Europa necesita relajar la regulación para ganar competitividad

Los expertos en Foro Futuro hablan sobre la necesidad de no dejar pasar las oportunidades que se presentan para las empresas europeas con la transformación digital y la transición energética. La petición es unánime: todos debemos jugar con las mismas reglas

De izquierda a derecha: Juan Luis Redondo, Bárbara Navarro, Ángel Bautista y Judith Arnal, en el Foro Futuro, de Banco Santander, en Madrid, el 12 de septiembre.Foto: Andrea Comas

Europa pierde competitividad. Los datos son incuestionables. “En tres décadas, el peso de la UE en el PIB mundial ha pasado del 23% al 14%. La cifra refleja muy bien lo que ha sido esa pérdida de competitividad de Europa frente al resto de regiones y de las empresas”, comentó Juan Luis Redondo, director de digital public policy de la secretaría general y regulación de Telefónica, en un nuevo espacio de Foro Futuro, el observatorio de investigación económica organizado por CincoDías con la colaboración de Banco Santander.

El encuentro reunió a cuatro expertos que debatieron sobre la situación de la región ante los nuevos desafíos económicos y sociales, y de las dificultades a las que se enfrenta para desarrollar su potencial. La principal conclusión fue que las compañías tienen capacidad suficiente para tener peso en el nuevo entorno global, pero falla la regulación, que es excesiva y ha establecido unas reglas de juego en desventaja con EE UU y China.

Como referencia se cuenta con el informe de Enrico Letta, que traza una hoja de ruta de cómo el mercado único europeo puede mejorar su competitividad. Para ello, recoge una serie de recomendaciones para el nuevo ciclo político e institucional 2024-2029. En especial, plantea la necesidad de avanzar en la integración del mercado único de la UE en tres sectores claves: energía, telecomunicaciones y servicios financieros.

A estas directrices lanzadas por Letta acaba de unirse el informe de Mario Draghi para la Comisión Europea. Algunas de sus referencias son realmente preocupantes: “Solo cuatro de las 50 mayores empresas tecnológicas del mundo son europeas”. Entre otras cuestiones, propone reducir los precios de la energía y profundizar en el mercado único para impulsar la economía. El principal objetivo es que Europa ajuste sus políticas y logre un equilibrio entre regulación y crecimiento económico.

“Europa se ha dado cuenta de que está perdiendo competitividad. Eso es positivo. Cuando tomas realidad de un problema es el momento para empezar a solucionarlo. El reto es cómo lo va a hacer y, sobre todo, la inercia que ahora tiene todo el proceso regulatorio y la mentalidad, muy guiada por una aversión al riesgo importante, que hace que no sea tan fácil”, dijo Bárbara Navarro, global head del servicio de estudios, políticas públicas y relaciones institucionales de Banco Santander. A esta problemática se une el factor tiempo. “Es urgente porque tenemos una transición energética encima de la mesa que exige que seamos competitivos, porque si no, no se puede financiar, y también hay una transformación digital que Europa no está liderando. Todo esto hace que el proceso sea más complejo, pero el sector privado es el motor”, añadió Navarro.

Ante tales desafíos, lo fundamental para Judith Arnal, investigadora principal de Elcano y CEPS, “es hacer un buen diagnóstico de la situación y sobre esa base plantear las medidas de política económica adecuadas”. En su opinión, “la CE ha hecho un buen trabajo identificando cuáles son los factores que a su juicio definen o determinan la competitividad de la UE”. “Son nueve y de estos, a mi juicio, los más importantes son el mercado interior; el acceso a la financiación; el gasto en investigación y desarrollo; la digitalización, y los costes energéticos, que deben ser razonables para que no resten competitividad a nuestra empresa”. En la parte crítica, Arnal resaltó que “la CE deja fuera la regulación” y espera “que sea un tema central en esta nueva legislatura que empieza”.

En este sentido, Ángel Bautista, director de relaciones institucionales y coordinación regulatoria de Repsol, enfatizó en que “el marco regulatorio y el entorno es fundamental para el análisis de riesgos o de rentabilidad del negocio”. “Aparte de la sobrerregulación, que crea inseguridad jurídica, el enfoque de la normativa es un factor muy relevante a la hora de tomar decisiones de inversión. Uno de los problemas que estamos sufriendo en Europa en términos de competitividad es que no solo hemos sobrerregulado, sino que además lo hemos hecho sin pensar para qué sirve. Se defienden nuestros intereses, derechos, pero también se tiene que crear un marco en el que se desarrolle un crecimiento económico, el bienestar y la inversión”.

Otros problemas

El marco regulatorio es uno de los principales obstáculos que frena la competitividad. Así lo ven los expertos. Pero no es el único. “El segundo que vemos muy relevante en el caso de las telecomunicaciones es la fragmentación. Europa necesita abordar también el problema de escala de sus empresas; la política de competencia necesita una revisión. El tercero es el mercado interior. Es el momento de volver a esa idea original, que era intensificar datos comerciales, libre circulación de bienes, de capitales...”, dijo Juan Luis Redondo.

