Booking recurre la multa de la CNMC y paraliza las reclamaciones millonarias de los hoteleros

La plataforma recibió una multa de 413 millones de euros por el abuso de posición de dominio en las reservas de habitaciones de hotel

Una usuaria realiza una búsqueda en la página principal de Booking en España.PACO PUENTES

Booking gana tiempo para afrontar las decenas de reclamaciones millonarias que preparan los hoteleros en España para exigirle daños y perjuicios por el abuso de posición de dominio y por la obligatoriedad de contar con cláusulas de paridad de precios, que les impedían vender a los hoteles habitaciones por debajo del precio fijado por la plataforma estadounidense en sus páginas web. En la última presentación de resultados, el gigante mundial de las reservas hoteleras, con más de 21 millones de anuncios, ha confirmado que finalmente ha presentado un recurso ante la Audiencia Nacional, lo que, de admitirse a trámite, bloquea de forma automática todas las demandas hoteleras.

La Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) confirmó el pasado 30 de julio la imposición de una multa de 413 millones de euros (inicialmente había barajado un sanción de 486 millones de euros) por abusar de su posición de dominio e infringir la Ley de Defensa de la Competencia. Se trató de la multa más elevada que ha impuesto el regulador español, superando con mucho los 203 millones de euros con los que se sancionó a las compañías de obra civil en 2022; los 194 millones a Amazon y Apple en 2023; los 168 millones a las industrias lácteas en 2015; los 154 millones a Atresmedia y Mediaset en 2019, y los 131 millones a los fabricantes de automóviles en 2015. En esa fecha, Booking ya anunció que recurriría la decisión ante los tribunales.

La sanción de la CNMC ha alentado al mismo tiempo que se presente una cascada de demandas hoteleras reclamando daños y perjuicios, lideradas por la Asociación Española de Directores de Hotel y la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid, que fueron las que pusieron la primera denuncia contra Booking en 2021, acusándola de abusar de su posición de dominio, y las que propiciaron el inicio de la investigación de la CNMC.

David Fernández, CEO de Eskariam, que representa a la asociación de directores hoteleros, ha confirmado que la intención de la patronal es personarse en la causa que pueda abrir la Audiencia Nacional para apoyar el criterio y el expediente sancionador de la CNMC. “Entramos en una fase del procedimiento administrativo muy importante, donde además de invertir recursos aportaremos nuestra experiencia en favor del sector hotelero español”, ha explicado. El despacho de abogados —especializado en este tipo de demandas complejas, como la del cártel de la leche— se asoció con la Asociación Española de Directores de Hotel para explorar una posible demanda colectiva por daños y perjuicios contra la agencia online.

El frente judicial no ha sido el único contratiempo que ha tenido que afrontar el gigante estadounidense, que cerró 2023 con un récord histórico de facturación, rozando los 20.000 millones de euros, y con el segundo mayor beneficio de su historia (3.961 millones de euros), solo por detrás de los 4.493 millones de euros logrados en 2019. El pasado 13 de mayo, Bruselas anunció que Booking pasaba a ser la séptima compañía considerada como gatekeeper, tras Apple, Microsoft, Meta, Alphabet, Amazon y ByteDance.

Esa etiqueta implicaba a aquellas compañías que cumplían tres condiciones al mismo tiempo: contar con 45 millones de usuarios activos, tener una capitalización bursátil de 750.000 millones de euros y haber encadenado tres años seguidos cumpliendo los dos primeros criterios. A esas siete compañías, la UE les fijó límites para el desarrollo de su actividad en Europa, especialmente en el caso de la competencia.

Solo dos meses después y obligada por la nueva legislación, Booking anunció el fin de las cláusulas de paridad de precios, incompatibles con el nuevo marco normativo. Esa decisión, sin embargo, no sirvió para frenar las reclamaciones de los hoteles exigiendo compensaciones por la fijación de esas cláusulas y por haber sufrido daños y perjuicios desde que empezaron a incluirse en los contratos de distribución entre hoteles y agencias de viajes online.

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