Puig se hunde más de un 13% en Bolsa en su primera cita de resultados como cotizada
La compañía gastó casi 120 millones de euros en premios a empleados, directivos y planes de incentivos ligados al debut en el parqué
Puig ha hecho públicos este viernes sus primeros resultados como empresa cotizada, y la nota del mercado ha sido clara: suspenso. La compañía cosmética, que el pasado mes de mayo culminó su salida a Bolsa, ha dado cuenta de sus resultados del primer semestre de 2024, que arrojan un beneficio neto atribuido de 153,8 millones de euros, un 26% menos que en el mismo periodo del año anterior, pese a una mejora de los ingresos que rozó el 10%. Estos cerraron el semestre en 2.171,2 millones, récord para la compañía.
La acción ha sufrido un importante retroceso en la sesión bursátil, del 13,65%, liderando las caídas en el Ibex. El precio de la acción ha caído hasta los 21,20 euros, el menor desde que cotiza.
Un crecimiento que fue absorbido por los importantes costes en los que el grupo familiar incurrió como consecuencia de su salida a Bolsa. En concreto, y como refleja su informe semestral, 119,7 millones de euros son gastos ligados a la operación. “Los costes de la IPO [oferta pública inicial, en inglés), se refieren a los premios extraordinarios a los empleados y otros costes incurridos durante dicho proceso, así como planes de incentivos extraordinarios pre-IPO”.
Entre esos gastos está la entrega de 79,9 millones de euros entregados a toda la plantilla, incluidos presidente, alta dirección y otros empleados clave, y que fue aprobada por el consejo de administración el 19 de marzo. También las primas que recibieron los principales ejecutivos, aparte de esta, por culminar la operación, y que la empresa califica como “premio extraordinario de la IPO”. El presidente del grupo, Marc Puig, recibió su bonus de 9,3 millones por ambos conceptos, mientras que la alta dirección se repartió 4,3 millones. Otros empleados no clasificados como alta dirección recibieron 3,1 millones.
Premios que neutralizaron el avance de las ventas, en las que el segmento de cuidado de la piel tuvieron el mayor crecimiento. Este incluye las marcas Uriage, Apivita, Barbara Sturm, Kama Ayurveda, Loto del Sur y Charlotte Tilbury, la mayoría adquiridas en los últimos años, y generaron unos ingresos de 256 millones de euros, un 25% más, originando el 11,8% de la facturación total del grupo. Precisamente, el informe financiero semestral muestra cómo, durante el pasado mes de julio, Puig compró un porcentaje adicional de Charlote Tilbury por 215 millones de euros, alcanzando una participación del 78,5%. A principios de año, el grupo catalán adquirió el 65% de Barbara Sturm por 272,2 millones de euros pagados en efectivo, más una cantidad adicional a pagar a la fundadora según el desempeño de sus ventas.
La mayor parte de la misma la sigue generando el negocio de fragancias y moda, en el que las primeras son mayoritarias, con marcas como Carolina Herrera, Jean Paul Gaultier, Nina Ricci, Rabanne, Byredo o Christian Louboutin. Este segmento creció un 10,7% respecto al año anterior, con unas ventas de 1.598,6 millones.
“Hemos registrado un primer semestre muy sólido, con un incremento por encima del crecimiento del sector de belleza premium”, explica en una nota de prensa el presidente ejecutivo de Puig. “Gracias a nuestro foco en el sector de la belleza premium, a la fortaleza y el atractivo de nuestras marcas, y a la disciplina de la ejecución financiera, seguimos obteniendo una destacada rentabilidad”, añade. Este también muestra su orgullo por la salida a Bolsa, “que ha supuesto un hito en la historia de nuestra empresa y que es un reflejo de la confianza depositada en Puig”.
Decepción del mercado
Puig ha encabezado las caídas en el Ibex 35 con un desplome del 13,65%. El mercado no parece castigar tanto el resultado del periodo, marcado por los gastos extraordinarios ligados a la salida a Bolsa, como por el retroceso en otros indicadores de rentabilidad.
Aunque la compañía destaca en su comunicado enviado a medios el incremento del 7% en su ebitda ajustado, hasta los 410 millones, el ebitda sin ajustes, que incluye gastos de reestructuración entre otros aspectos, cae un 27% en el semestre hasta 275 millones, como resultado de una contracción de casi el 40% en el resultado operativo.
Como consecuencia, el margen ebitda pasa de representar el 19,1% de los ingresos a 30 de junio de 2023, al 12,7% a cierre de los primeros seis meses de 2024.
Pese al alza en el ebitda ajustado, este también pierde peso porcentual sobre los ingresos totales: de un 19,3% pasa a un 18,9%, algo que pone en peligro la previsión lanzada al mercado a principios de año por parte de la empresa, que hablaba de mantenerlo en el mismo nivel que en 2023. Nada como la posibilidad de una previsión incumplida para que el mercado castigue con dureza.
Sobre ello fue preguntado Marc Puig en su comparecencia ante analistas. ”Nuestra expectativa es que el año en general termine con un margen ebitda similar”, dijo el ejecutivo, que también reiteró su estimación de que los ingresos crezcan a dígito simple alto al cierre de 2024. Otro motivo de castigo fue el aumento de los inventarios, que a 30 de junio habían ascendido un 10%, según la empresa, “para satisfacer las ventas navideñas”. “Esperamos una buena reducción del nivel de inventarios en la segunda parte del año. Debido a la fuerte demanda de nuestras marcas, queríamos aumentar todo este nivel de inventario en la primera mitad del año”, justificó Joan Albiol, director financiero.
Lo que sí evolucionó de forma más favorable en el semestre fue la deuda financiera neta, de 1.183,4 millones a cierre del semestre, un 1% inferior a la de un año antes, con un fuerte recorte en la deuda bancaria a largo plazo, reducida en un 32% tras amortizar anticipadamente dos préstamos por 200 millones de euros y devolver otro por 184 millones.
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