 12% por debajo de lo que ofertaban los canadienses. En este año, los títulos se desploman más de un 38%.
El fondo chocó la semana pasada con la compañía y su valoración. Planteaba una tasación de la compañía a razón de 10,5 euros por acción, con un valor total de 6.450 millones de euros. El consejo de administración -que cuenta con un comité designado para monitorizar la opa, que excluye a miembros de la familia- rechazó la puja, al considerarla demasiado baja y que infravaloraba significativamente las perspectivas fundamentales de la sociedad y su potencial a largo plazo. Por lo tanto afirmó que, de seguir adelante la oferta, recomendaría a los accionistas no acudir a la puja.
La familia Grifols no va a apoyar una nueva oferta de un tercero para la adquisición del fabricante ante la posible decisión de Brookfield. “Estamos muy satisfechos con todas las cartas que hemos recibido de accionistas actuales, que nos dicen que la empresa vale más, y seguiremos trabajando para que el valor de la compañía se incremente aún más”, indican fuentes próximas a la familia catalana.
Fuentes de la farmacéutica no han querido hacer comentarios sobre este posible movimiento. Otras fuentes del sector no descartan que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) haga un requerimiento al fondo canadiense para que facilite más información.
La compañía queda así en una situación delicada. Está en el disparadero de los inversores desde el pasado enero, cuando el fondo bajista Gotham City publicó un demoledor informe en el que acusaba a la compañía de maquillar sus cuentas y le arrojaba un valor a sus acciones de cero euros. Esto provocó un desplome del precio de la acción y metió presión a la refinanciación que debe hacer la compañía en los próximos años, con un pasivo total de más de 10.000 millones.
En este contexto, Brookfield pactó con la familia Grifols explorar una opa conjunta de exclusión, para sacar a la compañía de Bolsa y darle tiempo para su recuperación, tal y como publicó en exclusiva este periódico. En julio pactó con la compañía abrir los libros para empezar las labores de due diligence, que se han extendido durante cuatro meses, sin alcanzar un acuerdo, tal y como ha adelantado la agencia Bloomberg. Un portavoz de Brookfield ha declinado hacer comentarios a este periódico.
El mercado, tras la retirada de Brookfield, ha vuelto a hacer sangre con Grifols en Bolsa. La acción comenzó la sesión con fuertes caídas este miércoles, que después se han pronunciado hasta superar el 11% y tocar los 9,43 euros, un 10% por debajo de lo que ofertaban los canadienses. En este año los títulos se desploman un 36%.
La transacción forzaba también a Brookfield a acometer una gran refinanciación del pasivo, toda vez que la mayor parte de la deuda contaba con clausulas de cambio de control que obligaban a refinanciar si la empresa cambiaba de manos. Así, al mismo tiempo que hacían los trabajos para tasar la compañía, negociaban un macropréstamo de 10.000 millones de euros con un buen grupo de bancos de inversión, comandados por Bank of America, Deutsche Bank, Santander, Barclays y DNB.
Esto complicaba la valoración que pudiese alcanzar Brookfield, puesto que elevaba el ticket total de la transacción. Para aminorarlo, el fondo había sondeado a grandes inversores internacionales, fundamentalmente fondos soberanos de Oriente Medio, para coinvertir en la compañía y tomar pequeñas participaciones. También la familia planteaba participar de la operación y mantener su 30% en el capital, lo que reducía la oferta del adquiriente.
Ahora, la compañía está forzada a explorar nuevas alternativas. Ya en el pasado ha conversado con otros fondos de capital riesgo para explorar una operación corporativa, unas conversaciones que pueden volver ahora a estar encima de la mesa. O también recuperar la negociación con Brookfield donde se ha quedado.
Presión de los analistas
El precio ofrecido por Brookfield ha contado con el rechazo de distintos analistas de entidades financieras de relevancia. Entre otros, Sabadell advirtió la pasada semana de que el precio infravaloraba a Grifols, recordando que estaba un 36% por debajo de su precio objetivo. El banco señaló también la “evidente desconexión entre los fundamentales de la compañía y la cotización”, así como con las favorables perspectivas a nivel operativo. Kepler también afirmó que Brookfield debía lanzar una opa con un precio mayor, o mejorarla después si no alcanza el plácet suficiente para sacar a la empresa de cotización.
En términos generales, el precio objetivo medio de los analistas que siguen a Grifols está en el entorno de los 16,40 euros, con entidades como Santander, que otorga a la farmacéutica un precio objetivo de 27 euros por acción, por 19,40 euros de Berenberg, 18,70 euros de CaixaBank BPI y 18,40 euros de JB Capital Markets.
En el mercado también se recordaba que las acciones de la compañía, con un negocio asegurado en un segmento estratégico como los tratamientos con plasma, cotizaban a principios de 2024 en el entorno de los 15 euros, junto antes del ataque de la firma bajista Gotham City Research, que acusó a Grifols de maquillaje de cuentas.
En paralelo, la dirección de Grifols ha defendido la buena evolución de los resultados de la compañía a lo largo de 2024. En la presentación de las cuentas del tercer trimestre, Nacho Abia, consejero delegado desde el pasado mes de abril, y que en septiembre asumió todas las funciones ejecutivas, destacó el incremento de los ingresos por encima del 9% entre enero y septiembre, la obtención de 88 millones de euros de beneficios tras los números rojos de 2023 y la reducción de deuda. El ejecutivo defendió los “fundamentales sólidos” de Grifols, la fuerte demanda subyacente en EE UU y la Unión Europea (UE) en la industria del plasma, y la aceleración de la compañía en los proyectos de I+D para ampliar la oferta de productos.