Por otra parte, Bárbara Navarro insistió en la aversión al riego. “Venimos de una crisis financiera muy importante, pero esa aversión al riesgo continúa cuando el entorno ha cambiado”, dijo. Además, en “algunos temas hay una hiperprotección al consumidor, y esto te puede llevar a bloquear la capacidad de un negocio a desarrollarse, de poner productos y servicios del mercado. Por ejemplo, la digitalización de las empresas se va a basar mucho en IA, y tenemos que tener en cuenta que esa protección al consumidor que nos llevó a tener una regulación sobre el dato muy restrictiva nos va a impedir sacar el máximo partido a lo que es ahora la IA, que es clave para la productividad, la competitividad, para la eficiencia de las compañías”.

Otro de los problemas que tiene la región es que las leyes son “muy prescriptivas y se centran muchísimo en cómo se llega a los objetivos y no en alcanzarlos”, manifestó Ángel Bautista. Asimismo, el experto contó que “en la taxonomía que afecta al sector financiero y energético se hace una lista de buenas y malas tecnologías y no de si los productos reducen o no emisiones, y si eso contribuye a la lucha contra el cambio climático”. Por tanto, a su juicio, “una de las claras reflexiones es que no se puede tener o ser competitivo a nivel global si no dejamos que los mercados elijan la mejor opción para cada uno”.

Para Judith Arnal el problema de origen de la sobrerregulación es que se trata de “la principal competencia de las instituciones europeas”. Como solución, “sería importante que hubiera un cambio en la filosofía de los comisarios, las direcciones generales, y pensar en la simplificación normativa”.

La necesidad de inversión como elemento fundamental para establecer un entorno competitivo e impulso al crecimiento en Europa fue otro de los puntos que se trataron en el debate de Foro Futuro. “Las inversiones adicionales que habría que hacer son unos 800.000 millones al año. Obviamente esto no puede venir mayoritariamente del sector público. Pensemos que Francia, Italia y España tienen ya unos ratios de deuda pública sobre PIB superiores al 100%. Con lo cual, lo que habrá que hacer para canalizar y levantar estos fondos sería diseñar muy bien instrumentos públicos que estimulen la inversión privada”, propuso Judith Arnal.

Un entorno atractivo

En este sentido, Bárbara Navarro estuvo de acuerdo en que “el sector privado juega un rol crítico” y al mismo tiempo plasmó la situación para desarrollar dicho papel. “Primero, hay que ver cómo de atractivos son los sectores para atraer inversión; no son solo los negocios en sí, es también el campo de juego en el que operan. Cuando Europa empieza a ser descartada por los inversores, ahí es donde entras en competencia con otros que no rivalizas”.

Navarro habló, además, de que “no estamos dejando a las empresas multinacionales europeas crecer en otros países; eso es parte de la competitividad que se nos olvida”.

A modo de advertencia, Ángel Bautista expuso que “Europa lidera en muchas cosas, pero hay que tener cuidado porque a veces ya no te están siguiendo, y cuando esto ocurre pierde posición competitiva”.

De modo más concreto, Juan Luis Redondo expresó la necesidad de invertir en capital humano, tecnología e infraestructura. “Si tienes muchas empresas del ámbito de las telecomunicaciones y el retorno de la inversión es inferior al del capital es difícil convencer a esas empresas que inviertan. Creo que uno de los grandes objetivos cuando hablamos de competitividad es crear un entorno que incentive la inversión, que permita crecer y competir”.

“Por poner el tono positivo”, Redondo quiso destacar que “Europa es una región con grandes compañías que han sabido competir, que han liderado en exportación y que han podido navegar en diferentes revoluciones tecnológicas”. “Ahora, el gran desafío para todos es cómo van a hacerlo en esta transformación digital, y en ser capaces de incorporar estas tecnologías que van a hacer que seas competitivo”.

Con respecto al capital humano, Arnal piensa que “hay que elaborar unas políticas educativas que estén orientadas a las necesidades del mercado laboral. No es una competencia exclusiva de la Unión Europea. La UE tiene aquí una competencia de acompañamiento con lo cual es algo que hay que ver fundamentalmente a nivel de Estado miembro”.

Diferentes propuestas para cada sector

Energético. Ángel Bautista reconoció que “hay muy buena regulación europea para fomentar, por ejemplo, los combustibles renovables, pero solo para ciertos sectores, y cuando necesitas invertir, es preciso que ese producto se utilice en todos”. Como ejemplo, señaló que “estamos sufriendo en el negocio de la automoción, que es clave en España y Europa, una tremenda pérdida de competitividad con la entrada del vehículo eléctrico chino”.

Financiero. Bárbara Navarro apuntó que “para el sector financiero, un mercado de capitales único proporcionaría liquidez y financiación al sistema, y se beneficiarían las empresas, los ciudadanos y pymes. Letta ya mencionaba que hay sectores que se han quedado a medias”.

Telecos. Una de las recomendaciones que hizo Juan Luis Redondo es que “Europa no se puede conformar con ser solo el árbitro en el mundo digital; se tiene que creer de verdad que puede ser líder en diferentes ámbitos”.

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